Una campeona que va por más

Con felicidad, Andrea Lafarja sigue recordando cuando cruzó la meta final del Dakar 2019. Fue el momento en que su sueño se hizo realidad y el premio a las horas de esfuerzo que entregó para llegar hasta allí.

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Ese momento en Perú la consagró como la primera mujer paraguaya en culminar el Dakar. Un título que la inscribe en la historia del automovilismo paraguayo, para el cual quiere seguir sumando. Este año tiene en el país 13 carreras estipuladas, entre rally y cross country. “Estoy muy contenta de pertenecer desde este año al Team La Renga. Para mí es un orgullo que me hayan llamado para ser parte de este equipo tan renombrado y de mucha experiencia. Más feliz aún por apostar a una mujer que está tratando de meterse en un mundo casi exclusivo de hombres”, confiesa Andrea Lafarja sobre su incorporación.

Aunque tuvo deseos de competir siempre, pues su padre y hermanos lo hacían, su trayectoria es incipiente y prometedora. Ya participó en competencias latinoamericanas. Recientemente ganó en la categoría RC2N y fue tercera en la ubicación general, en el Mini Rally de Quiindy, con su copiloto Germán Maune.

“Estamos con muchas expectativas, ya que es mi primer año en el rally nacional. Nos estamos preparando con todo para el Rally del Chaco, que es mi principal objetivo”, confiesa la corredora.

Andrea cree que lo más difícil en el Transchaco Rally sería estar entre los primeros en su categoría ya que todos corren hace mucho tiempo. “Pero nada es imposible. Con práctica, todos podemos estar entre los mejores, solo que lleva su tiempo”, apuesta.

Recordando su paso en el Dakar, Andrea afirma que fue una experiencia inexplicable. “Solo el que corre lo sabe”, afirma. Sostiene que fue una preparación intensa para poder llegar a la meta. “Lo logramos gracias a mi copiloto Pachu Arrieta y mis mecánicos (Chiqui, Derlis y Ricardo) de ese momento”, refiere.

Para llegar a la meta, no es solo contar con las ganas de realizar un sueño, sino también tener una preparación adecuada. “Al correr, a veces uno dice: ‘Son pocos kilómetros’. Pero te produce demasiado estrés, porque manejás rápido y, entonces, te cansa. Tenemos que hacer un entrenamiento, a parte de lo físico, también mental, porque es muy difícil poder sobrellevar esa parte mental. Cuando corrés muy estresada –es imposible no correr estresada–, te cansás el doble. Por eso tenemos doble preparación: física y mental”, detalla Andrea acerca del trabajo previo que realiza antes de correr.

Duante el Dakar, Andrea no veía la hora de llegar debido al cansancio que tenía encima y, a la vez, cumplir su sueño. “Mi copiloto no me contaba que estábamos llegando, ya sabía que íbamos a llegar en cualquier momento y él me decía: ‘Vos acelerá nomás. En algún momento vamos a llegar’. De repente veo una bandera paraguaya a lo lejos, a mi familia y mis mecánicos. Eso me emocionó mucho y no pude acelerar. Me quedé 100 m antes de la bandera y mi copiloto me decía: ‘Andrea, metele. Tenemos que llegar’. La verdad que fue una emoción bastante grande”, sostiene.

En estos años de preparación y competencia, el apoyo de la familia fue fundamental para Andrea. “Más el año pasado que salí a correr en el exterior. Son semanas que uno está lejos y realmente la familia no te puede acompañar a veces porque estás todo el día fuera. Yo en ese momento estaba en las dunas y tenía que llegar al hotel, dormir sola; después de unos días, uno ya empieza a extrañar. Pero cuando la familia está detrás, aunque sea en el corazón si no puede estar físicamente contigo, te hace mucho bien. Sin la familia sería casi imposible, porque te da la confianza. Sabés que te quieren y te dan la fuerza para salir adelante”, agradece.

En ese sentido fue vital el apoyo de su madre y sus hermanos para dedicarse por completo a su carrera. “Hablé con mi mamá si es que mis hermanos y ella me podían cubrir, y me dijo que sí, que era un sueño que yo tenía de toda la vida y ellos sabían y me iban a ayudar con eso”, indica.

Fue gracias a eso que el año pasado dejó el trabajo que tenía en la empresa familiar. “El año pasado, para la preparación del Dakar, tuve que dejar prácticamente de trabajar, pero este año me quedo en el Paraguay, ya que los rallys que vamos a hacer serán aquí; entonces, me da un poco más de tiempo”, aclara.

El automovilismo es un deporte caro, pero, afortunadamente, Andrea cuenta con respaldo. “Me fue relativamente más fácil que a otras personas, porque era la primera mujer en competir, pero muchos competidores necesitan del apoyo de empresas”, comenta.

Confiada en su capacidad, Andrea seguirá compitiendo con objetivos claros. “Mis metas para el 2019 son poder retener el título de campeona nacional en el cross country y ganar mi categoría en el Rally del Chaco”.

maponte@abc.com.py 

• Fotos ABC Color/Celso Ríos/Gentileza.

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