Señor mío Jesucristo Peina ápe rojumi Rojerure ne bendición Ese ore rovasamí… Uno de los tiempos fuertes sentidos y vividos por los devotos católicos de nuestro país, de profunda significación y suma importancia en la religiosidad popular, son los días de la Semana Santa.
Esos días se inician en el calendario católico con el Miércoles de Ceniza, el tiempo sagrado por excelencia, si bien en la actualidad, con el tráfago moderno, muchas características van esfumándose y perdiendo el espíritu con el que antaño ese tiempo estaba rodeado. Aun así, los católicos ñembyenses buscan rescatar la significación de la conmemoración de la Semana Santa con la representación de la Pasión de Cristo en medio del majestuoso entorno del roquedal del mutilado cerro, con su dramático y mudo lamento, mostrando las heridas de más de medio siglo de explotación en medio de trepidantes vómitos de piedra y polvo…
El escenario
Esa enorme oquedad, entre rocas y agua, como simbolizando la piedra fundamental de la Iglesia personificada en Pedro apóstol y el agua, elemento inseparable de la conexión humana con la divinidad a través del bautismo, es el foro en el que –por segundo año consecutivo– se realizará la viacrucis que busca convertirse en una tradición para vivir el espíritu de esa semana cargada de simbolismo, ese canto al renacimiento anual de la vida. Pues eso es, en esencia, la Semana Santa cristiana: un canto a la vida. A la vida rejuvenecida y un himno a la naturaleza, a la nueva vegetación, a la naturaleza misma.
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De allí la presencia de forestas en la conmemoración de la Semana Santa: las hojas de palmáceas, los ka’avove’i o ramas de cañas de azúcar de los calvarios, con la solemnidad de una festividad sagrada proporcionada por los sentidos lamentos de las letanías de los grupos de estacioneros que dan el sentido de dolor trágico de estas manifestaciones de religiosidad popular. Cristo en el cerro
Todos, quien más, quien menos, conocen el cerro de Ñemby, a unos 1000 m del casco histórico de la ciudad. Allí, en una curva del camino que une con San Lorenzo, un sendero conduce hasta la gran explanada formada en las entrañas de la antigua cantera. Es fácil llegar desde cualquier parte de la comarca. Allí, en esa enorme oquedad, tendrá lugar la representación de la dramática escena sagrada que une anualmente a las familias paraguayas.
Representaciones
Domingo 14 de abril, 10:00. Representación del Domingo de Ramos, entrada de Jesús a Jerusalén y misa campal.
Jueves 18 de abril, 21:00. Jueves Santo. Tradición de Judas y arresto de Jesús.
Viernes 19 de abril, 18:00. Viernes Santo. Viacrucis, pasión y adoración de la cruz.
Sepa más Facebook: Vía Crucis en Ñemby
surucua@abc.com.py • Fotos ABC Color/Roque González Vera.
