Todos saben que Itaipú es una gran usina hidroeléctrica, recordista mundial de producción energética. No todos saben, sin embargo, que ella es binacional, y como tal sujeta a un tratado internacional, con reglas propias. Pero un tratado no está por encima de nuestra Constitución nacional, como algunos administradores y juristas lo intentaron establecer. La binacionalidad, ya lo dijimos en decenas de entregas, no crea un Estado dentro de dos Estados.
¿Qué desarrollo hubiera alcanzado el Paraguay si las binacionales hubieran estado administrados por patriotas? ¿Cuáles serían nuestros ingresos per cápita, nuestros índices de pobreza, niveles de desempleo y grado de industrialización? Dejemos eso a cargo de la revisión de su propio estudio, que probablemente lo hará Jeffrey Sachs en su nueva incursión en Paraguay. La revisión 2.0 de Miguel Carter, basada en los estudios de Sachs, ya nos dio una idea acabada. Los costos de oportunidad fueron abismales.
Como un ejemplo de negligencia administrativa o mal uso del dinero público, podemos analizar un viejo comportamiento al que denominaré con un nuevo concepto, el de la “Itaipú viajera”. Es decir, una industria sin chimeneas que se explota muchas veces con inocencia empresarial y otras con negligencia culposa, el viático. Ni qué hablar en épocas de elecciones.
La Itaipú se mueve de Hernandarias hacia Asunción, en forma continua e ininterrumpida desde la firma del tratado en 1973. ¿Cómo se explica eso? Sencillo, el poder político está en Asunción, pero la producción energética en Hernandarias. Las 20 máquinas y sus récords están sobre el río Paraná y no sobre el arroyo Mburicaó. Esta administración viajera, a su vez, está compuesta por un cuadro gerencial de aproximadamente 200 personas entre sus 1.850 empleados del cuadro propio, hoy incompleta. Existen como 100 vacancias para técnicos y buenos profesionales. Esperamos que esos espacios no sigan llenándose con seccionaleros, parientes de congresistas e hijos de empleados.
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En este sistema existen cuatro niveles gerenciales, de abajo para arriba: división, departamento, superintendencia y dirección. Para pintar mejor el cuadro hago una especie de simulación. Un ministro o el presidente de la República llama al director general paraguayo (DGP), y pregunta algo específico, por ejemplo: ¿Cuántos convenios relacionados al medio ambiente tiene la Itaipú en el departamento de Alto Paraná? El DGP, a su vez, pregunta al director de coordinación (DCE), área en el cual recae este tipo de cuestiones. Este, a su vez, pregunta a su superintendente de medio ambiente (MA.CE, por sus siglas). Como un superintendente normalmente no maneja los detalles técnicos (aunque debería), consulta a su jefe de departamento, quien a su vez consulta a su jefe de división, el último escalafón gerencial.
Esta cascada de preguntas y respuestas en una empresa privada se soluciona por teléfono o cualquier sistema corporativo de comunicación. En Itaipú tenemos los mejores del mundo: Sistema SAP de administración financiera; sistema Lotus de correspondencia interna oficial; sistema de control de viajes, de vehículos, de marcación de horas trabajadas, de entrada y salida de personas, materiales; en fin, nada escapa del control empresarial binacional. Hasta teleconferencias en tiempo real se estila modernamente. Entonces ¿Por qué 200 personas se trasladan semanalmente de Asunción a CDE o vice-versa, gastando varios millones de guaraníes que, en un año generan un gasto superfluo de varios millones de dólares?
Para corroborar estas aseveraciones, el amable lector podrá entrar en la página web oficial de Itaipu: http://www.itaipu.gov.py, y luego hacer clic en la casilla de Recursos Humanos, luego: “datos del empleado y estructura salarial”; luego en “haga clic aquí para ver viáticos nacionales e internacionales”. En esta lista el lector podrá ver el nombre, la cédula de identidad, el posicionamiento del empleado en la estructura de Itaipú. Asimismo encontrará el lugar adonde fue comisionado, el motivo y, finalmente, la cantidad de viajes y los montos recibidos.
Este trabajo se puede complementar cruzando datos con otra lista, el de empleados con sus ingresos salariales. Si se hace en forma sistemática encontrará que en junio de 2018, 443 empleados realizaron 828 viajes. En agosto de 2018, mes de la asunción de la nueva administración del país, se realizaron 544 viajes, de los cuales 355 fueron hechos entre Asunción y Ciudad del Este.
