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Por otro lado, el director del Centro, Nilo Fernández, dijo que este martes 26 se celebrará una jornada de puertas abiertas para que todos los paraguayos tomen posesión del mismo, en la conciencia que en esta nueva etapa el Centro seguirá fiel a su tradición de ser un agente cultural activo al servicio del público paraguayo.
QUIEN ES TORNER
Gustavo Torner nació en Cuenca (España) en 1925. Ingeniero de montes, inicia sus trabajos artísticos en 1953 participando en la edición de Flora forestal de España y pertenece al grupo minoritario de artistas que hacia la mitad de los años cincuenta inicia un cambio radical en el panorama artístico español, participando en la consagración del arte abstracto en España. Realizó en todo este tiempo más de cuarenta exposiciones personales, culminando con una gran retrospectiva en 1991 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
Colaborador de urbanismo, interviene en la policromía de fachadas de nuevos barrios madrileños. En 1982 inicia la reestructuración de las colecciones del Museo del Prado de Madrid. Es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y está en posesión de la Gran Cruz de Isabel La Católica, la Encomienda de Alfonso X el Sabio, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y muchas otras distinciones.
TORNER Y LA LITERATURA
En la exposición que actualmente ocupa el Centro Cultural de España, se presentan dos obras inspiradas en la obra de Borges: Vesalio, el cielo, las geometrías y el mar y Resumen del decir. Laberinto. Pauta para un abecedario
En el lujoso catálogo de la exposición, magníficamente diseñado, se incluye el cuento El inmortal de Borges, gracias a un permiso especial que fue concedido por María Kodama.
ARTE Y PENSAMIENTO
El curador de la muestra, Manuel Romero, señala:
Quiero precisar desde el primer momento, la singularidad que va a definir la trayectoria artística de Gustavo Torner, y subrayar que nos encontramos ante un gran pensador. Un pensador que expresa sus ideas mediante una serie de objetos, pinturas, esculturas, etcétera, que los demás reconocemos como obras de arte, y que no son otra cosa que los hijos que han ido surgiendo en su insaciable búsqueda y obsesión por el conocimiento supremo.
VESALIO, EL CIELO...
Estamos ante un artista de espíritu científico y renacentista que trata de interpretar el mundo bajo el prisma de la modernidad que le otorga su profundo conocimiento de la trayectoria que el hombre ha seguido desde aquel privilegiado centro del universo hasta convertirse en el ser errático de la aldea global de nuestros días.
No debe sorprendernos su afirmación de cómo una vez que el hombre ha perdido los valores que sostenían su posición en el mundo, se inventa las reglas del juego para poder vivir, de ahí la absoluta necesidad del artista que, trascendiendo la realidad, trata de crear un orden más amplio.