Asunción, capital joven

Capital Joven es un programa que busca recuperar edificios abandonados para brindar soluciones habitacionales con precios accesibles a trabajadores, estudiantes y parejas jóvenes. El objetivo del proyecto es repoblar y revitalizar el centro de Asunción con fuerza juvenil.

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Un grupo de jóvenes de la plataforma ciudadana Pro Asunción, liderados por el abogado Luis Fernando Bernal Mazó (31), quien acostumbra trabajar en proyectos sociales, presentó una propuesta al Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), consistente en convertir los edificios abandonados del casco antiguo de Asunción en complejos habitacionales para trabajadores, estudiantes o parejas jóvenes.

Hace tres años, Bernal, ya había formado parte, también, del proyecto de bus nocturno Ñakurutû. A esto siguió el de las heladeras solidarias, que consistía en dotar de una heladera a los locales gastronómicos para que pudieran almacenar todo el excedente de comida que no se comercializa a la noche, para que, al día siguiente, se distribuyeran a los hogares carenciados. “Luchamos contra el hambre combatiendo el desperdicio de alimentos”, refiere.

Cuenta que la idea de utilizar las casas antiguas ya la venían madurando hace unos meses y ahora están a puertas de hacerla realidad, puesto que, de ser aprobado el programa, indefectiblemente, tienen que llevarlo a cabo con las instituciones del Estado, para poder armar la selección y obtener los fondos para llevar adelante este proyecto. “También incluirá al sector privado. De hecho, debe ser incluido, porque son los propietarios los que estarían cediendo sus inmuebles”, subraya.

El proyecto prevé que el Estado paraguayo tome en usufructo, por un tiempo limitado, unos siete o más años, los edificios particulares que están abandonados o a la venta en el casco antiguo de la ciudad de Asunción para luego refaccionarlos y pagar las deudas que pesan sobre los inmuebles. “El Estado se encarga de poner al día todo el impuesto inmobiliario, cubrir toda la mora que tenga el inmueble y, en segundo término, reacondicionar la instalación edilicia”, explica.

Resalta que, como la mayoría de las casas del centro de Asunción están deterioradas, indefectiblemente, se tendrá que realizar una inversión, no multimillonaria, porque la idea es ahorrar recursos, que la Senavitat y las instituciones ejecutoras del proyecto puedan ahorrar recursos y, a la vez, dar una salida habitacional y con eso repoblar el centro”, detalla.

La intención es arrancar este año con los primeros complejos habitacionales. Por ejemplo, contar con un edificio de tres pisos. “Y siendo un poco más ambiciosos, hay un edificio en la calle Benjamín Constand y 15 de Agosto, que pertenece actualmente al MEC, que será cedido al MUVH. Es el lugar ideal para implementar el primer plan piloto de este proyecto”, refiere. También tienen previstas viviendas de propietarios particulares, que quieren sumarse a esta iniciativa con la cesión de su inmueble por tiempo limitado.

Asegura que, haciendo una buena remodelación y con la instalación de divisorias en una casa de tres habitaciones, pueden vivir hasta 15 personas, y que el joven pague una cuota social de unos G. 300.000. “Que es lo que una persona que gana un sueldo mínimo puede pagar”. Muchas veces, los jóvenes que vienen del interior con una beca, de alguna institución, de G. 500.000 por mes, con eso ya pagan casi toda su cuota y, luego, no les sobra ni para su pasaje ni para vivir.

Añade que, al cabo de unos cinco meses, estos jóvenes se ven obligados a abandonar sus estudios por no poder contar con un techo. Normalmente, vienen, quedan en la casa de algún familiar, pero luego de un tiempo, por diversas circunstancias, peleas o falta de espacio abandonan sus estudios y regresan a su ciudad natal. También están los que tienen 28, 29, 30 años y quieren independizarse, pero con el sueldo mínimo no les alcanza para pagar un alquiler de un monoambiente de G. 1.200.000. “Entonces, ¿cómo va a hacer? Si tiene que pagar sus necesidades básicas, no puede lograr su independencia”, apunta.

También los casos de parejas jóvenes o mujeres embarazadas, que deben tener su ambiente familiar, pero por falta de recursos no pueden desarrollarse. Tienen que vivir en casa de la suegra y eso conlleva todo un cambio en la sociedad. Al no contar con su espacio, muchas veces se quiebra la familia. “Por todos estos problemas, queremos darles oportunidad a los jóvenes con una cuota social que pueda ser cubierta con un salario mínimo”, afirma.

Actualmente, están en pleno diseño y selección de los inmuebles para luego realizar la remodelación y reacondicionamiento para vivienda. “Cada caso será diferente, pero creemos que podremos hacerlo en la brevedad posible”, concluye. La iniciativa es plausible puesto que, de concretarse, el MUVH podrá disponer de las propiedades para alquilar las habitaciones bajo un precio accesible a jóvenes de 18 a 30 años de edad que formen parte del mercado laboral y estudiantil de la ciudad.

Por Marisol Palacios mpalacios@abc.com.py • Fotos ABC Color/Javier Cristaldo/Gentileza.

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