En su taller se respira buen ambiente. Los alumnos llegan hora tras hora. Algunos ya hábiles, gracias a las enseñanzas de Laura; otros comenzando con entusiasmo y ganas de aprender nuevas técnicas. “Es un espacio chiquito en el que venimos a pintar y relajarnos, a pasar momentos creativos que ayuden a organizar mejor la casa; colorear objetos decorativos, como una cartera u otro accesorio, dándole una nueva cara, divertida y alegre”, expresa Laura mientras va retocando un trabajo.
Las clases son individualizadas. Ella crea un diálogo particular con cada alumno y busca que sus necesidades se vean satisfechas. “Trato de estimularles y saber qué es lo que quieren”, dice.
Muchos asisten a su local buscando un hobby que les saque de la rutina y ofrezca un mundo más creativo y amable. “Tengo alumnas muy jóvenes, niños y, también, personas mayores; lo importante es que vienen a aprender, distraerse y pasar un buen momento. Crear arte proporciona un estado mental de relajación”, afirma.
Laura asegura que se puede crear, aprender y disfrutar toda la vida. “La creación artística es una terapia excelente para sentirse mejor. Acá pintamos botellas, madera, vidrio, cerámica, termos, carteras, lienzos; en fin, todo lo que caiga en nuestras manos”, dice riendo.
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Agrega que los materiales son facilitados en el mismo local de enseñanza. “Solo tienen que traer muchas ganas y buena onda, y vamos a sacar todo el potencial que poseen”.
Laura lleva 15 años de enseñanza con arte y manualidades. “Desde hace tres años voy permanentemente a São Paulo para tomar cursos de capacitación con el fin de enterarme de todo lo nuevo. Doy clases en mi taller, de lunes a sábado, hasta las 17:00”. Aprendiendo algunas técnicas muy fáciles, se puede pintar objetos para decorar la casa o regalar. ¡Anímense a sacar su lado creativo!