Revista Economía y Sociedad, nº 43: Análisis del presente

Cada número de la revista digital de acceso libre y gratuito Economía y Sociedad, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), contiene un análisis mensual del proceso económico y político del país. Aquí, una breve reseña del número 43, que acabamos de leer.

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ANÁLISIS ECONÓMICOS

Hemos recibido esta semana el número 43 de la revista del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) Economía y Sociedad. Análisis de Coyuntura Mensual.

Fundado en 1990, en los inicios del llamado «proceso de transición a la democracia» (que se da por comenzado con el derrocamiento del régimen stronista en 1989) por un grupo de profesionales paraguayos con el propósito de contribuir a la comprensión de la economía nacional y a la producción de conocimientos que puedan servir de base para la elaboración de políticas públicas orientadas al crecimiento sostenible y al bienestar de los habitantes del Paraguay, este centro independiente, el Cadep, se dedica en especial a la investigación y a la docencia en áreas de la Economía y de las Políticas Públicas.

Cada número de la revista del Cadep Economía y Sociedad (el más reciente, que acabamos de recibir, corresponde a agosto pasado) contiene un análisis mensual del proceso económico y político del país. Esta edición trae cinco estupendos artículos: tres en el área de Economía, uno en el área Social y otro en el área Política.

Los tres primeros arriba mencionados son «Improvisaciones y desaciertos que generan incertidumbre», cuyo autor, el economista Dionisio Borda, explica que, si bien la baja inflación, una fortaleza de nuestra economía, ha sido reforzada en estos años por el cumplimiento de la meta de inflación desde el 2010, otros elementos de la economía e iniciativas del gobierno generan incertidumbre, «Sector asegurador: desafíos para el quinquenio», de Diego Duarte Schussmuller, y «Automotores: acuerdo en ciernes entre Paraguay y Brasil», de Fernando Masi.

ESTUDIOS SOCIALES

En el área Social, en «Algunos insumos para analizar la existencia de un bono demográfico en el Paraguay» la investigadora en temas de población Claudina Zavattiero aborda el interesante fenómeno del «bono demográfico», es decir, el «período en el que la proporción de personas en edades potencialmente productivas crece de manera sostenida en relación con la de personas en edades potencialmente inactivas y las relaciones de dependencia descienden y alcanzan mínimos históricos, para después aumentar como resultado del incremento de la proporción de personas mayores». Señala la autora:

«Este plus de población activa es originado en las transformaciones demográficas que ocasionan cambios en la estructura etaria de la población. En este sentido, en las últimas décadas el Paraguay ha mostrado un importante descenso de las tasas de fecundidad y mortalidad, dando como resultado cambios en la forma en la cual se distribuye la población a través de diferentes grupos de edades. Así, se evidencia una reducción del peso relativo de la niñez, al tiempo que se engrosa temporalmente el grupo de población en edad activa –producto de la alta fecundidad en el pasado– y el peso de la población adulta mayor es aún relativamente bajo.

»Al relacionar estos tres grandes grupos de población –menores de 15 años, de 15 a 59 años y 60 años y más–, considerando al primero y al tercero como económicamente dependientes y al segundo como independiente, se tiene que si dicha relación desciende a valores por debajo de dos dependientes por cada tres en edad de trabajar existe una oportunidad para el incremento de las tasas de ahorro y el crecimiento de las economías.

»Para que este bono se convierta en beneficios reales para la sociedad, se requiere que las transformaciones de la población sean acompañadas por el diseño y la implementación de políticas públicas adecuadas en protección social y las que respectan a la salud, la educación y el empleo».

ACTUALIDAD POLÍTICA

Por último, en el área Política, nuestra lectura favorita de este número 43 de Economía y Sociedad es el poderoso artículo del sociólogo, psicólogo y lingüista José Carlos Rodríguez sobre el levantamiento estudiantil de la UNA: «La Universidad de la dictadura, por fin cuestionada». De este último material reproducimos unos párrafos abajo, a modo de tráiler:

«El 3 de febrero de 1989 la revolución democrática no entró en la universidad. Por el contrario, el autoritarismo, el conservadorismo, la falta de integridad, el atraso, eso que se ha llamado estronismo por darle un nombre, se ha desarrollado en ella. Sin duda hay excepciones, pero pare de contar.

»Incluso facultades con prestigio e historia académica, con disciplina de estudio, fueron empeorando y ahora se asemejan más a las organizaciones partidarias autoritarias de base que a aquello que eran. Han venido empeorando las facultades de Ingeniería, Agronomía y Medicina que, sin llegar a ser modernas, abiertas a la investigación, eran dignas transmisoras del saber académico. Eran facultades escolásticas pero sólidas.

