...Sin embargo ¿qué puede festejar un ciudadano paraguayo en Itaipú en los 46 años de claudicación y 35 de subsidio al desarrollo brasileño? Nuestro socio es la sexta economía del mundo, lograda con energía limpia, renovable y barata del Paraguay.
Les aclaro que estoy de luto, y mi congoja no es de ahora; acompañé todas las luchas por la recuperación de nuestra soberanía energética, mucho antes que ocurra la primera alternancia política del 2008. Como asesor del Ing. Ricardo Canese en la Comisión de Entes Binacionales, la misma que logró el Acuerdo Lugo – Lula. Asistí al entonces senador Arnoldo Wiens en la campaña: “Itaipu, hagamos patria”. Ahora estamos recorriendo el país llevando algunos conocimientos en una campaña llamada “Formando 5.000 líderes para un nuevo Paraguay”, apoyando al directorio del PLRA. También estoy colaborando como asesor, ad honorem, en las comisiones de energía y de entes binacionales de la Cámara de Diputados. Lo hemos hecho con colorados, liberales, socialistas; con militares, civiles y, por supuesto, con el sector académico.
Ahora, a mis 58 años, con casi 40 años de antigüedad en esta empresa, mis movimientos son más lentos, medidos, tal vez más conservadores, pero no por ello faltos de firmeza. Es el paso natural desde las barricadas y las trincheras de un frente hacia los oteros de un campo de batalla.
Dignidad nacional: El Canal de Panamá y el gas boliviano en décadas pasadas fueron nuestros similares en cuanto al despojo energético y geopolítico. ¡Ojalá fueran también nuestros ejemplos de dignidad y patriotismo!
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Cuando Omar Torrijos firmó el acuerdo de la devolución de la soberanía del canal, Panamá recibía 60 millones de dólares al año, como compensación. Hoy recibe un lucro neto de 1.700 millones de la misma moneda.
Evo Morales hizo lo mismo con el gas Boliviano. Ambos estadistas quedaron en la historia por recuperar las soberanías de sus recursos y, consecuentemente, por avanzar 50 años en el desarrollo de sus países.
¿Puede acaso festejar un paraguayo los 35 años de atraso en las líneas de 500 KV faltantes, la nacionalización de la Sub Estación Margen Derecha (SEMD) y la no construcción de la esclusa de navegación?
¿Acaso es motivo de festejo el copamiento colorado entre los empleados del cuadro propio y de los aproximadamente 200 cargos gerenciales, la totalidad del directorio y el consejo administrativo? La exclusión política, y consecuentemente la social, se ha practicado durante cuatro décadas y media, llegando de nuevo al 80% a favor de afiliados a la ANR. No sobrevivió un solo gerente liberal, socialista o de cualquier otro signo, desde la última alternancia.
¡El tratado no es vitalicio! ¿En qué nos basamos para afirmar lo antedicho? Pues en estos argumentos irrefutables del Tratado: Art. III, Parágrafo 2º: “El Estatuto y los demás Anexos, se podrán modificar de común acuerdo por los dos Gobiernos”
Art. XXII: “En caso de divergencia sobre la interpretación o la aplicación del presente Tratado y sus Anexos, las Altas Partes Contratantes la resolverán por los medios diplomáticos usuales, lo que no retardará o interrumpirá la construcción y/o la operación del aprovechamiento hidroeléctrico y de sus obras e instalaciones auxiliares.”
Art. XXV: “El presente Tratado entrará a regir en la fecha del canje de los instrumentos de ratificación y estará en vigencia hasta que las Altas Partes Contratantes, mediante nuevos acuerdos, adopten la decisión que estimen conveniente”.
Revisión del Tratado: “Según el diccionario Ruy Díaz, de Ciencias Jurídicas y Sociales, revisión es: “Nueva corrección u observación de lo ya estudiado, analizado o visto. Una de las acepciones que presenta el diccionario jurídico de Manuel Osorio, Tomo II, es “nueva consideración o examen. En materia de derecho procesal penal, por ejemplo, es el recurso extraordinario para rectificar una sentencia firme” (entrevista al Dr. Miguel A. Saguier).
Demagogia del entreguismo: 1.- “Solo pusimos el agua”. Sin agua no hay energía, desarrollo, records, etc. 2.- “No pusimos ni siquiera el capital inicial”. Si bien es cierto que no teníamos los 50 millones de dólares, el Brasil nos prestó y con ese capital conformamos una sociedad igualitaria; y 3.- Ley n º 5.899/1973, del Brasil, que “obligaba” a las distribuidoras brasileñas a comprar energía de Itaipú. Con la política de sustitución de importaciones (Juscelino Kubitschek ) se inicia la industrialización del Brasil, y con ella la primera gran crisis de energía. Itamaratí comienza a mirar seriamente la gran hidroeléctrica de Itaipú, que coincide con su “marcha hacia el oeste”, en la década de los años ‘60.
Tarifas de la ANDE: La energía generada en Yacyretá se vende subsidiada en la Argentina a 60 guaraníes el KWh; esa misma energía se vende en Paraguay a 360 guaraníes el Kwh. ¿Es justa esa situación? Pues definitivamente ¡no! Si vamos a regalar nuestra energía limpia, segura y renovable de las binacionales, pues regalemos a nuestros conciudadanos. En estos días, lastimosamente, vimos un deleznable hecho de gatopardismo (cambiar mucho, para no cambiar nada) en la Cámara de Diputados. Se trata de las modificaciones incrustadas como un supositorio político al proyecto Ñane Energía, con media sanción lograda en la Cámara de Senadores. Pero de eso hablaremos más en las próximas entregas.
Mientras no existan señales claras de un manejo inteligente del sector, de la intención de una negociación de igual a igual, con patriotas sentados en nuestros colegiados paraguayos de las binacionales y la Cancillería, festejar los 46 años del tratado y los 35 años de generación es un despropósito y una claudicación más.
“He sido joven y ya soy viejo, pero no he visto a un justo desamparado, ni a su herencia mendigando pan. Rey David” Salmo 37:25.
¿Qué?
¿Qué puede festejar un ciudadano paraguayo en Itaipú en los pasados 46 años de claudicación y 35 de subsidio al desarrollo brasileño?
(*) Vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay. MsC en Planif y Conducción Estratégica Nacional, IAEE. Electricista.
