Palabras que alzan vuelo

La escritora Sofía Valenzuela ha escrito un poemario que lleva el sugerente título de Aristas de una Estrella.

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La autora, a menudo, invoca a las estrellas. Y esa particular invocación a los astros suena a veces como un deseo de alcanzar alturas, de dejar volar los sueños hacia remotos y desconocidos sitios.

Sus bellos versos tienen la particularidad de que sus aristas son numerosas. Es decir que sus mensajes son múltiples.

El desplazamiento hacia lo íntimo, hacia la esencia amorosa, lleva consigo cierto fulgor y erotismo. Vamos a un ejemplo: Sé que no es todo/ este fundirme/ en tu silencio/ y tú en el mío,/ tu dorso desnudo/ de cielo prohibido/ se remonta/ a todos los lugares/ donde habito.

Sofía Valenzuela se formula numerosas interrogaciones. Desea saber el sentido o la causa de cierto dolor que la quiebra. La fragilidad de sus sentimientos están pues a la vista. Ciertamente, los poetas se caracterizan por exponer sus dudas, sus tribulaciones, sus laberintos interiores, sus incertidumbres.

La autora presenta en Aristas de una Estrella una poesía libre de toda vestidura artificial, que se caracteriza por reflexionar sobre cuestiones existenciales.

Toda obra poética posee su lado esquivo, revuelto como río en momentos de tempestad. Escribe estas líneas Valenzuela: Nada es cierto/ todo es ambiguo./ La soledad incierta,/ los designios divinos./ Solo es certeza/ la locura blanca/ que dibujas/ en la arena,/ y lo inexorable/ que te aguarda/ el destino.

POESÍA PARAGUAYA

El zapato,
me lo vuelvo a calzar,
está duro el zapato
todavía con barro seco
del pantano
De un minuto de tu tiempo
resbalo y vuelvo a caer,
resueno insano
de un época en sepia.
Me ofrecías tu mano
y me la sacabas.
Hambrienta de tus caricias
el piano,
pantano.
Remolino que me arrastra
para adentro
con cadenas en la mano
chirriándome la canción de cuna
con la que me dormí
sin poder protestar.
Soy el pajarito
del ala rota
que no vas a hacer cantar
porque te dormiste
arropado en una partitura
muda de notas.
Tu dedo sobre una tecla,
tu dedo sobre mis labios,
tu dedo grita silencio,
me acuna
en la grieta de las nubes
que juegan a la ronda
con la luna sin florecer
y una estrella descalza.

Maggie Torres

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