Elevan previsión de expansión, pero hay retracción que se siente

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dio a conocer hace unos días su informe que elevó el pronóstico de crecimiento de la economía paraguaya hasta el 4,4%, cuatro décimas más que en su previsión de abril último y por encima del 1,5% que estima crezca la economía de la región, de acuerdo a un despacho de la agencia Efe, fechada en nuestra capital.

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La proyección de la Cepal supone que el Producto Interno Bruto (PIB) paraguayo crecerá en 2018 cuatro décimas menos que un año antes y una más que en 2016. En el Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2018 la Cepal indicó que el alza del PIB se sustenta “especialmente” en el sector primario y en la generación de energía, aunque también destacó “los buenos desempeños” del comercio y la industria manufacturera. En cambio, el documento detalla que en el primer trimestre del año, cuando la expansión económica fue del 4,1%, esta se debió más al aporte del sector servicios, manufacturas y agua y electricidad, y en menor medida a la agricultura.

Inflación: 3,7% 

El organismo espera además que la tasa de inflación cierre el año en torno al 3,7%, por debajo del 4,5% que marcó al término de 2017 debido, en parte, a “la reversión” de los precios de algunos productos hortifrutícolas que se incrementaron “de manera notoria” a finales del año anterior, según el informe.

En los dos primeros trimestres de 2018 los precios aumentaron en Paraguay a un ritmo del 4,1% en el primero y del 4,4% en el segundo. No obstante, advirtió que estas proyecciones “dependerán del ritmo de recuperación de los socios comerciales” del país, “especialmente de Brasil”, así como de la evolución de las cotizaciones de materias primas y del tipo de cambio y de factores relacionados con el clima.

En cuanto a la política fiscal del país, el estudio destaca “el débil impacto redistributivo” del sistema tributario, que relaciona con “la escasa contribución” de los impuestos que gravan a las personas jurídicas y la renta personal, en detrimento del fuerte peso de los impuestos indirectos.

En Paraguay la presión impositiva sobre el PIB se situó en 2017 en el 9,9%, “mostrando”, según el informe, una “moderada tendencia creciente” desde 2007, cuando se ubicaba cerca del 7,8%.

Pero para el industrial Luis Tavella, miembro titular de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), a quien consultamos sobre la nueva proyección de expansión de nuestro país en visión de Cepal, respondió que no cree que se alcance la estimación dada por la organización. “No soy muy optimista con estas proyecciones de crecimiento, porque gran parte de las mismas pasan por nuestros principales rubros de exportación: carne, soja y exportación de maquila. Toda esta exportación no llega a la microeconomía. A nivel micro se observa una recesión, que orilla el 30%, lo que viene arrastrándose ya desde el segundo semestre del año pasado. La falta de circulante se puede observar en la calle, en los negocios, etc. Estas proyecciones de expansión no permean, no tienen efecto multiplicador, y la gente no las siente en las calles. La soja, como la carne, que son rubros sumamente importantes, no permean en materia de mano de obra”, agregó.

Dinamizar sector construcción 

A criterio del entrevistado, una de las recomendaciones al nuevo Gobierno sería la urgente necesidad de dinamizar el sector de la construcción, que ayude a moverlo, porque beneficiará a la economía en su conjunto y no solamente mejorarán los indicadores macroeconómicos. 

Otro aspecto que sugirió se tenga muy en cuenta en el momento de definir las obras públicas es que todos los insumos que se utilicen sean de producción nacional. Caso contrario, si son importados, estaremos solucionando la economía de países vecinos o de extrazona. Refirió que en materia de contrataciones públicas se observó en los últimos cinco años que se cerraron megacontratos sin dividirlos en acuerdos más pequeños, en donde más firmas puedan entrar a competir, y tampoco las grandes empresas extranjeras cumplieron. Lo único que se debe trabajar bien es en la fiscalización. 

Comentó, por otro lado, que escuchó proyectos interesantes desde Senavitat, que apuntaban a construir no solo viviendas sociales, sino también aquellas para clase media y media baja, a través de préstamos genuinos, de valores entre US$ 60.000 y US$ 90.000, lo que a su criterio, podrá dinamizar mucho nuestra economía.

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