En la sociedad casino. La mirada de Bauman

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¿Qué pasa con la sociedad occidental en el siglo XXI? Estamos transitando de la visión del progreso social a una suerte de salvación individual. En el siglo pasado teníamos grandes cosmovisiones colectivas como el liberalismo, el comunismo, el socialismo o el fascismo. Hoy ya no.

Hoy estamos en la era del sálvese quien pueda. Esta es una aproximación al orden social actual del filósofo y sociólogo polaco Zigmunt Bauman (1925-2017), uno de los intelectuales más leídos hoy, autor del célebre concepto de modernidad líquida. Con el mismo se señala que un eje distintivo central de este momento es que todo fluye, es inconstante, voluble y maleable. Esta mirada se desarrolla en varios de sus libros, como Amor líquido, Tiempos líquidos o Modernidad líquida.

En palabras de Bauman: «El progreso ha dejado de ser un discurso que habla de mejorar la vida de todos para convertirse en un discurso de supervivencia personal».

A mi modo de ver, es en su libro La sociedad sitiada (2002) donde mejor aborda esta época sin brújula, donde matamos a Dios y a los proyectos colectivos en aras de un individuo que huye de perspectivas de compromisos duraderos.

En el libro que reseñamos hoy, el vector que vertebra su aproximación al estado de cosas del presente es una frase que resume su pensamiento. Hoy somos «un mosaico de destinos individuales que se encuentran por un instante, para continuar luego cada uno por su propio camino, con fuerzas renovadas al instante siguiente».

En otras palabras, el triunfo personal no como parte de un tejido social. Es la prevalencia del instante en una sociedad acelerada cuyo dios es la tarjeta de crédito, su sacerdote el consumo y sus nuevas catedrales los shoppings.

Y como no podía ser de otro modo, una actividad social por excelencia, la política, se ha degradado a propuestas de marketing siguiendo lo que dicen las encuestas y los focus groups a través de la toma de temperatura periódica del humor social. En el mundo de hoy abundan políticos y faltan estadistas. Todo depende de la elección siguiente. Hacemos política para las redes sociales y la televisión. Es la hegemonía de la imagen.

Bauman es despiadado con la sociedad actual: «Vivimos en una sociedad hecha con partes de rejunte (y además descartables), y en una sociedad así el arte de la reparación de los objetos, personalidades o vínculos humanos que no funcionan bien es innecesario y obsoleto». Es la misma línea del papa Francisco cuando este subraya que esta es una sociedad de extremo individualismo 

Siguiendo a George Steiner (1929), teórico de la literatura y la cultura, estamos en una cultura casino. Para Bauman, este concepto es clave: «Cada partida es breve, una partida reemplaza a la otra en rápida sucesión». «En un casino, y asimismo en la cultura casino, no tiene mucho sentido planificar a largo plazo. Uno tiene que tomar cada partida como viene.» O «El tiempo que se pasa en una cultura casino es una serie de nuevos comienzos, cada uno de los cuales lleva rápidamente a un fin y la vida que compone la cultura casino se lee como una recopilación de relatos breves y no una novela».

Seres descartables, mosaico de destinos individuales y cultura casino. La mirada de Bauman podrá compartirse o no. Pero su obra, y en particular este libro, La sociedad sitiada, es un toque de atención a esta implacable sociedad que nos cosifica como si estuviéramos en la vidriera de algún negocio de un shopping.

Zigmunt Bauman 

La sociedad sitiada 

Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2005.

carlosfmartini@gmail.com 

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