Jacinto Benavente (1866-1954) Dramaturgo español.
“El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta”.
Molière (1622-1673) Comediógrafo francés.
“El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor”.
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Honoré de Balzac (1799-1850) Escritor francés.
“Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad”.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
“Los celos cuando son furiosos producen más crímenes que el interés y la ambición”.
Victoria por derrota
Carlos VI (Viena, 1685-1740) fue emperador de Alemania, archiduque de Austria y aspirante al trono de España. Hijo de Leopoldo I de Austria y de su tercera mujer, era, por tanto, bisnieto del rey español Felipe III, lo cual le permitió reclamar sus derechos a la Corona de España cuando esta quedó vacante por la muerte sin descendencia de Carlos II (1700). Siendo archiduque de Austria intentó recuperar la herencia de su extinta rama española, enfrentándose a los Borbones de Francia en la Guerra de Sucesión española (1701-1714), a la vez guerra civil y guerra internacional europea.
Tras la muerte de su hermano, José I, recayeron sobre Carlos VI el trono de Austria y la Corona imperial de Alemania (1711). Pero Carlos VI tenía la particularidad de ser un perdedor que siempre trató de hacer pasar por victorias sus derrotas. Siendo archiduque de Austria perdió el trono de España frente a Felipe V en la Guerra de Sucesión.
En Italia fue vencido en todas las batallas que libró contra los franceses y españoles, que le quitaron Sicilia, Nápoles, Milán y casi toda la Lombardía. Y en su lucha contra los turcos se dejó arrebatar Serbia, Bosnia y Valaquia. Pero Carlos encontró una solución a tanto desastre.
Creó un cuerpo de correos imperiales que tenían la misión de ir tocando cornetas y gritando ‘¡Victoria!’ por todo el territorio de Austria. En una ocasión, mientras algunos de estos correos llenaban Viena de alegres gritos y músicas, el general jefe de los ejércitos le dijo al emperador:
–Majestad, hemos perdido la batalla. La caballería ha quedado deshecha, la infantería se desbandó al primer ataque y la artillería cayó en poder del enemigo. Carlos, sin inmutarse, abrió la puerta del salón del trono donde estaba la corte reunida y le dijo al gran chambelán en voz alta:
–Ordenad que se cante un tedeum en la catedral en acción de gracias.
(*) Fuentes:
http://www.biografiasyvidas.com/
Carandell, Luis. Las anécdotas de la política - http://proverbia.net
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