Del cuartel al cine

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Armando Miguel Gómez Quiroga (33) es una estrella del cine cubano que para nada tiene aires de divo, ya que no posee mayores problemas de ser guía turístico de amigos que visitan su ciudad: La Habana. Reconocido por sus paisanos, emociona ver el cariño que le prodiga la gente a este artista que mantiene fuertes vínculos en el Paraguay.

El actor Armando Miguel Gómez Quiroga, o Mandy, jamás imaginó que su vida daría un giro artístico que lo llevaría a la gran pantalla. Tiene en su haber una decena de películas bastante galardonadas. La última, El acompañante, ganó premios y la ovación de la gente en los festivales internacionales de cine.

A esta estrella del cine cubano —que ingresó al mundo del celuloide cuando tenía 26 años, luego de salir seleccionado en un casting— lo une un vínculo familiar muy fuerte con el Paraguay. “Mi esposa —Sandra Espinoza— reside en Asunción con nuestro pequeño, Miguel Alejandro, de cuatro años. Ambos decidimos irnos al Paraguay ya hace un año para ver a la familia de mi suegra. Llegamos un 2 de noviembre, siete días antes de mi cumpleaños; fue la primera vez que pasé un cumpleaños fuera de Cuba. Pero fue muy bonito por la acogida que nos dieron familiares y nuevos amigos”, dice.

Sin embargo, tuvo que volver a Cuba por compromisos artísticos. “Mi vida lejos de mi hijo es algo que no voy a olvidar jamás y creo que él tampoco, a pesar de que solo tiene cuatro añitos. Es difícil, muy difícil vivir lejos de una persona que amas tanto, se sufre mucho la distancia, y el dolor va creciendo a medida que pasan los días y meses. Mi vida es resistir, para mañana darle lo que no tuve y un futuro mejor, por que él se lo merece. Mi sacrificio y el de mi familia que está allá (en el Paraguay) espero que sean retribuidos por la vida mañana”, dice y agrega que le encantaría tener mas hijos.

Vida de artista

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Actualmente, se encuentra rodando su décima película, un filme épico con un director japonés, mientras sigue en cartelera de los cines cubanos su noveno rodaje: El acompañante. Este filme ganó varios galardones en importantes festivales de cine. La obra cala en los sentimientos y retrata la historia de un joven, hijo de un alto militar, que contrajo el virus del sida en uno de los países africanos en los que prestó servicios como soldado del ejército.

Respecto a sus inicios, recuerda que fue a través de un casting. “Nos habíamos presentado muchos actores para el mismo personaje: Melaza, del director Carlos Lechuga. Finalmente, me escogió a mí; no sé por qué, solo sé que ese día fue uno de los más felices de mi vida. Me escogieron para mi primera película y empezaba mi relación con mi futura esposa”, dice.

La cinta trata sobre un pueblito de Cuba en el que todos los pueblerinos vivían del central azucarero; un día, se para el central y, a consecuencia, se paraliza el pueblito. "Mi personaje es el profesor del lugar y, por supuesto, no alcanza su salario para vivir con su mujer, la hija de ella y su mamá. En el afán de salir adelante, alquilan su cuarto y los atrapa la policía sin licencia para alquiler, les ponen una multa altísima y él tiene que hacer lo que aparezca para conseguir ese dinero, pero todo es ilegal. Una película muy linda que ha sido multipremiada en el extranjero, en muchos festivales. Me dieron el premio a la mejor actuación masculina por ese personaje en dos eventos de cine, acá en Cuba. Creo que Melaza y Aldo —que es como se llama el personaje— me abrieron las puertas al cine y a que se interesaran de algún modo el resto de los directores de cine".

Cuarteles y talleres

En la hoja de ruta de Mandy, lo último que estaba marcado era ser artista. Estudió Mecánica Automotriz y su incursión en el mundo de la actuación se dio luego de cumplir con el servicio militar obligatorio (dos años). “Me acerqué al grupo de teatro aficionado, por hacer algo diferente. Me gustaba, claro, pero solo era para pasar el tiempo y tener otra experiencia. Allí conocí a mi gran maestro y amigo Humberto Rodríguez, director del grupo de teatro Olga Alonzo. Para mí, el mejor formador de actores de Cuba. Ha formado a la mayoría de los mejores, de los cuales muchos trabajan en el extranjero y son superconocidos. Algunos trabajan en Hoollywood y les va muy bien. Él fue el primero que creyó en mí como actor y me hizo enamorarme de esta carrera, cosa que le voy a agradecer el resto de mi vida” enfatiza.

Sobre su alma mater entre los actores, dijo que su dios es Marlon Brandon, y que “uno nunca trabaja por un premio y, mucho menos, para que le reconozcan, pero creo que esa es la forma en la que las personas te dejan saber que les gusta tu trabajo y es muy lindo poder compartir con ellas ese momento”.

slopez@abc.com.py