Una gran revelación

Rodrigo juega al fútbol desde los siete años, primero, en el colegio y, luego, en los clubes; así fue desarrollando una habilidad que le llevó a consagrase como el mejor jugador del campeonato nacional de universidades en los Estados Unidos, donde cursa la carrera Comercio Internacional en la Universidad Central Methodist de Missouri.

“Siempre fue mi pasión y pude crecer gracias al apoyo de mis padres, la constancia y dedicación que puse de mi parte”, dice el joven durante la entrevista realizada en el Club Deportivo de Puerto Sajonia.

Esos atributos, pronto, le llevaron a integrar las filas de los clubes Libertad, Fernando de la Mora, Arsenio Erico; a viajar con federaciones y, finalmente, a aterrizar en los Estados Unidos –en Missouri, específicamente– gracias a una beca deportiva.

“Estoy en el equipo Eagles (Águilas). La adaptación fue rápida; no hay mucha diferencia, porque el estilo de fútbol es muy similar en todos lados. Mis compañeros me ayudaron a adaptarme y facilitaron las cosas. Estoy muy contento”, cuenta.

Es sabido que todas las universidades de los Estados Unidos están agrupadas en asociaciones deportivas, las cuales organizan campeonatos. Precisamente, de estos torneos, Rodrigo fue elegido como el mejor jugador.

“Me sorprendió el premio, no lo podía creer, pero estoy contento, claro. Fueron 330 universidades en competencia; luego, clasificaron 32; 16 en los octavos de final, hasta llegar al último juego definitorio. Esta mención me motiva a continuar mejorando cada día. Es un incentivo muy grande que me suma experiencia para ir progresando”.

Su número es el 8 y juega en el medio campo, en una de las posiciones más famosas del deporte. Es el que da los pases a los delanteros, hace goles y los ocasiona. “Cuando estoy en la cancha, me siento un líder y eso se da cuando algo te apasiona”.

Rodrigo se siente afortunado. “Estudiar afuera te abre la mente, te da muchas actitudes provechosas para la vida; seguridad en todo, como en las decisiones, responsabilidades, adaptación a nuevas costumbres y culturas”.

¿Y con el idioma? “Al principio era ‘I do not speak english’, pero ahora soy uno más”, bromea. 

“Volví al Paraguay después de casi dos años. Cuesta dejar luego de tantos mimos con la familia. Esa es la parte más difícil, pero estoy forjando mi futuro y eso me vuelve a inyectar ánimos”.

Mirando ese horizonte, le gustaría invertir en el país, pero si surgen oportunidades de abrirse camino en el exterior, pisará esos senderos. “Uno ama su país y quiere lo mejor, pero, a la vez, se desanima con el poco avance que tenemos en educación, salud, y la descarada corrupción que se revela a través de la prensa y las pocas posibilidades de superación que aparecen para los jóvenes”, reflexiona.

Le gustaría un país en el que los recursos se manejen adecuadamente, y las inversiones en salud y educación primen ante todo. “En el que las personas pensemos que juntos podemos hacer un país mejor y no nos quedemos de brazos cruzados; un país con líderes y ciudadanos transparentes”.

Le suma el deporte, a sus deseos. “El deporte universitario es una pieza clave en la formación integral de los estudiantes. Es un espacio en el cual muchos llegan a consolidar sus expectativas deportivas, pero también sus aspiraciones como ciudadanos que cumplen una función como alumnos, deportistas y rostros de esas nuevas generaciones que buscan un impacto real”.

Rodrigo recibe el 2019 no solo como el mejor jugador, sino como futuro capitán de su equipo. “Me siento con mucha fuerza. Estoy disfrutando y quiero seguir ganando. Esa es mi meta. Creo que si todos buscan hacer lo que les gusta o tienen la ocasión, el mundo sería mejor”.

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