El corazón del Chaco

Animales, naturaleza en estado puro, monumentos al trabajo y al poder de resistencia y supervivencia se pueden ver en el Chaco Central. Una zona desconocida para muchos y muy amada por otros que buscan dar a conocer las maravillas de esta región.

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El Chaco Central es mucho más que el lugar en el que se realiza el Transchaco Rally o se produce la mejor carne paraguaya; además, alberga increíbles especies silvestres y bosques naturales valorados en todo el mundo, pero mayoritariamente desconocidos por los propios paraguayos.

La ruta Transchaco, una de las más difíciles de toda Sudamérica, a pesar de su importancia por ser el único nexo de comunicación entre esta vasta región y la capital del país, se encuentra mejorando a paso muy lento. Este pésimo estado que, muchas veces, frena la producción, se constituye también en un incentivo para los amantes de la aventura, quienes se lanzan a descubrir lo que hay más allá del puente Remanso.

El Chaco, aunque parezca ingrato, sabe recompensar a quienes se animan a ir más lejos y desviarse de la ruta principal: distintos tipos de aves que no tardan en aparecer y el paisaje llano, lejos de ser monótono, da la posibilidad de descubrir siempre los mejores encuadres. Los árboles nativos, como el samu’u˜ –palo borracho–, sin duda, dan el toque singular con sus enormes tallos.

En las comunidades menonitas de Loma Plata, Neuland y Filadelfia se puede vivir de cerca el ejemplo de laboriosidad y resistencia que han brindado desde hace varias décadas. Orden, respeto y, ante todo, trabajo constante se imponen desde la llegada. Durante el día ofrecen opciones guiadas para conocer sus atractivos, como museos y plantas de producción, pero por las tardes, cuando la mayoría de los pobladores salen del trabajo, pasear por los alrededores de las colonias es muy agradable, ya que en un gran porcentaje de las viviendas se puede ver a la gente trabajando, reparando alguna cosa o, simplemente, hermoseando su patio o vereda.

Son pueblos que mantienen muy presentes su cultura y tradiciones, mediante las cuales aún, tanto tiempo después de su llegada a nuestras tierras, siguen firmes y respetuosos de sus costumbres. Además, se puede ver la interacción de las culturas con las comunidades indígenas que se asentaron en los cinturones de las colonias y de los cuales provienen la mayoría de los obreros de sus industrias. Así, menonitas, indígenas de varias etnias y latinos trabajan armoniosamente, beneficiándose unos a otros.

Uno de los museos que pueden visitarse es el Jakob Unger, ubicado en el centro mismo de Filadelfia. Este cuenta con una colección natural y etnológica del Chaco enriquecida con 210 ejemplares de las 250 aves que existen en la zona. Se encuentra en el mismo predio que el museo de la historia menonita, en el que se pueden apreciar los elementos con los cuales los inmigrantes llegaron a esta árida zona en 1930, procedentes de Canadá, Rusia y Estados Unidos.

Cuando de apreciar la naturaleza se trata —si bien es imprescindible contar con un vehículo preferentemente 4x4, ya que las distancias son siempre largas—, también hay varias opciones llenas de encanto. Entre todas, sin duda, las lagunas saladas son las preferidas, por la belleza de su paisaje en todas las temporadas.

Se trata del paraíso para los amantes del aviturismo, una actividad que cada vez se hace más popular en nuestro país y el mundo. Las distintas especies que se pueden observar en las lagunas, como Campo María o el campamento Laguna Capitán, son un regocijo para el alma. Aves de todos los tamaños y colores reciben a los visitantes con su canto.

Las principales lagunas saladas de la zona que pueden ser visitadas son: Laguna Capitán, que está dentro de un campo experimental de la Colonia Menno, que cuenta con habitaciones y la posibilidad de acampar; Tamyka, reserva de la estancia Campo María, a 60 km del cruce Los Pioneros, que cuenta con un mirador desde el cual se puede admirar toda la belleza del lugar. La reserva Chaco Lodge está a 70 km del cruce Los Pioneros y es un emprendimiento privado creado para la conservación del área.

Otra de las admirables iniciativas que se desarrollan en esta región es el Centro Chaqueño para la Conservación e Investigación, más conocido como Proyecto Taguá, una labor de conservación en el corazón del Fortín Toledo, a unos 30 km de Filadelfia. Se trata de una reserva nacida en 1985 para preservar a las tres especies de pecaríes que habitan nuestro territorio, lugar en el que viven alrededor de 80 taguás. El ingreso a este establecimiento no tiene ningún costo y los visitantes son guiados por los propios guardaparques del lugar.

Los amantes de la pesca pueden disfrutar de la laguna más grande de la Región Occidental: la Salazar, ubicada en el distrito de Teniente Irala Fernández. En este lugar, ubicado a pocos metros de la ruta Transchaco, existe un espacio ideal para acampar; sin embargo, aún no cuenta con alojamientos.

La historia es otro factor que atrae a numerosas personas, sobre todo, porque en estas tierras se libró una de las más cruentas contiendas de la historia paraguaya: la Guerra del Chaco. Los fortines de Isla Po’i, Toledo, Nanawa, Boquerón y Mayor Ávalos Sánchez son los más populares. En varios de ellos se pueden observar vestigios de la guerra, como tukas o un samu’u˜ tallado para proteger a los francotiradores. La mayoría cuenta con amplios espacios para que los visitantes puedan ir a acampar.

El Chaco, sin duda, es más apreciado por los turistas que llegan desde todo el mundo que por los propios paraguayos, pero esto se debe, en gran medida, al desconocimiento de la propia población. Es una región con atractivos para todos los gustos, y enamora con el canto de sus aves, sus magníficos colores al atardecer y el resplandor de su cielo estrellado.

Informaciones útiles

Para quienes se animen a realizar esta aventura, el municipio de Teniente Irala Fernández, cuya sede se encuentra a la vera de la Transchaco, cuenta con un departamento encargado de brindar toda la información necesaria a los turistas. Si la idea es acampar, los centros de venta de las colonias menonitas son ideales, porque cuentan con todo tipo de productos nacionales e importados. Como infaltables, se recomienda llevar repelentes de insectos, pantalones largos, sombreros y no usar ropa oscura. Quienes busquen información sobre guías de aviturismo pueden comunicarse con las oficinas de Guyra Paraguay en Asunción, al correo electrónico aviturismo@guyra.org.py.

CHACO CENTRAL/¿Qué ver?

Historia: vestigios de la Guerra del Chaco, fortines, museos, historia de las colonias menonitas.

Cultura: 13 comunidades indígenas, comunidades menonitas, producción agrícola y ganadera de la zona más hostil del país.

Naturaleza: lagunas saladas, bosques naturales, reservas ecológicas, centros de conservación.

Puntos estratégicos: Colonia Neuland, Fortín Toledo, Filadelfia, Fortín Boquerón, Loma Plata y Teniente Irala Fernández.

Texto y fotos: mbareiro@abc.com.py

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