Las imprecisiones son peligrosas

Me permito solicitar a los asesores, en ingeniería civil-hidráulica-geotécnica que tomen correcto conocimiento del proyecto y de sus antecedentes antes de mal informar al director.

- No es una obra inédita, porque fue y sigue siendo utilizada técnica similar en muchas hidroeléctricas de diferentes partes del mundo.

- “No se rompe la presa.” ... lo que está previsto es la REMOCIÓN de una parte de la presa, pero recién, una vez que se termine de construir la central Aña Cua y con todas las medidas que aseguren la estanqueidad, estabilidad y seguridad del proyecto en general, se remueve parte de la presa (aproximadamente 200 metros), que ejercía la función de ataguía de protección del recinto de trabajo de la centralita hacia aguas arriba, es decir protegiéndola del embalse.

“No se rompe la presa” (en hidroeléctricas no conviene usar esos términos porque son sinónimos de fallas en la presa) ...y lo que realmente se ejecuta es una remoción ordenada y segura, con máquinas, de la parte de la presa que ya no será necesaria.

“Explicó además que el precio internacional de las hidroeléctricas en el mundo, en promedio, es de 1 millón de dólares por MW de potencia instalada” (ABC ...).

“Aña Cua va a producir 300 MW, pero costará un poco más de 300 millones de dólares (que debería ser el precio final), porque hay que romper la presa en el vertedero. Estamos a cota 83 y hay algunas obras que hay que hacer más allá de la maquinización del vertedero, que son estacionamientos, patio de obras, pero no puede costar más de 400 millones”, agregó” (ABC ...).

Es necesario analizar exhaustivamente los costos mencionados por el director, porque podrían ser aún menores, por lo siguiente:

- No se necesita construir la ataguía aguas arriba (hacia el embalse) de protección de los recintos de trabajo. Esta función la realiza la parte de la presa de tierra que está adelante de la central a construirse y que se remueve como fue explicado precedentemente.

- Casi la totalidad de los trabajos preliminares (que se realizan cuando una obra es nueva o virgen); en el caso de la central Aña Cua ya no serán necesarios; porque ya están construidos, ejecutados o realizados (cuando se construyeron la presa y el vertedero Aña Cua bajo el contrato de Obras Civiles Y-C1), como por ejemplo: movimiento de suelos y plataforma para obradores y oficinas, con patio de obras y estacionamiento, etc., caminos de acceso, caminos de obra y de vinculación, investigaciones geológico-geotécnicas, estudios y relevamientos gopográficos básicos, entre otros.

Estos trabajos, que inciden en aproximadamente 30% del costo total de la obra, ya no serán necesarios.

La historia real

El tema de los costos de una central hidroeléctrica en Aña Cua se inició ya en década del 80, en los años 1988/89. En esa época se comenzó a dar mayor importancia a la cuestión ambiental; hecho que llevó a un panel de expertos internacionales a recomendar a la EBY que realice análisis y estudios referentes a obtener un caudal ecológico para proteger el brazo Aña Cua desde el punto de vista ambiental, especialmente a la fauna íctica.

En consecuencia, CIDY (Consultores de Yacyretá) elaboró estudios con varias alternativas para que el brazo Aña Cua no quede seco en algunas condiciones de caudal. Una de las alternativas fue la construcción de una pequeña central hidroeléctrica en ese brazo del río, con un costo cercano a US$ 160.000.000, el cual debería tomarse como el inicio de la evolución de precios de esa obra hasta la fecha.

(*) Exjefe de Obras Complementarias del proyecto Yacyretá. Exasesor de la jefatura técnica de la entidad binacional. Exasesor del Consejo de administración. Cuarenta años de trayectoria en el sector hidroeléctrico.