Venezolanoité

Sábado de tarde. Una plaza, simbólicamente, la de la Libertad. Un centenar de migrantes frente a una tarima con pantalla gigante que por momentos muestra la bandera de su país, Venezuela. Desde lejos, desde el limbo de la ausencia, tratan de ayudar como pueden a los que quedaron, y se dan consuelo o abonan la resignación, esperando que la crisis pase. Aquí los rostros de una vida lejos de casa.

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Algunos han dejado su tierra hace más de una década, otros están recién llegados. Minuto a minuto seguían la histórica y, a la vez, trágica jornada en la que la proyectada entrega de ayuda humanitaria se convirtió en un episodio de batalla. Un día marcado por balas y fuego.

En la tarima instalada en la Plaza de la Libertad del centro de Asunción, flanqueados por el monumento de metal, unos 100 venezolanos se congregaron para verse, compartir las últimas novedades, discutir su situación migratoria y ver, con esperanza, un futuro laboral en nuestro país.

Al filo de la tarde, y con los últimos rayos de luz rasantes por sobre sus cabezas, el grupo pasó por todos los estadios emocionales imaginables: alegría, tristeza, llanto y, finalmente, esperanza. Animados por la posibilidad de hablar en una especie de micrófono abierto, expresaron sus miedos y reclamos. También recordaron sus raíces con bailes tradicionales en los que estuvo presente el San Juan Niño.

Aquí, los rostros de esa jornada, los de los niños, los jóvenes, los adultos y las mujeres de Venezuela, quienes han encontrado un refugio en nuestro país.

mescurra@abc.com.py

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