Itaipú: “Robo del Siglo” (I)

De tanto en tanto rebotan en la prensa internacional informaciones de robos que, por su magnitud, son calificados como “Robo del Siglo”. Entre otros, los más llamativos ocurrieron en el tren de Glasgow en 1964, en el Lloyds Bank de Londres en 1971, en la sucursal de Acassuso del Banco Río, provincia de Buenos Aires en el 2006 y, últimamente, en febrero de este año, en el aeropuerto de Bruselas, oportunidad en que los ladrones se alzaron con un cargamento de diamantes evaluados en unos US$ 50 millones.

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Los escandalizados damnificados exigen a sus autoridades, con toda justicia, acciones preventivas más eficaces contra estos audaces delincuentes.

El Paraguay no está exento de estos acontecimientos, que sufre de tanto en tanto poniendo en zozobra a sus frágiles organismos de seguridad. Sin embargo, el “Robo del Siglo”, el más grande cometido en toda su historia, no sucedió en un banco, en un transportador de caudales o en la adquisición estatal de propiedades sobrevaluadas.

El latrocinio más importante en Paraguay

El latrocinio más importante que sufrió el Paraguay, después del que le causó el Imperio brasileño en 1872, es el que actualmente perpetra en Itaipú la República Federativa del Brasil para apropiarse indebidamente de la energía de Paraguay que debe cederle obligatoriamente.

En breve recuento, en el 40º aniversario de la firma del nefasto Tratado de Itaipú, es posible comprobar cómo se consumó el fraude que dañó gravemente el futuro nacional a pesar de que el Artículo XIII del Tratado establece claramente que la energía producida en la usina hidroeléctrica “… será dividida en partes iguales entre los dos países…”.

Sin embargo, en vez de repartirse equitativamente el producto como lo determina el acuerdo, es comercializada en su totalidad por la Eletrobrás, exceptuando una exigua porción cedida a la ANDE.

De este modo la energía anualmente no consumida por la margen derecha, calificada como excedente, calculada conservadoramente por la Comisión de Integración Energética Regional (CIER) en unos 36.300 GWh es aplicada para corregir el déficit energético del vecino país.

Hasta 1984, esta energía formaba parte del Costo de Servicio de Electricidad de Itaipú para que la Eletrobrás la aprovechara gratuitamente cargando la cuenta a la Itaipú. Evidentemente el fin y el objeto del equitativo acuerdo de Foz de Yguazú de 1966 quedaron arteramente modificados en el Tratado de Itaipú de 1973.

La conservadora cifra de la energía excedente estimada por la CIER representa casi el doble de lo que produce anualmente Yacyretá y en el mercado regulado brasileño, suponiendo un costo promedio de US$ 80 el MWh, vale US$ 2.904 millones.

Restando de este monto la tarifa de la energía de Itaipú, la tarifa de repase, la tarifa de transporte, etc., la hidroelectricidad paraguaya no utilizada, forzando el derecho de adquisición estipulado en el Tratado, lo consigue la Eletrobrás a unos US$ 49 el MWh. La diferencia obtenida por su reventa o comercialización le significa un margen de utilidad próximo a los US$ 1.200 millones al año. La cifra precedente equivale a la compensación que recibió el Paraguay en dieciocho años, entre 1989 y 2007.

Energía adicional a la garantizada

Otro tanto ocurre con la porción menor del total de la producción energética, cerca del 19%, denominada energía adicional a la garantizada. Una energía muy barata, destinada al pago de los royalties y los resarcimientos por la administración y supervisión de la entidad binacional.

Su costo, unos US$ 5,69 el MWh, se obtiene aplicando fórmulas extraídas del Anexo “C” del Tratado.

En el 2011, por las informaciones disponibles, se calcula que cerca del 75% de la energía adicional a la garantizada fue aprovechada por la Eletrobrás, a pesar de que el Tratado señala su aprovechamiento en partes iguales.

Pero hay más fraudes

Con respecto a la deuda de Itaipú, la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, dependiente de la Cancillería, y ABC Color manifestaron reiteradamente que los compromisos de Itaipú con la Eletrobrás y el Tesoro brasileño han sido suficientemente honrados.

La deuda es “cero”, afirman. Así lo corroboró recientemente el economista Jeffrey Sachs, principal asesor económico de las Naciones Unidas. El egresado y después profesor de la Universidad de Harvard, hoy director del Earth Institute de la Universidad de Columbia, advierte que la deuda desde hace tiempo ya fue cancelada y debe devolverse el dinero que fue abonado por demás.

La historia se inicia en 1975, cuando la Eletrobrás le concedió a Itaipú un crédito de US$ 3.566 millones en moneda brasileña. Hizo lo mismo en 1997, para la conclusión de las obras y la fabricación e instalación de las dos últimas generadoras, una cifra próxima a los US$ 372 millones.

En 1997, para su cancelación fueron agrupados en los contratos identificados como ECF 1480/97 (renegociación de la deuda), ECF 1627/97 (conclusión de la obra) y ECF 1628/97 (fabricación e instalación de nuevas turbinas), un total de US$ 16.225 millones. Por esta cifra, consecuencia de la renegociación, la entidad binacional deberá devolver a la multinacional brasileña en el 2023 la friolera de US$ 45.631,5 millones.

Conviene recordar que más del 90% del pasivo es con la Eletrobrás y el hecho de que Paraguay y la ANDE no aparezcan en ningún asiento contable no lo exime al país, como copropietario, de la responsabilidad de mitad de la deuda contraída por la entidad binacional.

Pagado hasta el 31 de mayo de 2008

Según Itaipú por el servicio de la deuda, hasta el 31 de mayo de 2008 ya se abonaron US$ 19.644.161.237,72. El monto sobrepasa largamente los US$ 16.225 millones pactados, que en vez de aportes como lo exige el Tratado, fueron empréstitos usurarios abusivos con desproporcionadas tasas de interés.

Las consecuencias del Plan Real antes de 1997 y posteriormente la deuda vencida o “espuria”, el Factor de Ajuste y las moratorias de las Líneas “B” y “C” del contrato ECF 1480/97 hicieron que los préstamos escalaran hasta las galaxias.

Las cuotas anuales presupuestadas en la reingeniería financiera eran totalmente insuficientes para atender el servicio de la deuda y paradójicamente el pasivo en vez de disminuir aumentaba como bola de nieve con cada amortización. La Eletrobrás y el Tesoro brasileño recibieron de Itaipú en el 2009 la cuota estipulada en US$ 2.066,3 millones, el 63,5 % del Costo de Servicio de Electricidad. El monto abonado en nada disminuyó la deuda que solo comenzó a decrecer a partir del año 2010.

La revisión del acuerdo en el 2023, luego de cincuenta años está condicionada en función del grado de amortización de las deudas contraídas y en relación a las potencias contratadas.

Primero

El primer latrocinio importante que sufrió la República del Paraguay tiene como responsable al imperio brasileño en 1872.

Segundo

El segundo robo es que en la actualidad Brasil se apropia de la energía de Paraguay, que incluso está obligado a cederle.

(*) Autor de los libros Itaipú, una apropiación indebido. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.

juanantoniopozzo@gmail.com

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