»La dictadura necesitaba un alma mater como la UNA. Era el alma de un sistema sin alma. La dictadura necesitaba una institución de profesores taxis, sin oficina, que vinieran a dar sus clases y luego se mandaran mudar a sus casas y a sus trabajos reales, que no estaban en la universidad sino en sus otros oficios.

»La dictadura necesitaba un funcionariado fraudulento. Como no había salarios dignos para profesores con excelencia, los funcionarios debían acumular cargos, lo que no es legal, para “hacerse” un salario. Esa era la lógica de la dictadura, “yo te doy el cargo, vos arréglate para fabricarte un salario”. Los generales y los ministros tenían salarios mendicantes. Con tal, tenían poder, y con ese poder podían aprovechar y hacer negocios, a pesar y en contra de la ley.

»La dictadura necesitaba que no hubiera investigación. Porque, entonces, era fácil “copar” la universidad con correligionarios leales a los jefes políticos partidarios. Un investigador acreditado por la colectividad científica, que siempre fue global, no se improvisa ni se maneja fácil. Ni se puede sustituir a conveniencia por los vaivenes del poder. Pero sí un profesor sin talento, sin obra académica, sin pensamiento propio forjado en la perseverancia del pensamiento.

»La dictadura necesitaba que no hubiera crítica. Los académicos de todo el mundo son como los profetas de la escritura. Tienen algo así como un fuero que les da autoridad, pero sin poder. Tienen una licencia, un respeto que sirve a la sociedad, que les permite salirse de la disciplina partidaria, de lo políticamente correcto. Están autorizados para contradecir al sentido común, porque se desenvuelven en las fronteras del conocimiento, las ciencias y las artes, y no en el centro histórico y convencional del saber. Nuestra democracia, en cambio, no necesita esa universidad de la dictadura.

»La sociedad del conocimiento, a la cual debemos advenir si queremos superar nuestra costumbre de país fallido, crónicamente fracasado, no necesita esta universidad. El poder que se afana en generalizar el desarrollo y no en reducirlo a la prosperidad de las élites, que se comprometa con un crecimiento económico incluyente, no necesita de esta universidad.

Una sociedad de transparencia, donde se compite y se colabora abiertamente, no necesita esta universidad. Una sociedad de la justicia individual y social no necesita esta universidad.

»La universidad histórica del Paraguay, la UNA, no tiene compromiso con la excelencia. Ni con la investigación, ni con la libertad, ni con la integridad, ni con la justicia. No estamos simplemente pensando en la corrupción personal. Estamos pensando en la administración de la justicia. El Paraguay no necesita esta universidad de las chicanerías.

»Por eso, lo más importante no son las reivindicaciones estudiantiles, la captura de un rector delincuente ni la contestación de una autoridad académica que reproduce un espacio de confort sin excelencia. Lo más importante es superar esa universidad cuestionada. Esa parte de la sociedad nacional sin pensamiento, sin éxito, sin fraternidad, sin justicia, sin identidad ni integridad. Rebelarse contra una universidad tolerada, cómoda, aunque humillante. Lo más importante es que los estudiantes estén indignados. Que se pongan del lado de la historia y no del lado de la prehistoria»

(Del artículo de José Carlos Rodríguez Alcalá «La Universidad de la dictadura, por fin cuestionada», en: Economía y Sociedad. Análisis de Coyuntura Mensual, nº 43).

ALENTAR EL DEBATE, LA REFLEXIÓN Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO

La revista Economía y Sociedad incluye tres secciones: política, social y económica; esta última comprende, a su vez, cuatro sectores: real, fiscal, financiero y externo. Los autores de cada artículo abordan las causas y las consecuencias de los acontecimientos relevantes en la sociedad nacional actual y buscan promover su discusión entre los diferentes agentes económicos y los diversos actores sociales y políticos. Cada autor procesa los datos del mes, difundidos en los medios de comunicación masiva, selecciona los temas que son, a su criterio, de mayor impacto en su sector, y realiza un análisis crítico de los mismos con el fin de alentar el debate y la reflexión en nuestro medio y de contribuir así a la creación de un pensamiento crítico en la ciudadanía.

El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) tiene su sede en el centro de Asunción (Piribebuy 1058, entre Colón y Hernandarias), y su sitio web, en el cual los lectores interesados pueden encontrar, además de información, interesantes materiales y publicaciones digitales de libre acceso, es: http://www.cadep.org.py/

PARA LEER MÁS:

Economía y Sociedad. Análisis de Coyuntura Mensual, nº 43.

Revista Digital del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

Asunción, agosto, 2016.

20 pp.

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