Margarita Irún, auténtica leyenda del teatro

La actriz Margarita Irún repasa su trayectoria profesional y sus mejores actuaciones. Vibrante y llena de energía, esta leyenda del teatro sigue reproduciendo su fórmula de éxito, que logró arrancar ovaciones de los miles de escenarios que pisó.

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Es casi imposible enumerar todas las obras en las que la polifacética Margarita Irún participó a lo largo de sus 50 años de profesión. Su primera actuación fue en el Teatro Municipal. Luego, siguió con la declamación y, después, de la mano de María Elena Sachero y Mario Prono, comenzó a actuar en teatro.

La primera obra en la que actuó fue Diagnóstico de familia y, luego, Las criadas, con el elenco del Ateneo. En el Arlequín también hizo vibrar al público con algunas obras, como Las troyanas, Doña Rosita la soltera y otras tantas.

Este repaso supone, para ella, mucha emoción, en la que evoca su entrega y la cosecha de aplausos prodigados por el público. “Siempre tuve muy en claro que quería actuar y me preparé para ello. Tomé clases de todo”, expresa, al recordar esos primeros caminos andados.

Y no hizo más que afianzarse en la profesión elegida. “Cada actuación era una dedicación absoluta y ver los frutos a través de los años me pone muy feliz, sobre todo porque celebré los 50 años con la obra Ramona Quebranto y con mi hija Paola. La primera versión la hice hace 28 años; hoy es una puesta muy cara a mis afectos. Es una Ramona que está muy dentro de mí”, cuenta.

Con una amplia sonrisa, afirma que se debe a su público y está muy “satisfecha con lo entregado”. “Mi compromiso es con el público; le debo todo. Trabajar en el teatro no es nada fácil. Hacerse camino y sobresalir, realmente, es un logro muy importante”, asegura.

En todos los géneros teatrales se sintió muy cómoda siempre, desde los clásicos hasta las tragedias o el humor. “Caminé por todos los géneros, aunque ahora necesito del humor, la comedia”, admite.

En este transitar, el apoyo de su familia fue muy importante. “De alguna manera, uno no hace sola la carrera; está la familia, que es el pilar de la vida. Tuve la dicha de contar con el incondicional apoyo de mi marido; de otro modo, no sé si hubiera sido posible todo esto”, exclama.

En el repaso de su carrera también menciona a los amigos, productores, técnicos; en fin, a todos aquellos que hacen posible el éxito de una obra y, por supuesto, no deja de nombrar al equipo más grande y leal: la gente, que es la que enaltece sus actuaciones.

Su aporte también tiene que ver con la docencia. De la escuela de teatro que lleva su nombre siguen naciendo grandes artistas. “Es un semillero para el audiovisual, el teatro, la tevé, el cine”, dice.

Vibrante, desenfadada, alegre y llena de energía, esta leyenda viva sigue reproduciendo su fórmula de éxito, que logró arrancar ovaciones de los miles de escenarios que pisó: la solvencia, el profesionalismo, la entrega, el sacrificio. “Todas mis experiencias fueron emocionantes e interesantes. La experiencia te da madurez y una capacidad resolutiva increíble”.

Todavía no tiene planeado retirarse. “Tenemos Margarita para rato”, bromea y añade: “Sigo hasta que me convoquen arriba. El teatro me dio grandes y memorables momentos; es mi droga. Quiero seguir sintiendo la emoción de emocionar al público”, sostiene.

Sobre los pasos de sus hijas, asegura que se siente más que orgullosa. “Ver a los hijos exitosos es la felicidad máxima. Tengo nietos. Me siento agradecida con la vida. Actuar con Paola era un sueño que se hizo realidad en Ramona Quebranto, en la celebración de los 50 años de trayectoria. Solo puedo decir: ‘Gracias, Señor, por tanto’. Yo quise, yo puedo y sigo pudiendo. Me merezco”.

Maragarita Irún, sin duda, es una leyenda del teatro. Sus personajes en las obras labraron una carrera envidiable y respetada.

ndure@abc.com.py

Fotos ABC Color/Virigilio Vera.

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