Pérdidas paraguayas en Itaipú, desde el mercado que fuere, son irrefutables

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La prensa brasileña, especialmente la diletante en todo lo concerniente a la Entidad Binacional Itaipú –también la especializada–, en una unidad de propósitos con el gobierno de turno de su país digna de la mejor causa, sigue sosteniendo, 46 años después, que nuestro país es el gran aprovechador en la munificencia brasileña en Itaipú.

“O general reconheceu que o modelo atual permite que os paraguaios paguem menos pela energía do que os brasileiros”, leíamos en un material que había subido a su página digital el periódico “Estadao” en marzo último.

Obviamente, el párrafo que transcribimos no es el único, sino apenas el botón de un extenso muestrario, cuyo stock se incrementa en proporción inversa a la reducción del plazo que media entre el presente y el 13 de agosto de 2013.

Afortunadamente, en estos escarceos previos emergen poderosas voces, algunas inclusive ajenas a nuestra rutina y también a la de la binacional, como Miguel Carter, un Ph D, de la Columbia University de Nueva York, paraguayo por afecto y convicción, para confirmar que en el pretendido tercer Estado –en rigor un satélite del brasileño– la asimetría en la distribución de los grandes beneficios de Itaipú favorece, en forma abrumadora, “a nuestros socios en condominio por partes iguales”, o sea Brasil, la comillas tienen el inocultable propósito de llamar la atención sobre el punto, porque a pesar de que el Tratado de Itaipú así lo consagra, la realidad, la praxis itaipuana es sustancialmente diferente.

El especialista paraguayo-norteamericano, en una renovada exposición en nuestro país, específicamente en el Central Cultural Paraguayo-Americano, una vez más ponía números a “la riqueza energética perdida por el Paraguay” en Itaipú, inclusive con el valor añadido de la actualización de los guarismos que presentó en 2017.

En esta publicación rescatamos algunos de los cuadros que Carter incluyó en su conferencia, en algunos casos con ciertas simplificaciones con el intento de enfatizar el grado o nivel de aprovechamiento brasileño (en rigor de Eletrobras, sus asociadas privadas, así como de las mayoristas del sector eléctrico del país limítrofe.

Carter exponía sus conclusiones luego de estudiar el comportamiento de las cotizaciones del fluido eléctrico en los siguientes mercados brasileños: mayorista, industrial, hidroeléctrico, residencial y el indispensable cotejo con los precios vigentes en el estamento petrolero.

Con datos estrictamente oficiales y con la justificación de que las estimaciones fueron hechas solo en los casos de insanable ausencia de las fuentes correspondientes, concluyó las cantidades que hubiera percibido nuestro país en los 33 años de “cesión” a cambio de la “compensación” por los 1.101 TWh (1 TWh = 1000 GWh) que cedimos y, con propósitos didácticos, calculó un promedio de las sumas correspondientes a cada mercado: US$ 75,4 mil millones (indexados a precios de 2016).

Instalándonos en la perspectiva del vendedor mayorista, si de ahora en más –tal vez desde el 2023– exportamos al mercado eléctrico brasileño la energía que no utilicemos, siempre de acuerdo con las conclusiones de Carter, tendríamos los siguientes números: ingresos paraguayos en concepto de compensación (pagado por el sector eléctrico, según la DM/T/N.R. N° 4 del 28 de enero de 19866? US$ 5,5 mil millones. Royalties (una suerte de alquiler que paga Itaipú a los países propietarios del río Paraná por aprovecharlo para generar energía) US$ 9,5 mil millones. Total, US$ 15 mil millones.

El siguiente paso es cotejar esta suma con la que hubiera obtenido nuestro país si en Brasil le pagaban los valores que rigieron en el mercado mayorista, o sea US$ 48,3 mil millones. Una simple operación aritmética de sustracción hará que sepamos que dejaron de pagarnos US$ 33,3 mil millones. Stricto sensu, en este cálculo debería incluirse solo el monto que nos remesaron en concepto de “compensación por cesión”, porque es el precio real, no el justo precio, que nos impusieron. O sea 5,5 - 48,3 = 42,8 mil millones, el PIB paraguayo de un año.

Pérdida

Una simple operación aritmética permitirá que concluyamos que en Brasil no nos pagaron US$ 33,3 mil millones, e inclusive más, por nuestra energía.

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