El aporte al capital humano de los migrantes venezolanos a la economía regional

La cuestión migratoria está de regreso o, mejor dicho, nunca ha pasado de moda ni en Paraguay ni el mundo. Basta recordar nada más los montos mensuales y anuales de las remesas de paraguayos que viven en el exterior, así como la diáspora siria de hace unos años y la venezolana actual. Desde esta perspectiva conviene reflexionar sobre el capital humano que puede aportar esta nueva, aunque pequeña pero significativa, llegada de venezolanos al país. La cuestión del capital humano es clave para un país como Paraguay, que viene consumiendo su bono demográfico.

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Según la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, el 64,1% de la estructura poblacional de Paraguay se concentra en edad productiva (entre 15 y 64 años); además, la mitad de la población tiene 26 años o menos. Por tanto, se encuentra afectada por el déficit en capital humano que existe en el país, que de no ser atendido le restará oportunidades de inserción en actividades productivas, ampliará las brechas que existen con otros países de la región, generará mayor desigualdad e impactará en los niveles de pobreza.

Lo anterior plantea desafíos tanto de corto plazo, por la necesidad de captar mano de obra calificada extranjera, como de largo plazo, a través de políticas públicas que reformen el sistema educativo e incrementen el conocimiento y habilidades de los individuos. 

¿Paraguay está haciendo algo para captar mano de obra calificada? 

Para responder a esta pregunta se puede utilizar la información de la diáspora venezolana en la región, la cual obedece tanto a elementos económicos (contracción de la actividad económica y de la demanda agregada interna, proceso hiperinflacionario, con los consecuentes efectos negativos, asociados a la caída del salario real e incrementos en los niveles de pobreza) como vinculados a la inseguridad (Caracas, la capital de Venezuela, es una de las ciudades más violentas del mundo) y la política (la disidencia es perseguida y, en muchos casos, apresada y sometida a tratos crueles e inhumanos).

¿Qué características tiene esta población? Según cálculos elaborados sobre la base de información de la Encuesta de Caracterización Económica y Social 2017 de Chile, que se dio a conocer en febrero de este año, se encontró que el perfil de los venezolanos que se encuentran en Chile tiene, en promedio, 15,7 años de escolaridad, por encima del registro de Chile (12,1 años) y de la población inmigrante total (13,5 años).

Anteriormente, en 2013, el Pew Research Center, a través de una encuesta, determinó que los venezolanos en Estados Unidos poseen el nivel educacional más elevado de la población hispana, ya que más de la mitad de la población mayor a 25 años cuenta con diploma de licenciatura, frente al 14% del resto de los latinos.

Informe de tendencia migratoria

¿Hacia dónde se dirigen estos expatriados? El informe de Tendencias Migratorias en las Américas, elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para el mes de septiembre de este año, señala que de las 2.588.683 personas que han abandonado el país, Colombia concentra el 36,1% de las mismas, por distintos factores, que van desde la cercanía hasta las facilidades migratorias que proporcionó su gobierno. 

Por su parte, Perú ha absorbido el 16% y también se ha convertido en un territorio de paso para quienes viajan por carretera a Chile o Argentina. Ecuador registra el 8,1% de los emigrantes, que buscan ese país de destino, básicamente, por ser una economía dolarizada. 

A su vez, Chile y Argentina contienen el 4,1% y 3,7% de los venezolanos, respectivamente, mientras que en Paraguay solo se encuentran registradas 449 personas. Para los países receptores pareciera haber sido beneficioso contar con esa mano de obra. 

Por ejemplo, la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, ante la llegada de un importante número de ingenieros venezolanos, puso en marcha un programa de acuerdos con autoridades de la petrolera YPF y el Colegio de Ingenieros, con el objeto orientar esta mano de obra y ubicarla en proyectos como el de Vaca Muerta, en Neuquén.

La mencionada institución argentina, con cifras al cierre del año pasado, contabilizaba 4.136 ingenieros, a los que se sumaron 3.000 en lo que va de 2018; 1.599 administradores de empresas; 1.143 técnicos, 856 abogados; 615 periodistas; 245 chefs y 250 arquitectos, lo que los ha llevado a tratar de dirigir ese personal calificado hacia empleos acordes a su profesión, de forma que beneficie a la Argentina.

En el caso de Chile, uno de los sectores donde han aprovechado la mano de obra especializada es el médico. Según el informe del Ministerio de Salud, con cifras a 2017, el número de médicos venezolanos inscritos para prestar servicios de salud se incrementó 315%, al pasar de 248 galenos en 2016, a 1.030 en 2017.

Por su parte, Colombia ha recibido distintas olas de emigración, la primera estuvo asociada a inversión extranjera directa, cuando se instalaron en dicho país industrias procesadoras de alimentos, cadenas de farmacias y de restaurantes, agencias digitales, entre otros. La segunda ola fue de emprendedores y de personal altamente calificado, que se dirigió, en gran parte, a la industria petrolera local. Y la etapa que se está presenciando actualmente se encuentra vinculada a razones humanitarias, por el profundo deterioro de los indicadores económicos de Venezuela.