Incluyen a 453 personas diferentes. Evidentemente algunos realizaron más de un viaje. Los gerentes normalmente realizan cuatro viajes al mes. Los que tienen localidad CDE o CHI (Central Hidroeléctrica) acostumbran amanecer los lunes en Asunción; mientras aquellos que tienen por local laboral a Asunción acostumbran acompañar a los directores desde los miércoles hasta los viernes a la CHI.
En resumen, pasan dos días en Asunción, otro día se pierde en el viaje y dos días en la Central Hidroeléctrica. Muchos gerentes asunceños emprenden el viaje de vuelta los viernes al mediodía. Los más viajeros son los de la Dirección de Coordinación y Financiera. Que quede claro que aquí no se cuestiona el hecho que un trabajador reciba su viático para cubrir una actividad de campo.
Lo que sí nos cuesta aceptar es el incesante tráfico de personas entre Asunción y CDE, usando una ruta cada vez más congestionada, una flota de vehículos que podría estar coadyuvando con la salud, la educación o la seguridad nacional y también un combustible importado, caro y poluyente.
Otra crítica que cabe es la relacionada a los “gastos sociales”. Hace como una década que venimos diciendo que una cosa es la “responsabilidad social”, pero otra muy diferente es actuar como un “superministerio del desarrollo”, cubriendo todas las áreas de la gestión social y económica: salud, educación, infraestructura, turismo, deporte, etc., con convenios, donaciones y transferencias no reembolsables.
En este aporte tampoco se cuestiona la eficiencia de dichos convenios, sino la finalidad suprema de una hidroeléctrica, la generación eléctrica al más bajo costo. Una simple transferencia al Ministerio de Hacienda para que este, a su vez, lo transfiera a los demás organismos de aplicación del Estado bastaría. El día que el Consejo de Administración decida tomar algunas medidas de austeridad podrá recurrir a esta publicación, basada en datos reales, o pedir uno más preciso a la directora financiera.
Los bancos que trabajan con miles de millones de dólares mueven enormes capitales por la web (90%). Asimismo, las grandes corporaciones y multinacionales se manejan con las bolsas de valores en tiempo real. Los viajes sistemáticos de toda la estructura gerencial desde y hacia Asunción por tierra tienen un alto costo, y si lo integramos con viajes aéreos, con pasajes de reserva de última hora, oficinas en ambas localidades, servicios auxiliares y todos los gastos de una doble secretaría, encontraremos cifras siderales.
Vaya un ejemplo real, se trata de un gerente de la dirección de coordinación que realizó en junio de 2018 siete viajes. Sumados su salario y beneficios laborales en dicho mes recibió: SALARIO BASE: 16.684.600 + GRATIFICACIÓN POR FUNCIÓN: 18.857.700 + ANUENIO: 667.384 + AUXILIO DE ALIMENTACIÓN: 2.424.311 + ADICIONAL REGIONAL: 2.168.998. Un total de salarios de 40.802.993 + 7.041.000 por cinco viajes a Asunción, uno a Katueté y uno a San Ignacio, dando un total de G. 47.843.993. La persona ingresó el 23/12/2013 y tiene el nivel de profesional univ. Pleno II.
Existen otros casos. Algo similar ocurrió con un asesor del DGP, con sede en CDE. Viajó cinco veces a Asunción y recibió viáticos por valor de 7.095.000 guaraníes en agosto de 2018. Sumó en ese mes ingresos por valor de: 56.096.699 de guaraníes; a esto se le debe agregar desde setiembre una gratificación de 10.240.600, por su nueva función de asesor del DGP. Se cuentan doce personas que recibieron más de 20.000.000 de guaraníes, entre ellos un pariente del clan Zacarías que recibió 34.766.861 por viajes de adiestramiento... coincidencias, tal vez. Aclaramos que no hacemos juicio de valor sobre las personas, nos referimos solo al gasto.
Si promediamos tan solo cinco millones de guaraníes mensuales lo que un gerente gasta por ir detrás de su jefe inmediato y este detrás del otro superior, y este detrás del otro, hasta llegar a director de área y lo multiplicamos por 200 cargos gerenciales nos da una cifra de mil millones de guaraníes por mes (US$ 174.000); si a esto sumamos pasajes aéreos o vehículos de la empresa y otros gastos, e incluimos a los 443 empleados y sus 828 viajes de junio de 2018, las cifras superan tranquilamente 1.000.000 US$/mes; es decir 12.000.000 US$ anuales. ¿Qué tal si le pasamos esto a la Senad para combatir el tráfico de drogas, armas y tabaco?
(*) Ing agrónomo, exsuperintendente de Energías Renovables IB.
