Terminar con las “recaudaciones” para la corona

Antes que aumentar la carga impositiva, lo que se debe hacer es combatir la evasión fiscal existente, aconsejó el exministro de Hacienda de Chile Felipe Larraín. Se estima que en nuestro país la evasión del IVA llega al 50% y la del impuesto a la renta al 30%. El citado experto –hoy asesor del Ministerio de Hacienda paraguayo– cree que las oficinas recaudadoras deben valerse de recursos tecnológicos, como la factura electrónica y el voucher de la tarjeta de crédito, que en otros países sirvieron para reducir notablemente la evasión impositiva. Sin negar en absoluto la importancia de la tecnología, puede afirmarse sin lugar a dudas que, en el Paraguay, la enorme porción de la torta que no se tributa va a parar al barril sin fondo de la corrupción rampante, en beneficio de los delincuentes de guante blanco. Por lo tanto, la moral es prioritaria: sin ella los más modernos equipos y procedimientos valdrán muy poco. La vieja práctica de los “maletines” no tiene que ver tanto con la carencia de equipos modernos, sino más bien con el contubernio entre funcionarios, evasores y políticos delincuentes.

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Antes que aumentar la carga impositiva, lo que se debe hacer es combatir la evasión fiscal existente, aconsejó el exministro de Hacienda de Chile Felipe Larraín. Se estima que en nuestro país la evasión del impuesto al valor agregado (IVA) llega al 50% y la del impuesto a la renta al 30%. El citado experto –hoy asesor del Ministerio de Hacienda paraguayo– cree que las oficinas recaudadoras deben valerse de recursos tecnológicos, como la factura electrónica y el voucher de la tarjeta de crédito, que en otros países sirvieron para reducir notablemente la evasión impositiva.

Sin negar en absoluto la importancia de la tecnología, puede afirmarse sin lugar a dudas que, en el Paraguay, la enorme porción de la torta que no se tributa va a parar al barril sin fondo de la corrupción rampante, en beneficio de los delincuentes de guante blanco. Por tanto, la moral es prioritaria: sin ella, los más modernos equipos y procedimientos valdrán muy poco. Para frustrar la evasión fiscal no solo conviene incorporar nuevos mecanismos informáticos: es indispensable combatir la corrupción en la administración tributaria de nuestro país, en todas sus dependencias.

En el Paraguay es común que muchos contenedores pasen “en frío” porque los funcionarios aduaneros reciben un soborno, parte del cual llega en “maletines” a los padrinos políticos. Cabe recordar el caso del “maletín” con mil millones de guaraníes hallados el año pasado en el automóvil de un aduanero que sufrió un accidente fatal cerca de Minga Guazú, cuando se dirigía a la capital. La vieja práctica de los “maletines” no tiene que ver tanto con la carencia de equipos modernos, sino más bien con el contubernio entre funcionarios, evasores y políticos delincuentes.

Por si haga falta un ejemplo más de la ineptitud o complicidad de los organismos recaudadores, se puede citar que la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), que tiene ingresos multimillonarios, no tributó un céntimo en el año 2014 y que el año pasado solo pagó 4.700.000 guaraníes (menos de 1.000 dólares), pese a que ya regía la Ley N° 5061/13, que elimina las exoneraciones totales para las “entidades sin fines de lucro”, según la viceministra de Tributación, Marta González Ayala. Para tener una idea de los multimillonarios ingresos de la APF, se puede mencionar que, en los próximos cuatro años, percibirá 60 millones de dólares solo por patrocinios.

Tal como están las cosas, una mayor carga tributaria recaerá otra vez solo sobre las espaldas de los contribuyentes que ya vienen tributando, agravándose la desventaja en que se encuentran frente a quienes burlan al fisco. Recordemos lo que afirmó el presidente de la Fedecámaras de Ciudad del Este, Juan Santamaría, a los senadores de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo: “No queremos que se nos regale nada; queremos pagar impuestos”, tras criticar duramente a los funcionarios aduaneros que son cómplices del contrabando masivo.

Es preciso, entonces, que la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), la DNA y el Ministerio Público actúen con todo el rigor de la ley, en vez de hacer la vista gorda –como lo están haciendo– en beneficio de los allegados al poder político o de los que distribuyen coimas.

Para que el Ministerio de Hacienda y la DNA puedan recaudar más, es indispensable también que la calidad del gasto público mejore sustancialmente, de modo que, como contraprestación, los contribuyentes accedan a buenos servicios públicos, porque hoy en día el dinero que aportan se destina, sobre todo, al mantenimiento de una enorme burocracia compuesta por una clientela política insaciable, cuya corrupción e incapacidad, que se leen, se ven y se escuchan diariamente en la prensa, desalientan el pago de impuestos. A nadie le gusta que se le meta la mano en sus bolsillos solo para abultar los de los corruptos de siempre.

El presidente del Banco Central, Carlos Fernández Valdovinos, señaló que los bajos impuestos (no dijo “la baja recaudación”) impiden financiar las obras de infraestructura que el país requiere.

Tiene razón el titular del Banco Central cuando afirma que la “guerra” contra la evasión impositiva también debe ser emprendida por el Poder Judicial, ya que las penas carcelarias tienen un efecto disuasivo: la última condena, dictada este mes, tuvo que ver con una evasión de más de 1.602 millones de guaraníes, ¡cometida entre 2000 y 2003! por un importador de Ciudad del Este. Vale la pena preguntar cuántos casos más de evasión de produjeron desde entonces solo en esa ciudad.

En los últimos años el Ministerio de Hacienda ha venido divulgando cifras astronómicas de evasiones fiscales. Por eso, paralelamente a la labor del ministerio, es necesario que la Procuraduría General de la República trate de hacer efectiva la responsabilidad civil de los condenados.

Es saludable que el ministro de Hacienda, Santiago Peña, haya anunciado que no subirán los impuestos por lo que resta de este periodo de gobierno. Puede ser que así sea este año, porque, entre otras cosas, ya no tienen tiempo. Sin embargo, seguro que el año próximo nos vendrá con la cantinela de siempre, que en el Paraguay se paga poco impuesto. Pero mientras en este país se continúe robando como se está robando, no habrá aumento de impuestos que alcance.

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