Llegamos a Rommy femenino-masculino (casa central) a la hora marcada. Los preparativos para la misa y brindis por los 40 años estaban en pleno apogeo. Idas y vueltas de amigas y clientes, además de cruces de palabras y risas hacían que el ambiente festivo entrara en calor.
Rommy hace un paréntesis para conversar con nuestra revista. De punta en blanco, la estilista repasa sus primeros años como peluquera en la Gran Buenos Aires.
Fue en el vecino país que conoció esta ocupación que la llevó a la cumbre profesional. Más de 52 años de trabajo, sumando la experiencia laboral en la capital argentina y los 40 invertidos en el país. “¡Es mucho!”, exclama con una sonrisa de satisfacción y alegría.
Rápidamente hace un repaso de sus comienzos. Luego de trabajar con el estilista argentino Andrea Papparella se fue a Europa para capacitarse y traer lo último en corte de pelo. Fueron los primeros pasos, de muchos muy firmes, que daría en el mundo de la belleza. “Tuve muchas experiencias vividas y aprendidas en países vanguardistas en esta materia, en los que los cambios se sienten minuto a minuto. Poder acompañar con altura y sobresalir en un terreno muy competitivo me hace sentir muy agradecida con la vida”, expresa.
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Su impecable técnica y creatividad bien complementadas fueron requeridas para shows, seminarios o editoriales. En todos estos espacios demostró habilidades diferentes y procesos bien pensados. “Saber que mi estilo se lleva con confianza constituye una satisfacción muy grande y es lo que finalmente una quiere, hacer bien las cosas y dejar contenta a quien te eligió”, sostiene.
Dueña de un estilo personalizado –que encaja con el rostro de quien va a lucir, la forma de vida y textura del cabello– revela que en el pasado la moda no era libre, sino muy rígida. “Hoy es más abierta y se celebran los largos, las texturas y formas”, admite.
Lo claro y cierto es que Rommy no solo vino a dar otra cara al estilismo paraguayo, sino, también, generó trabajo. Lejos de ocultar sus conocimientos, nunca dudó en transmitirlos a futuros profesionales desde la escuela que lleva su nombre.
“Los tiempos cambiaron y hay que preparar a los jóvenes. Ya no es solo cortar y peinar, se debe aprender sobre marketing y fotografía. La moda del cabello conlleva muchos caminos que, separados, conducen al fracaso”, enfatiza.
Lo suyo, sin duda, fue vocación temprana. Toda su vida giró en torno a la peluquería, que se convirtió en su medio de vida, y continúa apasionándole como en sus comienzos. “Tengo incorporada esta labor que no representa esfuerzo alguno para mí, sino placer. Quedarme sin trabajar sería inimaginable”, expresa a viva voz.
Su sueño no fue tener el mejor y más concurrido salón de belleza del país, pero sucedió y agradece por ello. “Mi anhelo era dar trabajo, enseñar, compartir con otros profesionales y embellecer”, confiesa.
¿Por qué brinda Rommy en un día tan especial? “Por la vida que me dio tanto”. Se quiebra y le toma unos minutos recuperar las palabras, pero continúa: “No se puede explicar”, dice con voz entrecortada. “Tener la suerte de conocer personas increíbles, porque no olvido mis días en la Argentina y todo el cariño que recibí estando allá. Lloré tres días cuando tomé la decisión de volver por todo el afecto que dejaba”.
Se supo ganar el cariño de todos, además, su personalidad sencilla cae siempre bien. “Me gustan las cosas simples y bien hechas. Soy como ven, sin poses”, revela.
Al filo de concluir la entrevista, Rommy realza la mano de obra paraguaya e insta a los jóvenes a poner empeño y dedicación en lo propuesto. “Nuestra manualidad es increíble; tenemos habilidad para todo, y eso hay que desarrollar y potenciar. Pongamos la mirada en los jóvenes, compartamos momentos de calidad con ellos, de manera a tener personas resueltas y seguras que puedan invertir su talento en el país”.
Definitivamente, es una referente indiscutible de la peluquería paraguaya. Rommy, a secas, como le llama su numerosísima clientela, recogió en múltiples ocasiones prestigiosos premios dentro y fuera de nuestro país. Todos bien merecidos y altamente calificados.
Fotos: ABC Color/Celso Ríos.
