La demagogia del entreguismo

Sr. Presidente, Mario Abdo Benítez: 

En este monólogo de siete cartas públicas enumeré algunas fortalezas y amenazas en el sector energético, especialmente en Itaipú. Nadie en su sano juicio quiere que el gobierno fracase. Si el timón falla, todo el barco va a la deriva, un principio básico de la navegación. Las propuestas no fueron antojadizas, sino el producto de análisis basados en datos reales, vivencias históricas y un deseo sincero de recuperar nuestra soberanía y dignidad nacional.

Según informes de la ANDE, publicados en este diario, en la noche del martes 22 de enero el pico de la demanda eléctrica en el país llegó a 3.357 MW. La ANDE requirió una Yacyretá completa (3.100 MW) más 1,6 veces Acaray (200 MW) para abastecer al país. El consumo domiciliario sigue alto y el industrial, escuálido. El 90% de este suministro vino de Itaipú, 7% de Yacyretá y 3% de Acaray.

Este panorama de uso, sumado a la matriz energética, nos muestra lo mucho que debemos trabajar para superar las incoherencias del sector. Mientras la demanda total siga siendo del 44% para la biomasa, 40 % para petróleo y apenas 16% para la electricidad, seguirá la deuda ambiental y social que nos hace uno de los países más pobres de Latinoamérica.

Si seguimos así, Asunción y sus alrededores seguirán colaborando con el caos del transporte y del calentamiento global. ¿Cómo se llegó a esto? O algo peor: ¿Continuaremos con un sistema interligado nacional deficiente y siendo la principal traba para la industrialización?

Sr. Presidente, Ud. tuvo una buena escuela y formación académica. Conoce lo que es el primer mundo. Vio países con recursos naturales de todo tipo; algunos en condiciones geográficas y geológicas muy inferiores a la nuestra. Sin embargo, nuestros suelos, sistema hidrológico, el clima benigno y otras inmensas riquezas no hicieron el cambio.

A toda causa corresponde un efecto. En términos físico-matemático: a toda acción corresponde una reacción igual y contraria. En cuestiones del desarrollo y políticas de Estado quiero analizar lo poco que conozco, la energía.

Demagogia del entreguismo en las binacionales

¡Solo pusimos el agua! Tan falsa como los falsarios que la proclaman. Sin agua no hay generación; sin la mitad del Paraná no habría récords de producción mundial en Itaipú y Yacyretá no subsidiaria la tarifa social argentina.

¡Antes no teníamos nada! Ahora tenemos un capital de la mitad de US$ 50.000 millones, el valor de mercado de Itaipú, es decir US$ 25.000 millones. Es una media verdad. Si bien es cierto en cuanto al valor patrimonial, los sustentadores del atraso se olvidan del lucro cesante por haber “cedido” nuestra energía a precios irrisorios y también por no utilizarla en la sustitución de importaciones. J. Kubitschek ya lo aplicó en Brasil en la década de los 50, casi medio siglo atrás.

¡Se ha solucionado un problema limítrofe! Mentira. El problema limítrofe con el Brasil continúa, solo está bajo agua. ¡Jamás hemos firmado un nuevo tratado limítrofe!

¡Itaipú es el mejor negocio del Paraguay! Este columnista en 2002, Jeffrey Sachz en 2012 y Miguel Carter en 2017 demostraron matemáticamente, en nuestras ecuaciones de equidad, cuánto dinero perdimos por lucro cesante en este negocio binacional llamado Itaipú.

¡La esclusa de navegación no es ventajosa para el Paraguay! Otra gran mentira. Repetimos hasta el hartazgo que el flete fluvial y marino es el más ventajoso del mundo, le sigue el de tren eléctrico, y por último el de carretera. Esto se agrava en un país que no produce petróleo, con infraestructura caminera precaria y una flota de camiones, y sus repuestos, totalmente importada.

