Los libaneses en el Paraguay

Desde fines del siglo XIX, miles de libaneses tuvieron que dejar su patria, en busca de mejores perspectivas de vida. Y fueron muchos los que llegaron al Paraguay para trabajar, formar familia y volver a empezar. Con fortaleza y sacrificio lograron sobresalir en una sociedad completamente distinta a la suya.

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La inmigración de los libaneses en el Paraguay -según un escrito elaborado por Farid Sami El-Khoury, encargado de Asuntos Consulares del Líbano en Asunción- se divide en dos épocas: antigua y moderna. Y fueron dos las razones que a fines del siglo XIX y principios del XX impulsaron el desarraigo.
Motivo político: era para escapar del abuso y mal trato durante el Imperio Otomano en la región.
Motivo económico: para librarse del terror causado por la Primera Guerra Mundial que generó muchas muertes, desilusiones y pobreza.

En tiempos modernos o actuales, arrancó después de la Segunda Guerra Mundial. Fueron miles de personas, principalmente hombres, los que tomaron la decisión de salir de la patria amada. Tuvieron que soportar las consecuencias de largos viajes en barco, rumbo a tierras desconocidas. Muchas veces con la incógnita de dónde embarcar y, peor aún, dónde desembarcar. En esos trayectos tan bravos debieron superar dolores, enfermedades y nostalgias. Y se vieron obligados a resistir tormentas, huracanes, catástrofes de todo tipo en medio del mar. Si bien al final del viaje les aguardaba la emoción de pisar la tierra prometida, con la posibilidad de rehacer los sueños, muchos fueron los que no perduraron en sus deseos de vivir y tomaron la drástica determinación de ahorcarse. En esa época viajar era como morir. No significaba olvidar el origen ni tampoco ser olvidado, pero era desaparecer del círculo familiar. Era dejar padres, madres, hermanos, abuelos y todas las amistades. Quizás, para siempre.

El primer destino de los que se dirigían al sur del continente americano era el puerto de Buenos Aires, Argentina. Llegaban los inmigrantes sin siquiera hablar el idioma español. También sin conocer las costumbres. Pero no tardaban en adaptarse y procurar cumplir sus metas de acceder a una vida digna. Así comenzaron a formar hogar y tener hijos en estas tierras, sin olvidar nunca sus raíces.

Organizados en grupos y comunidades, los más audaces se lanzaban a la aventura de explorar lugares con el propósito de hallar el mejor terreno para radicarse. Siguiendo viaje por los ríos o en trenes llegaron al Paraguay. Y se distribuyeron en localidades donde el comercio podía ser un rubro destacado para ellos. Así se instalaron en Asunción, Concepción, Puerto Rosario, Villarrica, Itacurubí del Rosario, Encarnación, San Estanislao, Pedro Juan Caballero, Caraguatay y otras ciudades.

Se enrolaron a la sociedad paraguaya y después de muchos esfuerzos y trabajos pudieron abrir comercios, montar fábricas o cultivar la tierra. Y aprendieron no solamente el castellano, sino también el guaraní.

Junto con los paraguayos lucharon en la Guerra del Chaco, participaron en su civilización y ayudaron en su construcción.
Se unieron en matrimonio a las mujeres y hombres del Paraguay. Respetaron siempre la identidad cultural del país que los acogió. Enseñaron a sus hijos el amor por las dos culturas. Crearon clubes y asociaciones donde preservar sus tradiciones. Y muchos son los apellidos árabes, provenientes del Líbano, que ahora se destacan en la sociedad como dirigentes políticos, autoridades nacionales, empresarios, escritores o poetas.

