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Ferrocarril en el Paraguay (Cont.)

El 7 de abril de 1911, el ferrocarril libró su servicio público hasta la ciudad de Carmen del Paraná y, dos meses después, el 9 de junio de 1911, se habilitaba el servicio ferroviario hasta Encarnación.

La empresa del ferrocarril percibía por entonces sus tarifas de pasajeros y cargas, calculadas en oro, reducidas a curso legal al tipo del día, y pagaba sueldos, etc., en curso legal, a un tipo fijo de conversión que le favorecía enormemente.

Eso era de conocimiento público, y ante la exigüidad de los sueldos que percibían, los obreros organizaban frecuentes huelgas, como la realizada entre diciembre de 1912 y enero de 1913, en cuyo apoyo se sumaron otros gremios.

Varios dirigentes fueron encarcelados, se volaron puentes, atentaron contra los conductores de locomotoras, se suspendió el servicio de trenes hasta que se convino un aumento, que no era ni el 20 % de lo reclamado.

El poder de la empresa era tan enorme que, inclusive, afectaba al desenvolvimiento político de la República. Durante toda la suspensión del tráfico de trenes, en la estación central de ferrocarril, su gerencia había colocado un aviso en la que decía que se suspendía el servicio de trenes por falta de garantías del Gobierno, lo que le valió al ministro del Interior una interpelación en el Parlamento, y solo después de ella, se retiró el “aviso” de la empresa (y conste que en los pocos trenes que circulaban prestaban máquinas y foguistas de la Armada Nacional. En esa época, las inversiones de origen británico o en los que inversores británicos poseían intereses en el Paraguay, sumaban a los siguientes guarismos: Paraguay Central Railway Company, 2.962.930 libras esterlinas; explotaciones forestales, 350 millas cuadradas; estancias, 825 millas cuadradas; tranvías, 100.000 libras esterlinas, entre otras menores.

El 19 de octubre de 1913 se inauguró el servicio de ferry boat Encarnación-Posadas, que unía el ferrocarril paraguayo con el sistema ferroviario argentino.

El acto contó con la presencia de importantes personalidades de ambos países. Tras la inauguración, circuló desde Encarnación un tren integrado por 17 coches de pasajeros colmados, arrastrado por dos locomotoras empavesadas.

Un artista en los campos de batalla

El pintor suizo Félix Ernest Adolfo Methfessel llegó a la Argentina en 1864, participó a lo largo de 30 años de varias expediciones científicas como ilustrador y paisajista, y la recorrió de cabo a rabo.

En esas derrotas, siguió al Ejército argentino durante la Guerra de la Triple Alianza, documentando en croquis e ilustraciones las batallas y paisajes donde se desarrollaba la contienda, cual un “cronista artístico” de guerra (dejó cerca del centenar de obras en ese sentido).

En los años 1872 y 1873 fue contratado por el conocido intelectual Estanislao Zeballos para realizar una serie de acuarelas sobre la guerra para un libro. Para realizarlo, ambos recorrieron los antiguos escenarios, pero, por algún motivo, la obra no se publicó, pero las aguadas y “gouaches” de Methfessel se encuentran en un museo de Luján, Argentina.

Un artista en los campos de batalla

El pintor suizo Félix Ernest Adolfo Methfessel llegó a la Argentina en 1864, participó a lo largo de 30 años de varias expediciones científicas como ilustrador y paisajista, y la recorrió de cabo a rabo.

En esas derrotas, siguió al Ejército argentino durante la Guerra de la Triple Alianza, documentando en croquis e ilustraciones las batallas y paisajes donde se desarrollaba la contienda, cual un “cronista artístico” de guerra (dejó cerca del centenar de obras en ese sentido).

En los años 1872 y 1873 fue contratado por el conocido intelectual Estanislao Zeballos para realizar una serie de acuarelas sobre la guerra para un libro. Para realizarlo, ambos recorrieron los antiguos escenarios, pero, por algún motivo, la obra no se publicó, pero las aguadas y “gouaches” de Methfessel se encuentran en un museo de Luján, Argentina.

surucua@abc.com.py

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