LA CANASTA MECÁNICA

ADICCIÓN A LAS REDES.- Son estupendas las nuevas tecnologías porque mejoran nuestras vidas. El problema surge a partir del mal uso que puede hacerse de internet, sobre todo los adolescentes que son los más vulnerables, ya que se encuentran en pleno proceso de formación de la personalidad adulta y porque, para los adolescentes de hoy en día, el terreno virtual tiene tanta realidad como las relaciones reales. Los cambios físicos y psicológicos que suceden en la adolescencia aumentan la vulnerabilidad a nivel emocional. Las nuevas tecnologías ofrecen la posibilidad de perderse en un mundo de fantasía para huir de la rutina cotidiana.

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Olvidar el teléfono celular puede producir ansiedad en quienes no son capaces de mantenerse ni un segundo alejados del aparato, que se ha convertido en una especie de prótesis del cuerpo. No podemos negar los beneficios que nos han traído las nuevas tecnologías, sin embargo, condicionar nuestra vida a un dispositivo móvil puede llegar a ser perjudicial para la salud.

La Organización Mundial de la Salud dice que una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías.

Una voz calificada por su conocimiento de las claves más complejas de la tecnología digital es la de Jaron Lanier, considerado un padre de la realidad virtual. Él dice que, en la actualidad, las redes sociales generan dependencia en la gente como lo hace el cigarrillo, y que así como por el bienestar de la salud se deja de fumar, la gente debería dejar las redes.

Sugiere que se desarticule el inmenso poder de redes sociales como Facebook, porque son como un cáncer digital. Critica con dureza que unas pocas compañías hayan monopolizado el control de internet hasta arruinarlo.

Lanier opina que las redes sociales crearon una necesidad falsa y con sus algoritmos están produciendo una masa de adictos. En una entrevista concedida al diario El País, expresa que Facebook ha aplicado técnicas conductistas –como ha aceptado su socio fundador Sean Parker– alterando el sistema de dopamina del cerebro. El hecho de recibir servicios gratis en internet es solo un gran espejismo y el precio que se paga es muy alto, por ejemplo, sin pensarlo con la debida sensatez ya cedimos nuestra privacidad.

Es lamentable que no sepamos utilizar correctamente la tecnología. Nos convertimos en vehículos de la estupidez, cuando publicamos y reenviamos tonterías y falsedades. Las redes sociales están acabando con la empatía, aparte de ser una amenaza para la libertad personal, según Lanier. También hace hincapié en que Facebook pretende guardar registro de todas nuestras acciones, lo que nos gusta, lo que compartimos, lo que comentamos, los lugares a los que viajamos. Formamos parte de un experimento constante para que los anunciantes nos envíen sus mensajes cuando somos más susceptibles a ellos.

Jaron Lanier no quiere acabar con internet. Lo que aconseja es dejar las redes, aunque sea por un tiempo, como una forma de saber si nos está perjudicando, y priorizar las relaciones personales antes que las virtuales.

carlafabri@abc.com.py

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