Pasaron 32 años de la fundación del Centro Nikkei Paraguayo. La idea inicial fue crear lazos con las otras asociaciones nikkei del continente y luchar en conjunto por la preservación de su milenaria cultura. Pero, para ello, debían estar organizados; algo que no resultó difícil gracias a las ganas y el esfuerzo que pusieron todos.
Eran exactamente 56 nikkei paraguayos; es decir, descendientes japoneses nacidos en tierra guaraní que fundaron el centro. Todos tan involucrados con la iniciativa que, en 1993, lograron adquirir un terrero de bondadosa tierra para reunirse a disfrutar del encuentro entre connacionales y sus entonces pequeños hijos, para que crecieran con influencia nipona. Honrar un poco sus raíces y distenderse.
El local está ubicado en la ciudad de Itauguá, es de fácil acceso y sus instalaciones, gracias a sus frondosos árboles, dan la bienvenida con aires de paz y tranquilidad. El enorme patio luce impecable y el actual presidente del Centro Nikkei, Richar Moriya, da la bienvenida con entusiasmo. Su cargo tiene una gran carga emocional, pues su padre, Takao Moriya, fue el primero en sentarse en esa silla desde 1987 a 1992.
Se trata de un terreno de 15 ha que cuenta con una distribución estratégica. En la entrada, a pasos de lo que fueron el primer quincho y la pileta que tenían, está el centro médico habilitado para suplir una necesidad para los pobladores de la zona. “Estas instalaciones se construyeron con donaciones de cada miembro: uno traía los ladrillos que le sobraron de su obra; otros, una silla, pero todos querían ser parte de este sueño. Más tarde, cuando se logró construir el pabellón central, todos estuvieron de acuerdo con que esto pasara a ser un centro asistencial”, explica Moriya.
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Actualmente, este centro atiende a unas 2000 personas al año, una cifra compuesta en gran parte por las jornadas de extensión universitaria que vienen a realizar los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Durante esas jornadas, el Centro Nikkei se encarga de todos los gastos de traslado, la alimentación de los residentes y, en la medida de lo posible, de los medicamentos para los pacientes de la zona que se acercan para consultas.
“Siempre que podemos, intentamos hacer cosas por los pobladores de la zona, nuestros vecinos, porque nuestra principal consigna es la integración. Además de ser una manera de retribuir al país por haber recibido a nuestros padres o abuelos, las actitudes colaborativas nos parecen las más coherentes”, indica Moriya.
El presidente cuenta también que cuando se adquirió el terreno era apenas un “tape po’i”, pero mediante sus esfuerzos y contactos lograron conseguir fondos; primero, para el empedrado y, luego, para el asfaltado en la calle, que recibió el nombre de Avenida Japón. Lejos quedan esos tiempos de la imagen que proyecta el camino para llegar ahora.
Mediante cooperaciones y mucho esfuerzo, los sucesivos presidentes y presidentas de la organización consiguieron también fondos para emprender obras de infraestructura en el terreno, que hoy cuenta con una capacidad de alojamiento para 80 personas con todas las comodidades. Incluso, habitaciones que pueden alquilarse por varios días a socios e invitados, para disfrutar de las piletas y el enorme patio.
El salón central, que se fue ampliando con el tiempo y adaptándose a las necesidades de los socios, tiene capacidad para más de 500 personas, por lo que es ideal para eventos sociales. Mientras que para el sector más enfocado en los deportes construyeron un polideportivo que se mantiene mediante las donaciones y el auspicio de marcas; en su mayoría, pertenecientes a los miembros de la asociación.
Moriya reconoce que se trata de un gran compromiso y cuenta orgulloso que, actualmente, el 17 % de los socios son familias 100 % paraguayas y una gran parte de la directiva está compuesta con los primeros integrantes de la Unión de Jóvenes Nikkei; una experiencia que les sirvió para empoderarse y adquirir conocimientos dirigenciales. “Nosotros estamos preparando el camino para que ellos manejen esto en muy poco tiempo y nosotros solo tengamos que disfrutar”, dice sonriendo.
Mientras camina por el enorme predio, Moriya cuenta que la gran cantidad de árboles se debe a algo muy especial: para los japoneses, los árboles son tan importantes como los hijos, así que los cuidan con mucho esmero. “Cada inauguración o fecha importante se celebra plantando un árbol, así que este predio está lleno de recuerdos y experiencias importantes que tenemos que cuidar, como nuestras raíces”, finaliza.
Fiesta
El domingo 7 de abril, el Centro Nikkei convoca a todos los asociados e interesados en general al Arigato Fest, en conmemoración a los 100 años de relaciones diplomáticas entre el Paraguay y Japón. El encuentro se realiza bajo los árboles de kiri, tan significativos para su cultura, y se prevén diversas actividades.
El evento es una gran oportunidad para degustar platos típicos de Japón. Mientras que para los niños se prepara una actividad muy especial: Salir a Jugar, que es una iniciativa que promueve el rescate de los juegos tradicionales y, en esta ocasión, presentarán juegos milenarios de la cultura japonesa.
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mbareiro@abc.com.py • Fotos ABC Color/Silvio Rojas.