Son diversos los beneficios que obtienen los sectores empleadores y el gobierno ante la contratación de trabajadores extranjeros: i) la mano de obra ya se encuentra calificada; ii) las empresas no deben invertir recursos en su formación ni en su traslado; iii) estuvo expuesta a un entorno económico y problemáticas diferentes, por lo que su respuesta ante ciertas condiciones saldrá de los parámetros tradicionales, lo cual enriquece el entorno de trabajo; iv) transferencia de conocimientos hacia los trabajadores locales; v) contribución impositiva; vi) aporte a fondos de pensiones, entre otros.

¿Por qué Paraguay no capta un número importante de expatriados? 

Según cifras suministradas por Gisifredo Guzmán, presidente de la Asociación Civil de Venezolanos del Paraguay, el 95% de la población emigrante es profesional y, principalmente, se encuentra concentrada en el área de ingeniería, administración, contaduría y recursos humanos. Aproximadamente 20 son médicos, de los cuales solo nueve tienen radicación permanente y ejercen su profesión.

También señala que han instalado algunas empresas, como Pinturas Montana Paraguay, Silo Araguaney, Constructora Hermanos Pérez, Venceramica Paraguay y Callizo Paraguay. Además, de emprendimientos en el sector alimentos (14 en Asunción, 4 en Ciudad del Este y 4 en Encarnación), refrigeración industrial y comercial (1), asesoría contable y financiera (1), transporte y turismo (1) y difusión cultural (2). 

Pese a lo anterior, la mayoría trabaja en atención al cliente en expendios de comida; por tanto, pareciera que la obtención de la radicación permanente es uno de los obstáculos para acceder a un trabajo acorde a su cualificación.

Pudieran existir diversas causas que expliquen la situación migratoria de los expatriados venezolanos, que van desde las dificultades para tramitar los documentos necesarios en su país de origen, hasta el costo y lo engorroso y lento del proceso en el país. De hecho, a diferencia de la agilización que está realizando Argentina al otorgarles el trato de Mercosur, el Paraguay no lo aplica porque Venezuela se encuentra suspendida.

¿Qué se puede hacer al respecto? 

Actualmente, los sectores privado y público carecen de planes de captación de extranjeros como los realizados por otros países, que otorgan la posibilidad de que el emigrante trabaje, ya sea por su cuenta o como empleado, mientras formaliza su estatus migratorio. Por tanto, a continuación se mencionan algunas estrategias a explorar para capturar estas oportunidades de incorporar jugadores con capital humano superior al nacional.

La Dirección de Migraciones podría iniciar un programa de emisión de visas expeditas de trabajo en función de la meritocracia de los solicitantes; por ejemplo, ante una evaluación de algún ministerio donde se evidencia que existe un déficit de ingenieros, médicos, profesores, economistas, entre otros, agilizar la radicación de ese tipo de personal.

Igualmente, el sector privado podría realizar el ejercicio de contabilizar la carencia en capital humano en sus respectivas actividades económicas y trabajar de manera cercana con el sector público, a fin de garantizar la rápida inserción de ese personal en sus empresas.

También, dado que, según la evidencia empírica, los expatriados son más proclives a realizar emprendimientos que las personas locales, ya que son propensos a la toma de riesgos, se podría fomentar el uso de visas para medianos inversionistas, con montos acordes a emprendimientos, entre US$ 25.000 y US$ 50.000. 

Además, utilizar el recurso de otros países de crear ferias de empleo donde participen el sector privado y público, que permitan orientar la mano de obra calificada a los sectores donde puedan incrementar la productividad del país y contribuyan a regularizar el estatus migratorio del futuro personal especializado.

Finalmente, revisar el proceso migratorio, ya que, si alguna persona no califica en los puntos anteriores y va a tramitar el documento por el canal normal, minimizar el tiempo de entrega y considerar la posibilidad de que los solicitantes accedan a un trabajo formal mientras obtienen su radicación.

Los modelos de crecimiento económico señalan la importancia del capital humano como motor de desarrollo, que permiten reducir la pobreza y construir sociedades más productivas. Por ello es prioritario invertir en la población, en lo que respecta a nutrición, salud, educación de calidad, empleo y competencias.

Países con mayor capital humano tienen niveles de ingresos más altos. El Banco Mundial (BM) difundió cifras del indicador 2017, en donde Paraguay registra el menor índice (0,53), que es también el más bajo de la región, e incluso inferior al del promedio mundial (0,57).

Actualmente, los sectores privado y público carecen de planes de captación de extranjeros, como los realizados por otros países, que otorgan la posibilidad de que el emigrante trabaje, ya sea por su cuenta o como empleado, mientras formaliza su estatus migratorio.

Límites

Los registros del BM muestran un margen de pérdida de eficiencia en el trabajo muy grande, que compromete y limita la capacidad de expansión económica.

Déficit

Hay déficit en capital humano, que de no atenderse restará las oportunidades de inserción en actividades productivas e impactará en niveles de pobreza.

Joven

Según la DGEEC, el 64,1% de la estructura poblacional local se concentra en edad productiva (entre 15 y 64 años) y la mitad de la gente tiene 26 años o menos.

Empleo

Crear ferias de empleo, entre los sectores privado y público, que orienten la mano de obra calificada a las diferentes áreas donde se pueda repuntar productividad.

Empuje

Expatriados son más proclives a concretar emprendimientos que los locales, ya que son más propensos a la toma de riesgos, por lo que se podría fomentar este tipo de inversiones.

Méritos

Migraciones podría iniciar un programa de emisión de visas en función de meritocracia, donde haya déficit de ingenieros, médicos, profesores, etc.

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