Viejo hotel
Dicen por allí que en el Gran Hotel del Paraguay hay un teatro que fue construido por Elisa Alicia Lynch, la concubina del mariscal Francisco Solano López. Nada más falso… Es cierto que en ese lugar existió una casa que era propiedad de Lynch. En ese mismo sitio, en la posguerra, el médico y empresario italiano Silvio Andreuzzi instaló su Recreo Cancha Sociedad, que sí contaba con un teatro de invierno y otro de verano, pista para patinaje, piletas, “baños de lluvia”, entre otras atracciones. El Gran Hotel del Paraguay se construyó luego de que a principios del siglo XX fuera constituida una sociedad comercial integrada por Enrique Parodi, Venancio López, Emilio Lahite, Leopoldo del Campo, Juan Manuel Terreros Rosas y Adeodato Gondra.
Primer vuelo
El 10 de marzo de 1954 se fundó la empresa aérea paraguaya denominada Transporte Aéreo Militar (TAM). Su historial aéreo comenzó seis días después, cuando levantó vuelo una de las primera máquinas con las que contaba la empresa, una DC3/21, con destino a la entonces lejana localidad de Pedro Juan Caballero, pilotada por el entonces capitán PAM Herbert Leo Nowak. En noviembre de ese mismo año se sumaron tres nuevos aparatos y en los años siguientes fue aumentando el número, cubriendo con su servicio a más de 30 localidades del interior, además de los vuelos a establecimientos ganaderos y fortines militares del Chaco. La primera comisión directiva de TAM estuvo integrada por el coronel Abdón Caballero Álvarez (presidente), teniente coronel Epifanio Ovando (vicepresidente), coronel Ricardo Larán (tesorero), capitán Adolfo Da Silva (protesorero), capitán Hilarión Giménez (secretario) y Herbert Leo Nowak (jefe de operaciones). La primera azafata fue la señorita Librada Ramírez. El primer accidente que involucró a TAM fue el ocurrido en 1965, en Pedro Juan Caballero, en momentos en los que una de las máquinas despegaba de la pista. El desperfecto de uno de los motores impidió el decolaje, precipitándose a tierra con pasaje y carga a bordo, cuando el aparato aún no alcanzaba los 100 m de altura. En la tragedia murió el piloto, el mayor Carlos Martínez, mientras que los pasajeros sufrieron heridas diversas.
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Ferrocarril en el Paraguay
Habíamos mencionado que, en 1911, la compañía del Ferrocarril Central del Paraguay “Carlos Antonio López” se propuso la construcción de un ramal de Villa Rica a los Saltos de Yguazú y la construcción de un puerto en Villeta, con su ramal respectivo de 40 km de extensión a Asunción, así como la construcción del ramal Borja-Saltos de Yguazú, cuya primera parte constó de 63 km, habilitada en 1915. La crisis económica producida por la Primera Guerra Mundial abortó este y otros proyectos de la compañía ferroviaria, como el ramal a Villeta y el de Paraguarí-Carapeguá, que fueron abandonados para tiempos mejores que nunca más llegaron. En los primeros días de 1889, don Adeodato Gondra –en representación de un sindicato extranjero– solicitó concesiones especiales para construir un ferrocarril que, arrancando de Pilar como estación originaria, debía pasar por Talavera, Tacuaras, Guasuá y cruzar el Tebicuary por un gran puente que debía construirse a la altura de Villa Florida, hasta una gran estación terminal, de donde las vías debían haber seguido hasta Quyquyhó y de allí a Villa Rica, empalmando con las vías existentes. Desde la mencionada terminal sobre el Tebicuary, otro ramal debía llegar a la estación de Paraguarí, pasando por Espínola Cañada, Caapucú, Ybycuí, Quiindy, Acahay y Carapeguá. En esos años, también se había concedido a Thomas Odgen Osborn y Cía. la construcción de un ferrocarril que, partiendo de la orilla del río Paraguay por el Chaco, llegara hasta la frontera con Bolivia, con una línea telegráfica paralela a las vías. De la misma época data otro plan ferroviario, desempolvado años atrás con el nombre de “ferrovía de la soja”, pero nuevamente quedó en aguas de borraja. Fue el proyecto Ferrocarril Transcontinental, que tenía previsto unir las ciudades de Asunción y Santos, Brasil. El trayecto tenía una extensión de 1300 km y la concesión fue otorgada a Modave de Masogne, el vizconde Obert de Thieusies y E. de Bougade La Dardye. No pasó de un hermoso sueño. Otro proyecto fue el de Conde do Nacimiento y Cía., de 1911, que tenía previsto construir un ferrocarril entre Asunción y Saltos del Guairá, cubriendo en su itinerario diversas poblaciones, como Limpio, Altos, Tobatí, Barrero Grande (E. Ayala), San José de los Arroyos, Caazapá, Ajos (Cnel. Oviedo), San Joaquín y Curuguaty. Estos proyectos nunca fueron realizados y, cuando años después aparecieron los primeros camiones que abrieron los caminos hacia el interior del país, fueron totalmente desechados, quedando en servicio solo el obsoleto sistema iniciado durante el gobierno de don Carlos Antonio López, enajenado en la posguerra al capital inglés y, luego, nacionalizado el 21 de octubre de 1961.
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