LA CANASTA MECÁNICA

LA VIDA ELÉCTRICA.- Si existe una energía de consumo de alta calidad, esa es la energía eléctrica. Además de ser imprescindible para la actividad de hogares y ciudades, posee aplicaciones tan múltiples que posibilita iluminar las casas y calles, mantener frescos los alimentos; permite el funcionamiento de un tren, la recarga de batería de un teléfono, de la laptop; concede el acceso a la rapidez del horno microondas, al entretenimiento e información que llega a través de la televisión y al confort del aire frío o caliente, entre muchísimas otras utilidades.

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La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma de unas formas en otras; por eso, la energía eléctrica puede convertirse en luminosa, mecánica y térmica. Lamentablemente, todavía no es posible almacenar electricidad. Por lo tanto, la oferta tiene que ser igual a la demanda, lo que vuelve necesario su uso consciente, sin despilfarro. Nuestro uso en exceso podría afectar a mucha gente que depende del proveedor de electricidad; en nuestro caso, la ANDE.

Gobiernos de otros países hacen intensas campañas para promover el consumo racionado y razonable de la electricidad. Más allá de memes y humoradas, esto nos tiene que llevar a la conclusión de que son apropiadas las sugerencias de Pedro Ferreira, presidente de la Administración Nacional de Electricidad. No disminuye para nada la dignidad ciudadana de quien evita planchar la ropa a la siesta, cuando el calor arrecia y se encienden a full los aparatos acondicionadores de aire. Es solidario, no humillante, mantener en 24° la temperatura del aparato enfriador de aire, para que la energía eléctrica pueda llegar a más personas, no se recarguen los equipos que transportan el esencial fluido ni se produzcan cortes y apagones. Es de inteligentes, con información adecuada y espíritu comunitario, aprender a utilizar el agua, la electricidad y el gas en forma racional.

Ya en el 2012, la ANDE aconsejaba ahorrar electricidad con el cambio de focos incandescentes por lámparas de bajo consumo. Sugería verificar el estado de las instalaciones eléctricas. Algunas casas y edificios tienen instalaciones eléctricas obsoletas, con cables que están pelados, pierden energía y pueden producir cortocircuitos. También aconsejaba evitar el uso simultáneo de electrodomésticos, usar el lavarropas a plena carga y en programas cortos, pedía que se utilizara la ducha eléctrica fuera del horario pico. Recordaba que los cargadores de celulares conectados siguen consumiendo electricidad, aun cuando no estén cargando algún aparato. También pedía disminuir la frecuencia de apertura de las heladeras y no introducir comidas calientes en ellas.

En estos casos, no sirve cancherear y creernos más importantes por gastar electricidad a como nos dé la gana. Los recursos energéticos pertenecen a toda la población. Usarlos en forma inteligente, sin desperdiciar, puede disminuir la cifra que nos viene cada mes en la factura, a la vez que nos permitirá colaborar para que no le falte energía a otra gente, incluida nuestra propia casa o empresa.

carlafabri@abc.com.py

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