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Un italiano emprendedor

Don Jeremías Lunardelli fue un empresario nacido en Treviso, Italia, el 20 de agosto de 1885. Dos años después, su familia se estableció en Río Grande do Sul, Brasil, en el que el joven Lunardelli se dedicó a diversas tareas laborales, y aprendió a leer y escribir por su propio esfuerzo.

Por medio de su desempeño, logró su independencia económica y hacia 1915 empezó a comprar tierras, las que fue extendiendo y llenándolas de cultivos de cafetos.

A tanto llegó la importancia de su producción, que fue considerado en el Brasil como el “Rey del Café”. A raíz del crash de la bolsa neoyorquina de 1929, diversificó sus actividades; entre ellas incursionó en la producción ganadera y algodonera.

A partir de los años 40, del siglo XX, se dedicó a colonizar sus tierras y reabrir sus ingenios cafeteros. En el Paraguay adquirió grandes extensiones de propiedades que, antiguamente, pertenecieron a la Industrial Paraguaya, pero que hoy forman parte de los distritos de Corpus Christi (antiguamente llamado Cayé Cué), Catueté y Francisco Caballero Álvarez.

Por el papel que desempeñó en la agricultura brasileña, el Gobierno de ese país le concedió la condecoración Orden do Cruzeiro do Sul. Falleció en São Paulo, Brasil, el 9 de mayo de 1962.

Adopción de medidas

El 4 de julio de 1899, una ley sancionada por el Poder Legislativo dispuso la adopción del sistema métrico decimal.

Dicha ley decía que desde el 1 de enero de 1901 “todas las transacciones por mayor y menor, así como todas las operaciones que se refieran a medidas de longitud, superficie, volumen, capacidad o peso deberán hacerse según el sistema métrico decimal, sus múltiplos y submúltiplos”.

Establecía, también, que el Poder Ejecutivo debía mandar formar cuadros de equivalencia entre “las pesas y medidas actualmente en uso en la República y las del sistema métrico decimal”.

Por otra parte, se declaró obligatorio el estudio del sistema métrico decimal en los colegios y escuelas públicas y particulares de la República. Igualmente, ordenaba que el Poder Ejecutivo gestionara los prototipos de las diversas medidas indicadas en la ley y que serían depositadas en la Municipalidad de la capital, en la que sería verificado el contraste de todas las unidades expedidas al público.

La ley también ordenaba que el Gobierno provea a las municipalidades del país colecciones de medidas, además de disponer la venta pública de las mismas.

Integración ferroviaria internacional

En 1910, por intermedio del Ferrocarril Nordeste Argentino, el Gobierno argentino suscribió acciones del Ferrocarril Central del Paraguay por valor de 220.000 libras esterlinas (40 %) para acelerar el empalme en Pacú-cuá, comprometiéndose a adquirir o trocar por otros utensilios el material rodante de trocha ancha de nuestro sistema ferroviario. El otro fuerte accionista era Manuel Rodríguez con 200.000 libras (35 %) y otros, con 142.930 libras (25 %).

En mayo de ese mismo año, próxima a terminarse la vía férrea hasta Encarnación, se trasladó a Buenos Aires el gerente del ferrocarril paraguayo para tratar que el empalme de este con el argentino no se hiciera mediante un ferry boat, sino por un puente. Como un proyecto de esa envergadura tenía un costo elevadísimo, no prosperó la idea y Mr. Fraser Lawton tuvo que contentarse con el ferry, que funcionó hasta 1990, cuando se habilitó el puente internacional entre Encarnación (Paraguay) y Posadas (Argentina).

Un nuevo cementerio

El 13 de octubre de 1919, la Junta Municipal de Asunción otorgó permiso a la Alianza Israelita del Paraguay para utilizar como cementerio de la asociación la propiedad adquirida a ese efecto con una superficie de 5975 m2, adyacente al cementerio de La Recoleta.

surucua@abc.com.py

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