¡Los gastos sociales están solucionando los problemas de la pobreza y la infraestructura del Paraguay! (de 70 a 150 millones US$/año = 2,7% del presupuesto de la IB). La mentira más cruel. El Sr. presidente sabe que el déficit habitacional, solo en la zona de los bañados, es de 60.000 viviendas y unas 250.000 en todo el país. El barrio San Francisco, aunque es un modelo extraordinario en cuanto a energía renovable, ordenamiento territorial, seguridad física, educación y otros servicios, es una gota en un mar de necesidades. Es una buena muestra de lo que se debe hacer en todo el país; pero así como está, solo es una propaganda partidaria. Con la repartija de una docena de tractores, arando unas pocas hectáreas tampoco solucionamos la agricultura familiar campesina, ¡eso es asistencialismo barato! Si seguimos en esta línea, en todo caso, debería elevarse el gasto social a US$ 1.000 millones y crear un Fondo de Desarrollo Sostenible. Ambos sabemos que eso es una utopía.

En este punto vale la pena prolongar la exposición. En el 2023 el Paraguay tendrá dos opciones en Itaipú: a) Todo sigue igual. b) Pasamos a recibir mayores ingresos por nuestra energía excedente. En el primer caso se cumple la premisa que la tarifa actual seguirá en US$ 44/ MWh, siendo que la verdad estará en torno a US$ 18/ MWh, al descontar el componente de la deuda, que representa el 63% aproximadamente. La pregunta del millón: ¿Cómo convencemos a nuestros socios que Eletrobras siga comprando energía a 44, si el costo real estará en 18?

El único camino del desarrollo

Como Ud. ve, Sr. presidente, el único camino racional que tenemos es contratar el 100% de nuestra energía a US$ 18/MWh y venderla al mercado brasileño u otros mercados en crisis. También podemos usarla en la “sustitución de importaciones”. ¿Cómo quedará la tarifa de la ANDE a partir del 2023, siendo una empresa que pierde 30% en su red? ¿Cómo queda el subsidio que recibe del “acuerdo tarifario”, emanado de los excedentes de la sobreproducción con 20 máquinas? Tendrá que solucionarlo con nuevos técnicos y nuevos negociadores.

Brasil hará su parte como lo hizo magistralmente estos 45 años. En las negociaciones peleará para seguir llevando la máxima cantidad de energía. El problema del SIN es enteramente nuestro, es herencia de nuestros “iluminatis” del sector energético.

Si en la mesa energética siguen los ingenieros de 60 Hertz, es lógico que Ud. escuche las negligencias de siempre. Si Ud. convoca a las graderías norte y sur es probable que tenga más camisetas albirrojas luchando por una clasificación. El desarrollo y la recuperación de nuestra soberanía y dignidad energética dependen exclusivamente de usted. Panamá con su canal y Bolivia con su gas nos demostraron que se puede desprenderse de la pusilanimidad. Los Estados gobernados por estadistas defienden sus intereses. No tenemos motivos para inmolarnos otros 30 años en Itaipú, así como lo haremos en Yacyretá.

Otra cuestión importante es el tema de la construcción de Pequeñas Centrales Hidroeléctricas, PCH. Cada kilowatt que instalemos con nuevas centrales de este tipo, o solares y eólicas, nuestros socios condóminos querrán llevarlo de Itaipú o Yacyretá. No caiga en los cantos de sirena de las “inversiones”. Un kilowatt instalado en nuevas PCH´s puede costarle al país hasta 150 US$/kW; sin embargo, en nuestras binacionales los obtendrán al 10 % de este costo.

Concluyo mi serie de las cartas dirigidas al Sr. Presidente, pero al no recibir retorno, es posible que envíe otras al Presidente de la ANDE, al Vice Ministro de Minas y Energías, al Ministro del MOPC y quien sabe, hasta a mi propio Director General. Solo así estaré con la conciencia tranquila y no cargaré el peso de haber trabajado 40 años en el sector y verla caer en una paulatina decadencia.

Que el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob bendiga su gestión y le regale la salvación por la Gracia de su hijo Jesucristo.

(*) Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú Binacional, aún empleado activo.