Santo cura gaucho

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El papa Francisco proclamó en el Vaticano a siete nuevos santos, entre ellos al “cura gaucho”, el argentino José Gabriel Brochero.

Además de Brochero, fue canonizado santo el “niño mártir”: el mexicano José Sánchez del Río, asesinado a los 14 años durante la Guerra Cristera. Los dos nuevos santos latinoamericanos, quienes vivieron a comienzos del siglo XX, representan a la Iglesia católica en ese continente: una, comprometida con los pobres y enfermos; otra, dispuesta a sacrificar la propia vida por su fe religiosa.

Durante la ceremonia fueron canonizados también otros cinco nuevos santos: los franceses Salomón Leclercq (1745-1792) e Isabel de la Santísima Trinidad Catez (1880-1906), el español Manuel González García (1877-1940), y los italianos Ludovico Pavoni (1784-1849) y Alfonso María Fusco (1839-1910).

Religioso con olor a oveja

El “cura gaucho”, como se lo conoce a Brochero, declarado beato en setiembre del 2013, se convirtió en el primer santo nacido y fallecido en la Argentina; “ciento por ciento argentino”, recordó el embajador de ese país ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter.

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Muy popular en su país, el sacerdote realizó una misión evangelizadora a lomo de mula en las sierras de Córdoba, al norte de Buenos Aires, donde nació en 1840 y murió en 1914, víctima de la lepra.

La causa para la beatificación del cura Brochero se inició en 1965, pero recién en el 2012 una junta médica del Vaticano aprobó por unanimidad atribuir al sacerdote la cura milagrosa de un niño, Nicolás Flores Violino, ocurrida a fines del 2000, quien también asistirá a la ceremonia en el Vaticano.

Un segundo milagro atribuido a Brochero –la recuperación de Camila Brusotti, una niña con lesiones que la habían dejado al borde de la muerte– le permite convertirse en modelo de vida para los católicos de todos los continentes.

“Este pastor con olor a oveja se hizo pobre entre los pobres”, escribió el papa Francisco al recordar su labor pastoral. “No se quedó en la sacristía a peinar ovejas”, subrayó. (EFE).

Fotos Agencias.