Economía paraguaya ante el desafío de buscar estrategias que permitan reducir la incertidumbre

Tras cumplirse medio año de la asunción del nuevo gobierno se puede observar que existen limitaciones en el manejo de expectativas, es decir, los agentes económicos no están viendo claramente el plan diseñado por esta administración y ante esto habría que buscar las acciones que apunten a comunicar cuál es el plan en términos de obras públicas, de los componentes del gasto público, del uso de los recursos provenientes de los bonos, entre otros puntos. El país se muestra con una desaceleración en ciertos sectores como el productivo (mala cosecha de soja), además del comercial y a nivel industrial azota el dumping desde Brasil.

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El Paraguay se presenta con desaceleración en ciertos sectores como el productivo (soja), comercial (menos compradores brasileños y argentinos) y a nivel industrial (dumping de empresas brasileñas), lo que se podría contrarrestar con acciones desde el Estado que sean generadoras de actividades intensivas en mano de obra y de esta forma generar empleo, que a su vez beneficiará al consumo interno. 

A modo de recordar, los planes económicos de este gobierno apuntaban, entre otras cosas, a la generación de empleo, crecimiento económico inclusivo, la ampliación de la base de contribuyentes, disminuir la inequidad en el pago de impuestos, que hasta la fecha no se han mostrado, y que de no hacerlo en el momento oportuno su aplicación se complicaría aún más, considerando los acontecimientos internos y externos. Al observar el contexto internacional, regional y local se aprecia que durante este 2019 nuevamente se afrontarán condiciones no muy favorables para Paraguay, cuya economía abierta lo expone indefectiblemente a lo que ocurra a su alrededor. Esto, pese a que en los últimos años ha logrado una expansión de su economía en medio de crisis desatadas en Brasil y Argentina, sus principales socios comerciales. 

Para el presente año, la situación no tiene visos de cambios, en Brasil, no se observan señales de recuperación en medio de un nuevo gobierno y en Argentina, la situación se mantiene en la nebulosa con políticas que siguen en la búsqueda de una receta que le permita el ordenamiento, tanto de su economía como el de sus cuentas fiscales.

Riesgo en comercio fronterizo

El difícil momento que un año más deberán enfrentar ambos países sigue poniendo en riesgo no solo al comercio de frontera, donde argentinos y brasileños realizan compras en ciudades como Encarnación, Ciudad del Este, Salto del Guairá sino también en Asunción, donde los precios eran relativamente más atractivos para los compradores extranjeros por el diferencial cambiario. La venida de este grupo de personas tiempo atrás había generado un importante dinamismo comercial y de servicios en distintos puntos del país, es decir, la inyección de recursos en el mercado local había permitido el crecimiento de varios sectores que componen la economía. 

De todas formas, un modelo de crecimiento basado fuertemente en la capacidad de compra de los extranjeros no parece ser sostenible en el tiempo, lo que agrega un mayor nivel de exposición a factores externos de la economía paraguaya. Esta bonanza permitió compensar la caída de otros que se vieron afectados, por ejemplo, por la baja en el consumo, producto de la Ley de Tarjetas, que topeó la tasa de interés a un porcentaje que terminó por expulsar a usuarios fuera del sistema financiero formal. 

A nivel local, el sector productivo enfrenta un escenario también complicado. Cabe recordar que en setiembre, a inicios de la campaña 2018/19, se estimaban resultados similares a la anterior, sin embargo, se comenzó con algunos problemas climáticos. En este sentido, parte de la soja sembrada de manera tempranera atravesó en setiembre días de intensas lluvias. Además, en semanas posteriores las horas de sol por día no fueron suficientes. Estas condiciones afectaron a la oleaginosa tempranera en momentos donde se requieren niveles específicos de humedad para obtener buenos rendimientos, impactando de esa manera en unas 2 millones de hectáreas. A éstas se podrían sumar ciertas zonas que habrían enfrentado altas temperaturas, lluvias escasas y desparejas en diciembre y lo que va de este enero.

Millonarias pérdidas en la soja

De acuerdo a lo observado en la evolución de los cultivos y lo relevado en ciertas zonas donde ya se está cosechando soja, las pérdidas de rendimiento están entre 10% y 12%, es decir en alrededor de 1 millón de toneladas. Con esta menor producción sojera se espera que el impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) sea de alrededor del 0,8%. Los últimos datos arrojan que las pérdidas para la soja podrían alcanzar valores en torno a US$ 667 millones, es decir, estos recursos no ingresarían al circuito económico del país. Pero, ¿qué significa para el Paraguay una mala cosecha de la oleaginosa? Esta situación no solo termina afectando al generador, es decir, al sector agrícola, sino que también tiene efecto multiplicador en otros dentro de la economía como industria, comercio, finanzas y transporte. 

En cuanto a la cotización, los precios estaban con una tendencia bajista por las buenas condiciones en Sudamérica hasta ese momento, sumado a la guerra comercial desatada entre China y EE.UU, pero no se descarta un cambio en la tendencia. Se espera un periodo de volatilidad climática en la región, con Brasil atravesando una sequía y donde aún no se puede cuantificar la magnitud de las pérdidas. Mientras que en Argentina las condiciones climáticas tampoco son las ideales, aunque la situación aún no es tan grave como en Brasil y el período crítico se verá más tarde. De esta manera se observa que en la región el problema es similar, una combinación de lluvias insuficientes y de temperaturas muy elevadas. 

