«Always beginning!» Celebrar a Jonas Mekas

Esta semana nos dejó, a los 96 años de edad, el padre del cine experimental estadounidense, Jonas Mekas, nacido en Lituania en 1922 y llegado a Nueva York en 1949 para convertirse en una de las figuras principales del New American Cinema.

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«Cinema is always beggining» 

(«El cine siempre está comenzando») 

Jonas Mekas 

Jonas Mekas nació en Semeniskiai, en el noreste de Lituania, en 1922, y después de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, se mudó a Nueva York para convertirse en leyenda del underground y la contracultura estadounidense y en héroe y custodio del cine experimental. Su primer libro de poemas recreó con imaginería moderna los hexámetros de Kristijonas Donelaitis, el gran poeta lituano del siglo XVIII, pero Lituania, la de Donelaitis y la suya, se quedó para siempre en el tiempo perdido cuya búsqueda, compulsivo afán de registrarlo todo –archivar es una forma de luchar contra el olvido–, animó la obra de Mekas hasta el fin.

Jonas Mekas y su hermano Adolfas dejaron su país natal, invadido por los nazis, durante la guerra, pero los alemanes detuvieron el tren en el que iban y los encerraron en un campo de trabajo en Elmshorn, cerca de Hamburgo, del cual se escaparon a los ocho meses para esconderse en una granja cerca de la frontera con Dinamarca. Después de la guerra, vivieron por un tiempo en campos de refugiados en Wiessbaden y Kassel, antes de emigrar a Estados Unidos, brave new world al que llegaron en octubre de 1949. Jonas pronto se hizo parte del under local. Robert Frank, Andy Warhol y otros ilustres que habían ido a ver el filme de Jack Smith Flaming Creatures, clasificado como obsceno, fueron arrestados una noche de 1964 en su loft, loft en el que filmó a Dalí cuando cubría el cuerpo de la modelo Veruschka con espuma de afeitar y en el que los Velvet Underground ensayaron algunas canciones.

Dos semanas después de llegar al barrio de Williamsburg, en Brooklyn, Jonas Mekas pidió dinero prestado y compró una cámara Bolex de 16 mm (décadas después se compraría una videocámara Sony, como se ve en «I Get My First Sony» (1), grabado el 19 de octubre de 1987) con la que recorrió las calles de su nuevo país y documentó su nueva vida, en una especie de diario de gente, situaciones, parajes urbanos. La idea del diario lo animó también, por cierto, cuando en el 2007 rodó 365 cortometrajes, uno por cada día del año, publicados diariamente en su web.

Bueno, Mekas hizo muchas cosas. Escribió, claro. No solo poemas. También prosa, y artículos. En Film Culture, de la que se convirtió en redactor jefe en 1954, y en su columna de The Village Voice, publicó crónicas y críticas. Y también fundó algunas instituciones clave para el cine. En 1962, fue uno de los fundadores de la Film Maker’s Cooperative, y, en 1964, de la Filmmakers’ Cinematheque, que luego sería los Anthology Film Archives, una de las filmotecas de cine experimental y de vanguardia más importantes del mundo.

Jonas Mekas ganó el Gran Premio del Festival de Venecia con The Brig (El calabozo), de 1965, sobre prisioneros en un campo japonés. Walden, de 1968, es el retrato ineludible de la escena artística neoyorquina de vanguardia de mediados del siglo XX. Reminiscences of a Journey to Lithuania, de 1972, rescata el campo de trabajo donde fue encerrado con su hermano, sus primeros pasos en Brooklyn, el regreso a Seminiskiai luego de décadas de ausencia. As I Was Moving Ahead, Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty, del 2000, compendia medio siglo en cinco horas. Sleepless Nights Stories, del 2011, recrea su lectura de Las mil y una noches. Y Out-takes from the Life of a Happy Man, estrenada en el 2012, fue, ahora lo sabemos, su última película. Publicó varios libros, casi todos de poesía –Semeniskiu, idilés (Los idilios de Semeniskiai, 1948), Géliu kalbéjimas (El hablar de las flores, 1961), Pavieniai zodziai (Palabras sueltas, 1967), o Dienoriasciai (Diarios, 1985), entre otros– y fue adoptando una voz cada vez más íntima y reduciendo el verso al mínimo en su escritura.

Escritor, cineasta, crítico, polemista, performer si se tercia, la carrera de Jonas Mekas abarca unos sesenta años de creación y de meditación sobre las imágenes, el tiempo, los desencuentros y revelaciones de la memoria y sus fantasmas en el deseo y el porvenir. El miércoles falleció a los 96 años en su casa de Nueva York. Con sus capturas del instante desvanecido en el acto mismo de filmarlo, fragmentos del mundo fugaz brillando en la cámara del exiliado que persigue por las calles de Brooklyn la irrecuperable Ítaca, la obra de Mekas, contra el abrumador imperio del consumo, celebra los milagros sin sitio en el mercado, los dones gratuitos de las calles, la lluvia, las manchas en las paredes, los gatos en los alféizares, la amistad, las estaciones, la fuerza de la vida en su conjunto, canción universal que incluye, generosa, a los espectadores, historia que está siempre comenzando, «always beginning», como dice su manifiesto en contra de los cien años del cine, filmado también en su famoso loft, en 1996 (2): 

«Cinema is young! 

Cinema is always beginning! 

Always beggining!» 

Hoy celebramos la larga y fecunda existencia de uno de los artistas más singulares del siglo XX. 

Notas 

(1) Jonas Mekas: «I Get My First Sony», en: http://jonasmekas.com/diary/?p=1645 

(2) Jonas Mekas: «Cinema Is Not 100 Years Old», en: https://www.youtube.com/6e907cbb-ffb0-4b3c-a765-83a00c371174

juliansorel20@gmail.com

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