“Lo que natura no da...”

Este artículo tiene 7 años de antigüedad
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En estos días fui invitado a una reunión en un Sindicato de la Itaipú; en ella acudieron jubilados, empleados activos, dirigentes sindicales y, por supuesto, los disertantes sobre la situación de su Caja de Jubilados (Cajubi).

Estuvimos atentos a las luces del power point y, ni qué decir, a la de los directivos que lo presentaron. Este relato no tratará el tema interno de dicha Caja, sino la tragicómica anécdota de nuestra realidad.

¿En qué se preocuparon los directivos de la Itaipú durante estos 45 años de historia? Muchos tenemos la impresión de que se preocuparon más en su bienestar particular, antes que en los grandes intereses nacionales. Por los frutos se conoce al árbol, dijo un gran maestro. 

Según Jeffrey Sachs, la Itaipú ya canceló sus cuentas en el 2008. Según Miguel Carter, el que hizo la revisión 2.0 del trabajo de Sachs, el Paraguay dejó de percibir 57.700 millones de dólares en estos 35 años de generación. ¡Y miren que estas cifras se refieren solo a la energía! 

El mismo investigador demuestra un lucro cesante relacionado al Producto Interno Bruto, PIB del Paraguay. Esta cifra es de 111.400 millones de dólares, es decir, una cifra gigantesca que si lo convertimos en guaraníes pocas calculadoras y mentes la podrán dimensionar. Si estos guarismos los dividimos por los últimos treinta, veinte, o diez años, tiempo que transcurrió desde la cancelación de la deuda, nos da una riqueza incalculable. 

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¿El amable lector se imagina un Paraguay con rutas asfaltadas llegando hasta los últimos confines. Con hospitales modernos, amplios y suficientes para albergar a todos nuestros enfermos? que, evidentemente, serían muchos menos. ¿Imagina escuelas de primer mundo, con maestros ganando dignamente, además de bien capacitados? ¿Cómo serían nuestros alumnos, nuestros jugadores de fútbol… y hasta nuestros políticos? Todos gozarían de buena salud física y mental. No habría tantas cárceles sobrepobladas ni tantas universidades de garaje. Hasta nuestro Congreso sería diferente.

En fin, vayamos a nuestra realidad nacional. Al tocar tierra, o al asistir en una reunión como la mencionada, nos damos cuenta de que será difícil cambiar nuestro país al arar con los mismos bueyes. Existe una “nomenklatura” energética antigua, que incluye a directivos transitorios, gerentes rotativos y sindicalistas vitalicios, que solo miran sus ombligos; y aquí viene el primer peligro ante el esperanzador año 2023.

En Itaipú tenemos un diario electrónico llamado DIE, en el se publican los eventos y pensamientos oficiales; nos permite ver las tendencias de la alta gerencia, junto con las actividades políticas de sus directivos.

El viernes último, el DIE publicó: “La Itaipú Binacional celebró otro Acuerdo de Cooperación Académica con la Universidad Paraguayo-Alemana (UPA), que permitirá desarrollar un diplomado internacional para la formación de negociadores y mediadores de alto nivel”… “Este Acuerdo de Cooperación Académica fue suscripto por el director general paraguayo de la Itaipú, José Alberto Alderete; el presidente de la UIP, Gustavo Volpe; y el presidente del Consejo Superior de la UPA, Eduardo Felippo. Como testigos de honor suscribieron el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el rector de la Universidad de Salamanca (España), Ricardo Rivero Ortega, quien vino al país para ser parte de esta alianza académica”.

Para todos los actores energéticos, este hecho representa una gran esperanza. Por primera vez en 45 años, los sectores empresarial, académico y oficial se ponen de acuerdo para adiestrar a paraguayos en negociación y defensa de los altos intereses de la Nación.

Para mi gusto, el IAEE hace lo mismo en cuanto a conocimiento de la realidad nacional, ciencias políticas y otras cuestiones de Estado; el inconveniente es que no tiene libertad académica, ya que la institución depende del Consejo de la Defensa Nacional, presidido por el Presidente y ministros, casi siempre oficialistas. Consecuentemente, si no tenemos un estadista al frente, muy poco podemos esperar. 

Como muchos columnistas somos idealistas empedernidos, permítanme soñar con dos eventos que pueden cambiar el curso de nuestra historia: primero, el juzgamiento y encarcelamiento provisorio de políticos de mucho peso y poca vergüenza. Segundo, la visita del Presidente de la República al siguiente hombre en peso político del Paraguay, el presidente del PLRA, Efraín Alegre. Creo que el mensaje fue dado. No habrá pacto de impunidad, y esa expectativa lo pretendo llevar al tema electoral, social y energético. 

Todos sabemos que si dejamos la negociación energética a los barones de Itaipú y sus herederos intelectuales, esto será un desastre. Pero si los empresarios y autoridades oficiales escuchan a otros académicos de la talla de Jeffrey Sachs, Miguel Carter y maestros de Salamanca, los resultados serán diferentes. ¡Nunca probamos esta fórmula! 

Permítanme soñar, pero al mismo tiempo recordarles las frases inmortales de Miguel de Unamuno, ex rector magnífico de la Universidad de Salamanca del siglo XIX: “Quod natura non dat, Salmantica non praestat” (Lo que natura no da, Salamanca no presta”).

Lo real

Existe una “nomenklatura” energética antigua que incluye a directivos transitorios, gerentes rotativos y sindicalistas vitalicios...

Natura

“Quod natura non dat, Salmantca non praestat”. Miguel de Unamuno, ex rector magnífico de la Universidad de Salamanca del siglo XIX

* Ex Superintendente de Energías Renovables de IB, empleado activo.