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Si esto es tan así, ¿cómo es que el altruismo no desapareció? Gente generosa sigue existiendo en todas las áreas, aunque, siguiendo la línea darwiniana, colaborar podría poner en peligro la propia supervivencia y capacidad de crear descendencia, apostando a ayudar a otras personas.
A través de esta última campaña de Teletón comprobamos que la generosidad prevalece y se impone por encima de la voracidad, la codicia y la maledicencia. El altruismo venció a la iniquidad. La bondad triunfó por sobre la perversidad de un plan organizado por el lado oscuro de la fuerza, plagado de mentiras, con intenciones destructivas. Hablo de este plan malvado desde mi experiencia personal porque, una vez más, este año, las mentes diabólicas pusieron en circulación en las redes sociales un texto en contra de Teletón que supuestamente es mío. Vuelvo a aclarar, para que esto quede como testimonio, que nunca escribí nada adverso al noble trabajo de Teletón. Todo lo contrario. Felicito a Teletón y a las personas que trabajan en esa noble causa, por el éxito obtenido en cada jornada de recolección de aportes para solventar excelentes fines. Teletón toma a su cargo y busca la solución de un problema social que el Estado no resuelve.
Es fácil actuar con generosidad con parientes y amistades. Así se propaga el planillerismo que vampiriza nuestros bolsillos y nuestras vidas. Por poner un ejemplo, me entero de que la concejal sopapeadora ubicó a su hija como asesora jurídica de Nenecho, que ahora funge de presidente de la Junta Municipal (¡?). ¿Con el pago de nuestros impuestos municipales le tenemos que pagar el sueldo de G. 23.000.000, más combustible, viáticos, viajes, etc., a la concejal sopapeadora, enemiga pública declarada de los vecindarios de Asunción? ¿Ahora también tenemos que pagar el sueldo de la hija? ¿Quién le paga a la asesora jurídica? ¿Nenecho?
A esta funcionaria desleal con la ciudadanía, que para ocupar un puesto en el servicio público se benefició de la industria del antiestronismo, es hacia donde deberían apuntar su queja quienes fomentan la campaña destructiva contra Teletón, que después de todo es una institución privada.
Me niego a pagar impuestos para solventar la gran vida de personajes garrapatas, sus familiares y seres queridos. Menos todavía ahora que la municipalidad nos quiere encajar la cobranza tercerizada de impuestos, cedida por 10 años al consorcio panameño TX, asociado a la empresa cobradora local Casar, que percibirán el 22,75 %. Gran parte de ese monto de nuestro dinero irá a parar a Panamá. No son altruistas nuestras autoridades municipales. Desactivemos el municipio, institución pública que está podrida, y apoyemos a la Fundación Teletón, que es privada y beneficia a muchísima gente paraguaya y, también, extranjera. Siempre triunfará el lado luminoso de la fuerza.