LA CANASTA MECÁNICA

LA FELICIDAD SE APRENDE.- Cunde la enfermedad de la rapidez y sus consecuentes ataques de pánico. El doctor López Rosetti, autor del libro Emoción y Sentimientos, aconseja: Nunca cambies un kilo de peso por un gramo de felicidad. También dice que no somos racionales, somos seres emocionales que razonan, y que la felicidad es lo contrario al estrés. El corazón decide y la razón justifica.

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Se refiere a la emoción como a toda vivencia que se refleja en el rostro: el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el asco y la sorpresa son reconocibles por cualquier persona en cualquier parte del mundo y no se aprenden, son parte de cualquier programa biológico. Un ciego de nacimiento nunca vio un rostro de alegría o de tristeza, pero pone esa expresión cuando siente alegría o tristeza. Generalmente, estas emociones duran poco tiempo, minutos u horas. Y son intensas, dan taquicardia, palpitaciones, se te revuelve el estómago o algo cambia. El sentimiento es cuando las emociones básicas, las que nombramos, se mezclan y se resuelven en el cerebro. Imagino que el resultado debe ser muy distinto si se mezclan las emociones de un Hitler, que si se mezclan las emociones de una madre Teresa de Calcuta.

El doctor López Rosetti es médico cardiólogo clínico, coordinador del gabinete de Medicina del Estrés y Psicobiología del Hospital Central Municipal de San Isidro en Buenos Aires. Comparto su idea cuando afirma que la felicidad es un grado de bienestar que se puede cultivar. Siempre sentí una suerte de optimismo de nacimiento, como si una tendencia a ser feliz estuviera anclada en mi ADN y me permitiera atravesar con fortaleza de espíritu los momentos tristes, depresivos, desagradables. También coincido con el galeno acerca de la existencia del analfabetismo emocional o alexitimia, que es muy frecuente y afecta aproximadamente a ocho de cada diez hombres. En cambio, las mujeres tienen una mayor conexión entre áreas del habla del hemisferio izquierdo del cerebro con las del derecho. Esto hace que en ellas la alexitimia sea menos común, al igual que otros problemas de comunicación como el autismo, por ejemplo. A veces pensamos que alguien que no se comunica es una persona introvertida, cuando, en realidad, lo que tiene es alexitimia o analfabetismo emocional, un impedimento que le hace sufrir. Es una desadaptación social. El cerebro es un órgano social y cualquier persona que no se comunica no enriquece una relación. El ser humano cambió por la influencia de varias cosas: la generación de herramientas, el manejo del fuego, la palabra y la vida comunitaria. Esto es tener comunicación compleja para etiquetar las emociones, los sentimientos y las abstracciones del pensamiento.

Atención a esto cuando su pareja se encierra en su silencio y no quiere hablar: la clave para mantener la sincronía de pareja es el diálogo, porque son dos personas que evolutivamente llevan caminos distintos.

La teoría triangular del amor de Sternberg incluye pasión, intimidad y compromiso. Pero la evolución del amor en el tiempo depende de otros factores que tienen que ver con la comunicación y la comprensión de la otra persona. Si uno de los miembros de la pareja sufre de alexitimia, surgirá la necesidad de buscar la manera de desarrollar la comunicación. La felicidad se aprende y, también, podemos aprender a comunicarnos con empatía, altruismo y afecto.

carlafabri@abc.com.py

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