Alternativas ante vientos en contra 

Ante todo lo mencionado se deberían buscar acciones que puedan compensar el complicado escenario que debe enfrentar Paraguay con el objetivo de evitar una desaceleración tan importante en la evolución de su PIB este año y que los puntos contemplados en la agenda económica del nuevo gobierno sean el inicio del manejo de las expectativas. Por ello, es necesario analizar algunas alternativas viables para un Estado cuyos recursos son escasos, pero que semanas atrás logró captar un importante flujo de dinero. 

Esta disponibilidad de recursos monetarios podría jugar un papel trascendental dentro de la economía, si son destinados a proyectos de impacto o generadoras de actividades intensivas en mano de obra como la construcción de viviendas, considerando que en una construcción civil existe mayor mano de obra empleada que en una vial, es decir, que el uso de los recursos no se limiten solo a la construcción de puentes, carreteras, sino por ejemplo al financiamiento de viviendas para grupos de personas que hoy no disponen de ofertas crediticias o préstamos blandos (a largo plazo y a bajas tasas de interés) y que tienen la posibilidad de pagar un crédito con las mencionadas características. 

En ese sentido, datos de la Encuesta Permanente de Hogares - 2016 muestran que existen alrededor de 1.800.000 hogares en Paraguay, de los cuales el 25% poseen ingresos mayores a G. 6 millones mensuales, que son aproximadamente 430.000 hogares. Esta clase media no solo debe expandirse y crecer, sino sobre todo generar los mecanismos de empleo e ingresos para que no vuelvan a los estratos inferiores de pobreza. 

La evolución de tenencia de viviendas en el país revela que el número en Paraguay creció en más de 370.000 hogares en los últimos 10 años, sumando en la actualidad 1.730.000 hogares. Como referencia, en el país hay 430.000 personas con ingresos mensuales mayores a G. 6 millones, de los cuales 225.000 están en zonas urbanas de Asunción y Central. De estos, 40.000 residen en viviendas que no son propias y que termina reflejando la demanda potencial en estas áreas geográficas. Los datos muestran el importante potencial de clientes (familia e individuos) que necesitan de una casa propia, pero para cuya necesidad no existe oferta suficiente ni condiciones favorables. En este sentido fondear al Banco Nacional de Fomento (BNF) de recursos para préstamos para la vivienda, para responder a este sector en específico, podría fortalecer además la expansión de ciudades como Luque, San Lorenzo, Capiatá, Mariano Roque Alonso y otros, donde de un tiempo a esta parte se han concentrado las mayores demandas de viviendas. Pero generar la oferta debe ir también de la mano de la adaptación de legislaciones municipales, es decir, normativas que acompañen la demanda de un nuevo grupo de personas en materia de agua, saneamiento, infraestructura en general. 

Efecto dinamizador 

Si bien la inversión en obras viales tiene sus efectos como la de dar mano de obra, dinamizar el comercio y los servicios afines, diversificar esta idea abriendo la posibilidad de que personas y familias de clase media sin una casa propia pueden tener una, no solo contribuiría a estabilizar su situación social, así como aumentar su nivel de productividad, sino que también empujaría a todo el engranaje de la construcción dedicado al rubro mencionado, que va desde grandes empresas que venden los insumos de la cadena de la construcción: ladrillos, varillas, cemento, a otras medianas y pequeñas como ferreterías, almacenes, etc. a la generación de empleo en mandos medios.

El diseño y la apuesta por otras acciones y sectores desde el Estado podrían dar mayor previsibilidad a los agentes económicos y atraer inversiones que compensaría la desaceleración económica ya anunciada para este 2019.

Los planes económicos de este Gobierno apuntaban a la generación de empleos, el crecimiento económico inclusivo, la ampliación de la base de contribuyentes, disminución de la inequidad en el pago de impuestos, entre otros aspectos, que hasta la fecha no se han mostrado y que de no hacerlo en el momento oportuno, su aplicación se complicaría aún más considerando los acontecimientos internos y externos.

Paraguay presenta en este momento una desaceleración en ciertos sectores como el productivo (cosecha de soja), comercial (menos compradores brasileños y argentinos) y a nivel industrial (dumping de empresas brasileñas), lo que se podría contrarrestar con acciones desde el Estado, que sean generadoras de actividades intensivas en mano de obra, que a su vez beneficiará al consumo interno.

Al observar el contexto internacional, regional y local, se aprecia que durante este 2019 nuevamente se afrontarán condiciones no muy favorables para nuestro país, cuya economía abierta lo expone indefectiblemente a lo que ocurra a su alrededor. Esto, pese a que en los últimos años ha logrado una expansión de su economía, en medio de fuertes crisis desatadas en Brasil y Argentina, sus principales socios comerciales.

Vivienda

Fondear al BNF de recursos para créditos para la vivienda podría fortalecer además la expansión de ciudades con mayor demanda de casas.

Demanda

Hay una demanda potencial de clientes que precisan de casa propia, pero para cuya necesidad no existe oferta suficiente ni condiciones favorables.

Merma

Con menor producción de soja se espera que el impacto en el PIB sea de alrededor del 0,8% y se maneja que las pérdidas orillarán los US$ 667 millones.

Cadena

Una mala cosecha de la soja termina afectando en cadena a toda la economía, no solo al rubro agrícola, sino a la industria, al comercio, finanzas y transporte.

Coyuntura

El país deberá sortear coyunturas, tanto internas como externas, y en estos primeros meses ya se está viendo los efectos de la baja en sector productivo.

Dinamizar

El diseño y la apuesta por otras acciones y sectores desde el Estado podrían dar mayor previsibilidad a los agentes económicos y atraer inversiones.

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