Yuty invita al descanso

La tranquilidad y sus aires pintorescos son algunas de las distinciones de los pueblos del interior. Yuty, la tierra del itakaru, no es la excepción. Posee varios rincones a destacar: la iglesia, el puente ferroviario conocido como Fierro Punta y lo mejor: la compañía Yarati’i, en la que abundan los famosos itakaru, deseados por muchos, pero poseídos por pocos.

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Yuty queda en el departamento de Caazapá, a 330 km de Asunción. Se llega por ruta asfaltada y, como toda ciudad del interior, la calma y el silencio se apoderan de los visitantes ni bien ingresan a los portales.

La ciudad se yergue sobre una superficie de 457 km2, en la que están asentadas la iglesia, la plaza principal, los comercios, las viviendas y otros atractivos.

Yuty cuenta con una riqueza ecológica considerable debido a sus cursos de agua y sus zonas anegables, que albergan a una rica población de anfibios, reptiles y animales menores. De hecho, al recorrer sus calles terraplenadas no es de extrañar que se encuentren con algún teju, de tamaño considerable, paseando orondamente y luciendo sus escamas tornasoladas.

Cruzan su territorio los ríos Tebicuary y Pirapó. Sobre este último fue construido el puente ferroviario conocido como Fierro Punta, uno de los monumentos históricos más importantes del departamento de Caazapá.

El director de Cultura, Miguel Ángel Giosa, explica que hay proyectos para ponerlo en condiciones. “Es un emblema y queremos que nos distinga dentro del departamento. Ya tenemos un proyecto y estamos agotando todos los recursos para que vuelva a lucir con todo su esplendor”, asegura.

Una placa en la estructura de la cabecera norte del puente ferroviario señala que fue construido en 1909, en la ciudad de Nueva York, por la empresa American Bridge Company.

Algunos datos históricos dan cuenta de que el tren llegaba hasta Fierro Punta en 1910; eran ferrocarriles que realizaban viajes desde Asunción a Encarnación.

Ita yvyguy rekávo

El arroyo Aguaray es otro atractivo, en el que hay minas de magnetita o itakaru, en guaraní, que traducido al castellano significa: la piedra que come. El mineral posee una dureza de 6 en una escala del 1 al 10, tiene brillo metálico y su color es negro. Puede actuar como un imán natural.

Encontrar la mina fue toda una aventura. Diego Estigarribia, de la compañía Yaratí’i, fue quien nos llevó hasta el “tesoro” oculto bajo tierra, en un tupido bosque. Pala en mano, que iba a oficiar de detector de metal, a través de un tape po’i (sendero estrecho) llegamos al yacimiento. Pensábamos encontrarnos con piedras de gran tamaño, pero no fue así. Luego de unos minutos de excavar, fuimos con el tesoro hallado hasta su casa y comprobar si estaba imantado para “darle de comer”. Y... ¡eureka!

Cuenta la leyenda que la piedra imán trae buena suerte para la paz, la concordia y la economía de la familia. Por eso, los lugareños refuerzan su poder preparando una “pócima” a base de pedazos de ace­ro, como agujas y hojas chicas de cortaplumas, para que le sirva de alimento, porque el itakaru, como su nombre lo indica, es la piedra que come y si no le alimentás, en vez de abundancia, te puede traer estrechez económica.

Hasta tiene un festival con su nombre y es uno de los más importantes en el departamento de Caazapá, desde 1982, año en el que fue creado, en el marco de los festejos patronales que se celebran cada 8 de setiembre.

En fin, cierta o no la tradición, es uno de los distintivos de Yuty. El nombre de la ciudad tiene dos posibles significados: uno de ellos es lugar de espinas (yu, aguja; ty, lugar). La segunda versión dice que el lugar era zona de reuniones y que cuando a los originarios se les preguntaba de dónde venían, respondían: “Aju atyhágui (Vengo del lugar de reuniones)” y por contracción quedó en Yuty.

Si decide conocer la ciudad, hay hoteles y restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Algunos, con aires coloniales y, otros, modernos, con todas las comodidades de la ciudad. Tiene 19.000 habitantes, aproximadamente, que se dedican a la ganadería y el comercio. Con los arreglos de la ruta, el intendente de la ciudad, Éver Vera Dávalos, cree que los inversionistas pondrán sus ojos en Yuty. “Yuty se va a convertir en la capital del desarrollo departamental; estamos trabajando porque así sea. La distancia que nos separa de Villarrica y Encarnación es solo de 140 km y eso, también, nos beneficia. Las mejoras que vamos a realizar en la vieja estación del ferrocarril, en Punta Fierro, además de la explotación del itakaru, nos va a potenciar como lugar turístico. Las playas municipales, igualmente, estarán listas para el verano”, anuncia el jefe comunal.

Un poco de historia

Fundada el 4 de octubre de 1611 por Fray Luis de Bolaños, con el nombre de San Francisco de Yuty, es una de las ciudades más tradicionales y antiguas del Paraguay. Colonos europeos, especialmente italianos e irlandeses, llegaron a la ciudad en los años 50.

El gran florecimiento de Yuty se dio entre 1920 y 1950 con la llegada del ferrocarril. La decadencia de este medio de transporte también llevó al estancamiento a la ciudad, aunque luego –con las buenas administraciones municipales– se revalorizaron sus antiguas construcciones franciscanas, componiendo un diseño urbano armónico y pintoresco.

Yuty, la tierra del itakaru, donde se respira aire pintoresco y mucha tranquilidad. Recomendada para el turismo nacional y extranjero.

ndure@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Heber Carballo.

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