John Lennon (1940-1980) Cantante y compositor británico.
“Cuenta tu edad por amigos, no por años. Cuenta tu vida por sonrisas, no por lágrimas”.
George Orwell (1903-1950) Escritor británico.
“Opino que a los cincuenta, cada uno tiene la cara que se merece”.
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Lord Byron (1788-1824) Poeta británico.
“No hay cosa más incierta que el número de años de las señoras que se dicen de cierta edad”.
Jean Anouilh (1910-1987) Escritor y dramaturgo francés.
“Se tiene la edad que se quiere tener y, también, la edad del dinero que se tiene”.
La Belle Époque
Este periodo se inició, aproximadamente, hacia 1871. París era la capital del mundo civilizado y el progreso. El francés era un signo de refinamiento. La Ciudad Luz, con sus cafés-conciertos, ballets, operetas, librerías, teatros, bulevares y talleres de alta costura, era el centro de la cultura mundial. En la Belle Époque, los cambios en el mundo del arte permitieron a los teatros, cines y exposiciones de pinturas entrar en la vida cotidiana de las personas, dando lugar a la aparición de la cultura de la diversión. Los parisinos comenzaron a disfrutar de la noche, ir a espectáculos, music hall —el can-can, su música y bailarines— y al circo. Los florecientes filósofos, como Nietzsche y Freud, abordaron y debatieron la sexualidad. La gente, gracias a la gramola, podía escuchar la música en su casa. A finales de 1895, en París, los hermanos Lumière daban comienzo al cine. Desde entonces, las clases sociales se mezclaban en los mismos lugares de entretenimiento, tales como los cafés-conciertos de la colina de Montmartre, por ejemplo, el barrio de las artes frecuentado por Modigliani, Picasso, Renoir y Toulouse-Lautrec. Los cabarés, como Folies Bergere, el Chat Noir y Moulin Rouge, estaban en su apogeo. Más de un centenar de salas de cine se abrieron entre 1900 y 1913.
Es también la época del inconsciente, descubierto por Sigmund Freud (1856-1939). En los salones vieneses se escuchan y bailan los valses de Johann Strauss, y en el Teatro de Viena se deleitaban con las operetas de Franz Lehár. En París se estrenó la ópera Manon, de Jules Massenet, y Puccini presentó su versión en ópera, titulada Manon Lescaut. En Moscú se deleitaban con el ballet ruso (Tchaikovsky). Se suceden varios movimientos artísticos, como el impresionismo, fauvismo, simbolismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo, futurismo; en arquitectura el art nouveau. Pero este mundo de placer y progreso se acabó súbitamente con la Primera Guerra Mundial. (*)
(*) Fuentes:
Recopilación: mpalacios@abc.com.py