Cifras preliminares dan cuenta que, en Estados Unidos, la actividad económica para el primer trimestre de 2019 registró un incremento anualizado de 3,2%, el mayor registro observado desde el segundo trimestre de 2015, cuando repuntó 3,4%. En abril, se crearon 263.000 empleos, lo que permitió que la tasa de desempleo descendiera hasta 3,6%. No obstante, la actualización de las perspectivas de la economía mundial publicada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril, apunta a un crecimiento de 2,3% para este año y 1,9% para 2020.
De hecho, la Reserva Federal de Estados Unidos (Banco Central), el 1 de mayo, acordó mantener el rango de su tasa de política entre 2,25% y 2,50%, dada la fortaleza de la actividad económica del primer trimestre; la creación de empleos; la tasa de desempleo baja y la inflación en torno a 2%. Sin embargo, las desaceleraciones en el gasto del consumidor y la inversión bruta fija generaron que el Comité de Política pospusiera nuevos ajustes en la tasa, y se mantenga monitoreando los diferentes indicadores económicos.
Por su parte, China, para el primer trimestre de 2019, registró un aumento interanual del PIB de 6,4%, motorizado, principalmente, por el sector terciario (7%). Además, los últimos indicadores de producción industrial (8,5%) y de ventas minoristas (8,7%) de marzo, moderaron las expectativas de desaceleración económica. De hecho, el FMI espera para el cierre de 2019 un crecimiento de 6,3%.
Dentro del entorno internacional, la trayectoria del mercado petrolero también es una variable de considerable importancia para entender el movimiento del dólar estadounidense. De hecho, el 2 de mayo finalizaron las exenciones a la compra de crudo iraní, otorgadas por Estados Unidos a ocho países (China, Corea del Sur, Grecia, India, Italia, Japón, Taiwán y Turquía.), lo que les garantizaba que no recibirían sanciones financieras por comerciar con Irán.
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Cabe recordar que, en julio de 2015, Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania alcanzaron un acuerdo con Irán, en donde éste se comprometía a desactivar, al menos por 10 años, su programa nuclear a cambio de que levantaran las sanciones económicas impuestas a su país. La administración Trump, cuando eliminó las mencionadas exenciones, aseguró que el bombeo desde Arabia Saudí y los Emiratos Árabe Unidos sostendrían la demanda mundial de crudo. Sin embargo, hay que señalar que el mercado petrolero continúa afectado por la merma de la producción de Venezuela, tras la falta de inversión en la industria y las sanciones financieras aplicadas por Estados Unidos a la estatal petrolera, así como por las tensiones políticas en Libia.
Pero el petróleo no es la única materia prima que se comercializa en dólares, existen otras que también se venden internacionalmente (oro, plata, cobre, soja, maíz, trigo, etc.). Cuando el dólar se fortalece (aprecia) con respecto a otras monedas, la contrapartida es que éstas se debiliten (deprecien) con relación a la moneda norteamericana. Al depreciarse, su poder adquisitivo en términos externos se reduce, ya que para adquirir las divisas necesarias para comprar las materias primas deben entregar una mayor cantidad de moneda local. Por tanto, es de esperar que demanden menos cantidad de esos productos y que el precio de los mismos tienda a disminuir. Es por ello que se dice que la cotización de las materias primas muestra un movimiento contrario al dólar estadounidense.
Sin embargo, es importante señalar que el precio de las materias primas no sólo obedece a cambios en la trayectoria del dólar estadounidense, sino a otros factores, entre ellos, crecimiento mundial, incertidumbre, geopolítica, clima, política comercial y otros. En esta edición, MF Economía busca presentar argumentos para entender la dinámica reciente del tipo de cambio, que abarcan el entorno internacional, el mercado de materias primas, así como la coyuntura regional y nacional.