Amaluna: La magia del Cirque

Admirado en cualquier rincón del mundo, el Cirque du Soleil presenta este mes su primer espectáculo en el Paraguay. Algunos motivos para dejarse llevar por la fuerza y el encanto de Amaluna.

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El Cirque du Soleil –Circo del Sol, en español– es una marca en sí misma. Creada en 1984 por los exartistas callejeros Guy Laliberté y Daniel Gauthier en Quebec, la franquicia canadiense hechizó desde sus inicios a millones de espectadores con sus historias de fantasía y efectos. Relatos con innumerables recursos visuales que, finalmente, exploran los sentimientos más universales del ser humano. 

Con residencias permanentes en Las Vegas, Orlando y Rivera Maya (México), las puestas del Cirque se proponen invocar la imaginación, provocar los sentidos y evocar las emociones de las personas de todo el planeta. El debut paraguayo contará con un total de 17 funciones, cuyo estreno está marcado para el 26 de julio en el puerto de Asunción. El show Amaluna, producción n.° 33 del Cirque, celebra el amor, y rinde tributo al trabajo y la voz de las mujeres. El espectáculo se encuentra a cargo de la directora norteamericana de teatro y ópera Diane Paulus; una adaptación libre de La tempestad, de William Shakespeare.

El gran salto hacia la dirección artística

Uno de los artífices que hace que la magia suceda es James Santos, bailarín, coreógrafo y actor de teatro musical estadounidense, oriundo de Redding, California, y quien se unió al Cirque du Soleil en el 2010 como asistente de dirección artística cuando el show Dralion salió de gira. Actualmente es el director artístico de Amaluna.

Por siete años, el artista dirigió The Dance Project, su propia compañía de teatro y una escuela de danza en el norte de California, pero sentía que ya se encontraba preparado para un nuevo y más grande desafío. “Llevaba a cabo un proyecto sin fines de lucro que me brindó la oportunidad de experimentar cómo era la creación del show y qué implicaba llevarlo a cabo, pero después de un tiempo supe que era el momento correcto de seguir adelante. Cuando empecé a investigar sobre el Cirque du Soleil, nunca había presenciado alguno de sus shows, pero me intrigaba la manera en la que la compañía había comenzado y lo que estaba ocurriendo en el mundo del Cirque en ese momento”, comenta Santos, en entrevista con ABC Revista.

Su primer acercamiento a la compañía fue tras una audición para el show The Beatles LOVE, en la que aspiró al puesto de maestro de danza. “A través de ese proceso de entrevista me sentí atraído por el estilo de la gente que conocí durante ese tiempo. Las personas eran muy consideradas y prestaban mucha atención no solamente a cómo yo era como director, sino también como persona. No conseguí el cargo, pero más tarde fui contratado como asistente de dirección para el show Dralion”, cuenta.

Chicago, Little Shop of Horrors, Fiddler on the Roof y Peter Pan son solo algunos títulos de musicales que Santos dirigió con diferentes compañías. De esta experiencia se vale para imprimir su sello en el elenco del Cirque du Soleil. “Estudiar danza y actuar en teatro musical me expuso a un mundo que me enseñó muchas cosas, no solo relacionadas al arte, ya que también uno aprende cómo automotivarse, a trabajar constantemente en uno mismo, reinventarse, y traer eso al escenario y a la compañía para la que trabajas. Así que también existe una etiqueta que uno entiende con el paso del tiempo, luego de trabajar en este entorno”, reflexiona.

Un amor a prueba

Entre la fantasía y los sentimientos se desenvuelve el universo de Amaluna, en el que descubrimos una misteriosa isla gobernada por diosas y guiada por los ciclos lunares.

La historia se inicia con una celebración por la mayoría de edad de Miranda, hija de la reina Próspera. Una tormenta provocada por la misma reina genera que un grupo de marineros lleguen hasta la isla. Dentro de este grupo de náufragos, un apuesto joven llamado Romeo provocará el amor de la joven Miranda. “Los pondremos a prueba para entender el amor y lo que se necesita para tener una base sólida”, reflexiona Santos. “El mensaje, al final, significará algo diferente para cada persona, pero para mí se trata del proceso en el que Miranda se convierte en mujer. La vida está llena de altibajos, fragilidad, confianza, fuerza… y estos son elementos clave para vivir una vida consciente”, dice.

