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Ferrocarril en el Paraguay (Cont.)

Las empresas estatales, entre ellas del Ferrocarril, contaban con un número elevado de convictos como personal de trabajo. La siderurgia de El Rozado, en Ybycuí, era de hecho un campo de presidiarios dedicados a la producción metalúrgica.

El 14 de mayo de 1859 quedó inaugurado el ferrocarril urbano (Puerto-Estación Central) para el acarreo de los materiales para la construcción del ferrocarril, y es de imaginarse lo que habrá sido ese acontecimiento en la Asunción de la época, que entonces no era más que un villorrio de unas pocas cuadras de extensión. Inclusive, teniendo en cuenta el perímetro de la ciudad de ese entonces (Bahía, calle Colón, Ygatimí, Brasil), para la construcción de la terminal ferroviaria, se eligió un lugar cercano a los límites de la parte más poblada del casco urbano de la ciudad.

El 21 de octubre de 1861 se habilitó la línea Asunción-Trinidad. En ocasión de la inauguración, las altas autoridades del Gobierno, junto con los directivos y técnicos del ferrocarril, abordaron el tren en medio del bullicio de una colorida multitud que se agolpó a presenciar el jubiloso paso de la locomotora, que se deslizaba a una velocidad de 75 km/h, considerada vertiginosa para la época.

En medio de la algarabía, los maquinistas ingleses olvidaron que el tramo era bastante corto y “cuando salieron de su éxtasis, ya la máquina corría por los campos...”.

Las estaciones habilitadas en aquellos primeros años, además de la de San Francisco, fueron las de Trinidad, en junio de 1861; Luque, Areguá, enero de 1864; Patiño, Ypacaraí, 26 de marzo de 1864, y dos meses después a Pirayú, 26 de mayo de 1864. El 2 de agosto de ese mismo año se habilitó el ramal Pirayú-Cerro León, donde se pensó construir un desvío hasta el mismo Campamento; el 6 de octubre de 1864 llegaban los rieles a Paraguarí, quedando interrumpidos los terraplenes a la altura del antiguo pueblo de Guaimí Sapucái, con motivo del estallido de la Guerra contra la Triple Alianza, integrada por la Argentina, el Brasil y el Uruguay.

Ya iniciada la guerra, el Gobierno seguía con planes de extensión ferroviaria: proyectos de ferrocarril a Bolivia, en la región sur del país, de una extensión hasta la fundición de El Rozado, además de la sección Sapucái-Villa Rica.

Un alemán y la telegrafía paraguaya

A mediados de 1864 llegó al Paraguay el técnico alemán Robert Eberhard von Fischer-Treuenfeld, contratado por el Gobierno para la construcción de un sistema de telecomunicación en nuestro país, igual al que ya poseían varios países de la región.

El ingeniero Von Fischer Treuenfeld nació en Thorn, Alemania, en 1835. Estudió Ingeniería en su país y trabajó en los Estados Unidos y Cuba, de donde vino al Paraguay contratado por el Gobierno para la construcción de las líneas telegráficas. Llegó a nuestro país el 23 de mayo de 1864 y para el 16 de octubre de ese año ya había puesto en funcionamiento el servicio telegráfico. De eso hace 152 años.

También fue el responsable de desarrollar la fabricación de papel, a partir de las fibras de karaguata, durante la Guerra de la Triple Alianza.

Publicó algunos libros sobre su experiencia en el país, exaltando las bondades del país y refiriéndose a muchos aspectos del Paraguay de posguerra, como Paraguay in wort und bild, publicado en Berlín, en 1906, y El Chaco y el litigio de límites entre Paraguay y Bolivia, publicado en 1904. Falleció en Alemania, en 1907.

De izquierda a derecha

Casi cuatro décadas después de la llegada del primer automóvil (que ocurrió en 1906), en 1945, un acontecimiento importante vino a cambiar radicalmente la manera de conducir de los asunceños y paraguayos en general: el Gobierno decretó el cambio de mano, de izquierda a derecha. Desde entonces, se transita por las calles y rutas manteniendo la derecha de la circulación.

También, comenzaron a importarse vehículos con el volante a la izquierda y no a la derecha, como los automóviles ingleses o japoneses, que aún mantienen hasta hoy aquella antigua manera de manejar, con reminiscencias de los tiempos en que los conductores de los vehículos de tracción a sangre –victorias, galeras, landós, sulkys, etc.– se ubicaban a la derecha para conducir los carruajes, manejando con la mano derecha el látigo con que azuzaban a los caballos, sin peligro de lastimar a sus pasajeros.

surucua@abc.com.py

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