Una app para conquistar el espacio

Gisselle y Abel son informáticos que querían capacitarse en el exterior. Ahorraron para ello sin imaginarse que terminarían en un concurso de la NASA, en Madrid, España, integrando el equipo que elaboró una aplicación para conquistar el espacio vía realidad virtual.

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Gisselle Ramírez y Abel Ledesma tienen 23 años y están casados hace dos. Cuando se comprometieron, una de sus promesas más importantes fue seguir viajando para capacitarse en el exterior. Son informáticos, así que esto es fundamental en el rubro. Hace varios meses empezaron a ahorrar para realizar un taller en Málaga, España. Tenían pasajes pagados y reservas de hotel; todo listo hasta que, apenas unos días antes, les avisaron que el evento se canceló.

Esto generó tensión y desilusión, pero en vez de quedarse quietos, inmediatamente, empezaron a buscar otros cursos o talleres en España que coincidieran con sus fechas. Vieron un evento de la National Aeronautic and Space Administration (NASA), la misma del espacio y las películas... Un sueño inalcanzable. Pero en ese momento no tenían mucho que perder y las fechas se acercaban, así que probaron suerte. Minutos después, les respondieron que ya no habían lugares, pero que quedarían en lista de espera.

Llegaron a Madrid, contemplando la idea de hacer solo turismo, pero los astros se alinearon a su favor y tres personas desertaron apenas horas antes del evento. “De pura casualidad revisé mi correo al llegar al hotel y vi el aviso. Ni siquiera nos duchamos. Salimos inmediatamente y fuimos los primeros en llegar. No podíamos creer que fuera real”, cuenta Gisselle, todavía sonriendo.

El evento es un certamen que la NASA realiza en varios países del mundo, en el que los participantes deben encontrar soluciones para los desafíos que proponen los ingenieros de la estación espacial en menos de 48 h. Para ello, se componen equipos de tres a cinco personas; muchas de ellas, desconocidas completamente que deben compartir su conocimiento.

Gisselle es diseñadora web y Abel, programador. En el Paraguay tienen su propio emprendimiento informático. Pero sobre el espacio, ninguno de los dos tenía ni la más mínima noción. Tuvieron la suerte, según cuentan, de haber caído en un equipo diverso y completo. Nuria Machado, Estrella Pérez y David Crespo, todos españoles, los recibieron y les dieron espacio para crear. Se dividieron las tareas y fueron los únicos en la competencia que presentaron el proyecto terminado para la presentación.

“David se encargó de la realidad virtual, Gisselle preparó el diseño web, Nuria y Estrella hicieron la fundamentación y traducción del proyecto, y a mí me tocó la programación. Cada una hora nos reuníamos para verificar el avance y comprobar que todo se ajustara a lo que necesitáramos. Ya era un hecho. Teníamos que salir de ahí teniendo la posibilidad de pasear por la Luna y Marte”, comenta Abel.

“Todo lo que leímos sobre el evento era que se tenían 48 h para presentar la propuesta, pero en tiempo real fueron menos. La noche del sábado me quedé en el hotel estudiando para poder aplicar en el proyecto un sistema completamente nuevo para mí”, continúa.

Si bien ninguno de los integrantes del equipo tenía experiencia sobre el tema específico, la NASA proveyó toda la información necesaria para aplicar al prototipo. Sumado a los lentes de realidad virtual, que es la pieza clave para su funcionamiento, desde la mañana de ese domingo fue posible pasear por la Luna y Marte.

Al ponerse los lentes, uno puede sentir que está en el espacio. Se pueden recorrer los cráteres lunares y la superficie de Marte. La alta tecnología de los lentes de realidad virtual hacen que sea muy difícil para el cerebro captar que se trata de una ficción.

Los organizadores consideraron un gran mérito que el equipo haya culminado el trabajo con tanta calidad, así que fueron uno de los dos ganadores, con un pase para competir con su proyecto a nivel mundial.

“Fue una experiencia sensacional, no solo porque cumplimos con nuestro sueño de capacitarnos, sino que, sin esperar, aprendimos muchísimo en áreas que eran desconocidas para nosotros, como la realidad virtual. La experiencia de nuestros compañeros de equipo fue fundamental; aprendimos, justamente, a trabajar en conjunto y bajo presión, sobre el sistema en sí de la NASA y todo lo que conlleva. Fue realmente algo que valió la pena por cada segundo”, dice Abel.

Además, el hecho de que la app esté disponible, que sea algo a lo que se pueda acceder en todo el mundo, es la posibilidad de cumplir, en gran medida, el deseo de personas de todas las edades que sueñan con llegar al espacio.

Agradecimiento especial: Blas Servin y Centro Astronómico Bicentenario.

mbareiro@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Claudio Ocampo/Virgilio Vera.

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