El comercio global registrado en Paraguay a lo largo del 2018 fue por más de US$ 20.000 millones. El vínculo comercial con otros países del mundo es importante, considerando que nuestro país adquiere productos de 164 naciones para ingresarlo al mercado local, que al agruparlos en bloques o mercados importantes, los tres principales son el Mercado Común del Sur (Mercosur), China y la Unión Europea (UE).
En tanto nuestro país envía productos a 136 países, principalmente a los que integran el Mercosur, los asociados al bloque regional y a la UE.
Con relación a los mayores productos exportados figuran las semillas oleaginosas, grasa, aceites, vegetales y pellets, así como la carne bovina. En tanto que adquiere y lo ingresa al país en mayor volumen productos como químicos, caucho, plásticos, maquinarias y equipos, y productos electrónicos.
Durante el 2018, el comportamiento en materia de exportación del sector productivo fue más que positivo (creció 4,1% con respecto al 2017), tal como revelan los números oficiales. Sin embargo, el vinculado al sector ganadero sufrió una caída en su nivel de comercialización del 3,8%.
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Los mencionados dos sectores son considerados los más pujantes dentro de la economía nacional, de ahí la importancia de su desempeño, que no todos los años atraviesan por periodos de bonanza.
Para el sector agrícola, el 2018 fue un buen año, pero este 2019 se presenta con ciertas complicaciones, mientras que el ganadero no reporta una situación auspiciosa, teniendo en cuenta que desde hace años viene arrastrando una problemática, sobre todo en su población bovina y que continuará en el presente año.
¿Qué pasó y qué está sucediendo en el sector ganadero?
Los antecedentes dan cuenta que los aumentos principales en el número de cabezas de ganado se dieron hasta el 2014, donde se estima que la población de ganado alcanzó casi 14,5 millones de animales. A partir de ese año hasta el 2018, la cantidad de ganado o hato ganadero ha venido en descenso, alcanzando 13,5 millones en el 2018. Esto representa una reducción de 6,6%, de acuerdo a datos oficiales.
La caída en los niveles del hato ganadero se vincula con temas climáticos de lluvias e inundaciones que afectaron numerosos campos relativos a la ganadería durante los años 2015 y 2016, es decir, como consecuencia del fenómeno climático “El Niño”.
En cuanto a la relación entre el número de terneros y vacas, los números cobran importancia por representar el nivel de fecundidad del hato ganadero. La vinculación de la cantidad de terneros con respecto al de vacas se ha mantenido cercana al 50% entre el 2008 y el 2018, significando que no ha habido mucho el avance en cuanto a la eficiencia en términos de procreación de animales bovinos, por lo que la tasa a la que aumenta el hato ganadero es la misma que hace 10 años.
Con esto, la tasa de crecimiento del hato ganadero no está contribuyendo de forma significante a aumentar la población de animales bovinos.
En el mismo sentido, durante el primer mes del presente año, las divisas por la venta de productos cárnicos en el exterior registraron una caída, pese al aumento del volumen del 7%.
Descenso en productos de origen animal
En enero de este año y de acuerdo a los últimos datos oficiales del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), los recursos provenientes de las exportaciones de productos y subproductos de origen animal cayeron 5,8% con relación al mismo mes, pero del año 2018, es decir de US$ 99,6 millones durante el primer mes del año pasado, el ingreso de divisas se redujo a US$ 93,8 millones.
A la disminución de la población bovina se le debe sumar otro hecho. Argentina, uno de los mayores exportadores de la proteína roja, se está insertando nuevamente a los mercados de la carne, cuyo producto es considerado a nivel internacional de muy alta calidad y que está cargado con una importante dosis de marketing. Con esto, el producto argentino va recuperando y ganando mercados, marcando una tendencia no muy favorable para Paraguay y que podría complicarse, si se considera que la deuda del sector ganadero en el sistema financiero es de alrededor de US$ 1.500 millones. Los menores ingresos para el sector podrían representar la necesidad de solicitar la reestructuración de sus pasivos.