Algunos de estos apellidos fueron cambiados o bien modificados por la pronunciación en español. Pero muchos son los que conservan su identidad original. Los más frecuentes son: Aboud, Aid, Armele, Arar, Arroca, Arroce, Rossi, Atat, Ayala, Azar, Barchini, Buzarquis, Canan/Kanan, Nader, Cofure, Curi/Kuri/Juri, Daher, Damus, Díaz, Dibb, Elías, Esgaib/Zgaib, Esquef/Skef, Fadlala, Fadul, Farah, García, Ghobril, Girala, Gosen, Haddad, Haitter/Haidar, Harari, Huespe, Ismael/Ysmail, Kalfat, Mohur, Maluff, Mancía, Mende, Musi, Ouchana, Rahi, Resck/Risk, Rosas, Sabag, Safuan, Sardi, Seifeddin, Serrán, Yambay/Yampey, Yanho, Yauhari, Yore, Yunis.


Los últimos contingentes importantes de inmigrantes llegaron al Paraguay a fines de los años 60 y principios de los 70. Vinieron con espíritu comercial y deseos de construir un futuro célebre, lleno de éxitos económicos y personales. Exploraron las puertas comerciales del país con el mundo. Se ubicaron en zonas fronterizas, en la época localidades poco pobladas, apostando al mañana. De esta manera ayudaron a construir lo que hoy es una de las ciudades más progresistas del país, Ciudad del Este. Y así consolidar lo que ya es una realidad, la unión entre paraguayos y libaneses. Porque desde un principio se sintieron parte de esta tierra y esta tierra fue parte de ellos, con su labor, su esfuerzo y su amor.


Estrechas relaciones

En el mes de julio de 2004 se reabrió la Embajada del Líbano en Paraguay. Las relaciones entre las dos naciones amigas se habían iniciado en 1950, cuando fue designado cónsul honorario el señor Emilio Fadlala.

Ahora, desde su llegada a Asunción, el embajador Fares Eid se halla abocado a fortalecer la unión entre los dos pueblos. Días pasados organizó una recepción de honor para celebrar el 62o aniversario de independencia de su patria. Estuvieron presentes autoridades nacionales, miembros del cuerpo diplomático y personalidades de la sociedad paraguaya.

El 23 de noviembre abrió las puertas de la Embajada al arte local, con una exposición de cuadros de Natalia Lemir. Y para el próximo 3 de diciembre auspicia un gran concierto en homenaje al maestro Herminio Giménez, con participación del poeta y escritor Girala Yampey y la Orquesta de Cámara del maestro Miguel Angel Echeverría, en la Unión Libanesa.


Breve historial

La posición estratégica del Líbano en el Mediterráneo le ha significado permanentes invasiones. Esta tierra de fenicios fue ocupada por asirios, egipcios, griegos, romanos, árabes y turcos. Formó parte con Siria del Imperio Otomano hasta 1918. Después de la Primera Guerra Mundial fue mandato francés en nombre de la Sociedad de las Naciones. Aun cuando declaró su independencia en 1943, las acciones de la Segunda Guerra Mundial no permitieron que ella fuera plenamente efectiva hasta 1946.
La intervención del Líbano en la guerra árabe-israelí de 1948, su apoyo moral a los árabes en la otra guerra árabe-israelí de los Seis Días (1967) y la llegada al país de numerosos refugiados palestinos, han significado una constante hostilidad con la vecina Israel que, en su enfrentamiento con la acción guerrillera palestina ha penetrado en territorio libanés, primero en 1970, y luego en 1982, desencadenando en esta última ocasión un sangriento combate en Beirut, que no cesó hasta la salida del Líbano de los guerrilleros palestinos.

Identikit

Nombre oficial: República Libanesa. Comúnmente se le llama El Líbano. Proviene del idioma arameo Lubnan que significa la fragancia de sus árboles y el color blanco de la nieve que cubre la cima de las montañas. Obtuvo su independencia de la administración francesa, el 22 de noviembre de 1943, por mandato de las Naciones Unidas.

Ubicación geográfica: Oriente Medio, bordeando el mar Mediterráneo. Tiene 79 kilómetros de frontera terrestre con Israel y 375 km con Siria. Su superficie total es de 10.452 kilómetros cuadrados.

La capital es Beirut y otras ciudades importantes son Trípoli, Biblos, Sidón, Yunieh y Tiro. En la actualidad su presidente es el general Emil Lahoud.
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