CITAS Y HECHOS

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Simón Bolívar (1783-1830) Militar y político de origen venezolano.

“Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”.

Montesquieu (1689-1755) Escritor y político francés.

“No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia”.

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Albert Camus (1913-1960) Escritor francés.

“El conquistador no busca la unidad, sino la totalidad, lo que significa el aplastamiento de las diferencias”.

Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

“Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos”.

Domiciano, el déspota de la dinastía Flavia

El reinado de Domiciano, que se inició con muy buenos augurios, pronto viró hacia un régimen despótico y sanguinario, según los escritores romanos de su época, quienes lo ubican entre los emperadores romanos más odiados junto con Calígula y Nerón, aunque actualmente se cree que no fue tan así. Tito Flavio Domiciano fue césar del Imperio romano desde el 14 de setiembre del año 81 hasta su asesinato, el 18 de setiembre de 96. Con él se extinguió la dinastía Flavia, la más corta de la historia de Roma: duró 27 años y comprendió los reinados de su padre, Vespasiano (69-79); hermano mayor, Tito (79-81), y el suyo. Su familia accedió al poder tras la desastrosa situación creada con el suicidio forzado de Nerón y el llamado año de los cuatro emperadores. Entre 68 y 69, Roma se vio inmersa en la guerra civil y se sucedieron en el trono imperial: Galba, Otón, Vitelio y, finalmente, Vespasiano, quien restauró el orden dinástico, relanzó la economía romana, aplastó la insurrección en Judea e inició la construcción del Coliseo, concluido por su hijo y sucesor, Tito. Ambos emperadores gozan de prestigio y buena fama, pero no así el hijo menor y último de la estirpe: Domiciano.

Tal cual, las fuentes clásicas lo describen como un tirano cruel y lo ubican entre los emperadores romanos más odiados, junto con Calígula y Nerón. Pero es la visión de escritores e historiadores contemporáneos de Domiciano, quienes le fueron abiertamente hostiles: Tácito, Plinio el Joven y Suetonio. Esto, fundamentalmente, debido a la mala relación del emperador con la clase senatorial y aristocrática, y a las adversas comparaciones con los llamados Cinco Buenos Emperadores que le sucedieron: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio. La imagen que dan de él, hoy, los historiadores es la de un autócrata despiadado —como los de su época—, al tiempo que eficiente. Llevó la moneda romana a valores que nunca volvería a alcanzar, su política exterior fue realista y mesurada; cesaron las persecuciones contra las minorías religiosas, incluidos los judíos y cristianos, y combatió la corrupción entre los funcionarios públicos. En definitiva, ni muy bueno ni tan malo, lo cual no pudo impedir que sus más allegados tramaran una conjura y lo asesinaran en su palacio.

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(*) Fuentes: https://www.muyhistoria.es - https://www.nationalgeographic.com.es/ - http://proverbia.net