Mientras que para este año 2019 los principales agentes se muestran optimistas en cuanto a la demanda mundial, los mismos mantienen este posicionamiento de buena proyección por la constancia y estabilidad de los precios, que se fueron presentando en la segunda mitad de 2018.
Sin embargo, Paraguay se presenta con desventajas, teniendo en cuenta que la calidad de la carne paraguaya no es muy reconocida como la de Argentina y otros países como Uruguay, que de un tiempo a esta parte ha hecho una fuerte campaña de marketing y que le ha permitido posicionarse en los mercados de la carne.
Y, ¿el comportamiento del sector agrícola?
En lo que respecta al sector agrícola, las pérdidas del rendimiento se encuentran en alrededor del 10%, lo que representaría aproximadamente un millón de toneladas.
Con esta producción en baja se espera que el impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) sea de aproximadamente 0,8%.
Los problemas climáticos, en el caso de Paraguay, la sequía, fue afectando a la soja temprana en momentos donde se necesitaban de mayor nivel específico de humedad para obtener mejores rendimientos, impactando de esa manera en unas 2 millones de hectáreas. Esta situación lleva a tener un efecto multiplicador en otros sectores dentro de la economía como la industrial, el comercio, las finanzas y el transporte.
De acuerdo a las últimas estimaciones realizadas por la Consultora MF Economía, las pérdidas para la soja podrían alcanzar valores en torno a los US$ 667 millones, con lo que Paraguay podría registrar una importante caída en divisas por la exportación de soja, es decir, estos recursos no ingresarían al circuito económico del nuestro país.
Fuerte merma en soja
El importante número considera, entre otros puntos, los rendimientos obtenidos, que varían según la zona y la época de siembra y en este sentido, se estima un promedio de 2.524 kilos por hectárea para el área evaluada.
Con la complicada situación registrada en el campo se obtendría una merma en la producción de poco más de un millón de toneladas, lo que a precios promedio esperados para esta campaña, de US$ 265 por tonelada, representará una pérdida por sequía de unos US$ 275 millones.
También se tendría una pérdida por diferencia de precios, la cual se calcula con la variación de las cotizaciones promedio de esta campaña y la anterior, y con la producción que se espera para este periodo. La pérdida alcanzará unos US$ 353 millones. Finalmente se tiene una pérdida combinada por volumen y precio de unos US$ 39 millones.
En cuanto a la deuda del sector agrícola en el sistema financiero, el monto se presenta de manera considerable, rondando los US$ 3.422 millones. Así como el sector ganadero, el agrícola también podría recurrir al refinanciamiento de su pasivo como lo hizo durante el 2015.
Retracción en sectores más pujantes
La retracción de los sectores más pujantes de la economía como lo son la agricultura y la ganadería, debería ser una oportunidad para repensar en políticas y alternativas que permitan compensar situaciones adversas como las que se presentan durante este 2019, así como diseñar estrategias que contribuyan a la expansión de los productos paraguayos ante repetidas coyunturas.
Utilizar algunos elementos de la estrategia de marketing de Uruguay podría ayudar a nuestro país a posicionarse en los mercados internacionales o buscar potenciar otros sectores dentro de la economía como los servicios o la industria, y también mitigaría la mala racha en la agricultura y la ganadería.
El comercio global registrado en el Paraguay en 2018 fue por más de US$ 20.000 millones. El vínculo comercial con otros países es clave, considerando que nuestra nación compra productos de 164 países para ingresarlos al mercado local, siendo sus tres principales mercados: Mercosur, China y Unión Europea.
Entre los mayores productos exportados figuran semillas oleaginosas, grasa, aceites, vegetales, pellets y carne bovina. En cuanto a lo que importa en mayor volumen figuran químicos, caucho, plásticos, maquinarias y equipos electrónicos, entre otros.
Alta dependencia al comportamiento climático termina por definir la evolución, desaceleración o contracción del PIB en un determinado año, que puede agravarse o no por otros factores como acontecimientos a nivel externo, coyuntura regional, tipo de cambio o decisiones de los propios agentes económicos.