Para Santos, su labor de dirección artística en el Cirque implica un esfuerzo de “colaboración y búsqueda en sí mismo para encontrar la motivación y comprensión de lo que se lleva al escenario cada día”. “Algunas personas vienen a nuestro espectáculo no como artistas, sino como atletas, por lo que puede ser un reto para ellas. Tienen que buscar realmente dentro de sí para desarrollarlo”, comenta. James reivindica su rol de dirección, pero en una permanente tarea colaborativa. “No estoy solo en el proceso ni siento que es la mejor manera de lograr los mejores resultados. Los artistas más sorprendentes en el escenario o la película son los que pueden encontrar una calidad honesta para llevar adelante su personaje”, asegura.

El principal desafío en la puesta –según advierte– tiene que ver con la constante atención al detalle y la transferencia de información. “Este espectáculo ha estado en constante evolución durante los últimos dos años, ya que siempre estamos encontrando maneras de mejorar el producto. Esto significa que si algo no funciona, no tenemos miedo de mirarlo de la manera más constructiva y de hacer el cambio. Cada departamento tiene que hacer su parte cuando esto sucede: iluminación, sonido, vestuario, entrenamiento y artistas”.

Entre las proezas y malabres de sus distintos actos, algunos recursos que utilizan los artistas son las correas aéreas que los llevan a sobrevolar la audiencia, el aro aéreo y la piscina de cristal que incorpora el elemento del agua al espectáculo, una estaca china que juega con una rutina de elasticidad, las barras asimétricas que permiten un veloz acto acrobático, la báscula en la que los personajes se lanzarán a grandes alturas y una vertical en la que se simulará una carrera a través de un escenario inclinado.

El director artístico subraya que cada uno de los artistas proviene de orígenes profesionales diferentes, para, finalmente, poder aportar algo distinto “a la mesa”. “Necesitamos ser muy respetuosos de todas las culturas, idiomas y estilos de aprendizaje de los pueblos. Todo el mundo tiene algo que contribuir”.

El poder femenino

La fuerza de la femineidad es la esencia de Amaluna. Todo en este espectáculo gira en torno a la mujer, su valentía y sus derechos. Ellas son las protagonistas y hacen que este show se convierta así en el primero del Cirque du Soleil que impulsa y celebra el empoderamiento femenino, más en una actualidad en la que este tema está a la orden del día.

La obra fue justamente escrita por Diane Paulus, quien también la dirige. Ella es una destacada directora de teatro y ópera estadounidense. La historia es “menos sobre el feminismo y más sobre reconectar con nuestro mundo de una manera diferente”, expresa Paulus en el dossier de prensa de la compañía.

Otra diferencia de este show es que también, por vez primera, las mujeres ocupan el 70 % del elenco, así como la banda de músicos, conformada en su totalidad por artistas del sexo femenino, y son quienes comparten escenario con acróbatas. Tanto la música como el vestuario se conjugan en armonía para fluir con los actos, como las cuerdas aéreas, el trampolín doble, las barras asimétricas y más, a través de los cuales conoceremos la historia de la isla Amaluna, reinada por la diosa Próspera.

Bob y Bill, los compositores de los sonidos que envuelven Amaluna, buscan reflejar “las entrañas y actitud intensa de los músicos a través de la música misma”. Las guitarras están muy presentes, y no faltan las líneas de bajo, batería, violoncello, teclados, percusión y, cómo no, las voces. En tanto, el vestuario –a cargo de Mérédith Caron– recrea una mitología femenina inspirada en las amazonas, mujeres guerreras. Todo converge en un universo fantástico y, a la vez, mitológico en una isla encantada.

Amaluna en números

El elenco está compuesto por 52 artistas. El personal se compone de 12 empleados dentro del equipo artístico administrativo, 10 en servicios públicos, 12 en cuanto a servicios de la gira y 30 en el departamento técnico.

Las 120 personas del elenco y personal representan a 16 países: Australia, Bélgica, Bulgaria, Canadá, China, Colombia, Finlandia, Grecia, Japón, Mongolia, Rusia, España, Suiza, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos.

Alrededor de 150 trabajadores locales son contratados el tiempo que dura el show en una ciudad, para diferentes tareas: venta de tiques, anfitriones, asistentes de comidas y bebidas, personal de ventas para merchandising, recepción y más.

Sepa más 

Cirque du Soleil – Amaluna en Paraguay

Del 26 de julio al 6 de agosto (17 funciones).

Entradas entre G. 360.000 y G. 1.880.000.

Clientes del banco Atlas pueden comprar en seis cuotas sin intereses. Menores de 3 años ingresan gratis, sin derecho a asiento.

jorge.coronel@abc.com.py

victoria.martinez@abc.com.py

Fotos: Gentileza.

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