Reflexiones en torno a las relaciones entre la economía y la felicidad

Este artículo tiene 8 años de antigüedad

La felicidad tiene varias formas de caracterizarse y puede variar mucho de una persona a la otra o entre culturas. Generalmente está relacionada con el cumplimiento de un deseo, el camino recorrido para cumplirlo, o la capacidad para disfrutar de menos. Más allá de la dificultad de conceptualizarla existen varias encuestas que intentan medirla. Las NN.UU. promovieron la discusión de la felicidad lanzando el Día Internacional de la Felicidad, reconociendo que el Producto Interno Bruto (PIB) no capta adecuadamente el nivel de felicidad o bienestar de un país e invita a las naciones a incorporar mediciones de felicidad y el bienestar en la elaboración de sus políticas públicas.

La Real Academia Española (RAE) define la felicidad como “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Más allá de la dificultad de conceptualizar la felicidad, existen numerosas encuestas que intentan medirla de una forma u otra, cuanto a la posición de Paraguay. 

En la vorágine de mediciones, índices e informes sobre corrupción, pobreza, infraestructura, condiciones de salud, entre otros, donde Paraguay siempre aparece en posiciones medianamente honrosas, algunas preocupantes, y en contadas excepciones en ubicaciones cómodas.

En materia de la medición del grado de felicidad y bienestar, nuestro país estuvo en el primer lugar de la lista de la Encuesta Gallup, en los últimos tres años disponibles 2013, 2014, y 2015. 

Sin embargo, en el Informe de Felicidad Mundial 2017, recientemente lanzado por un grupo de trabajo de las Naciones Unidas (NN.UU.), Paraguay aparece en el puesto 70. El motivo principal de la diferencia entre los dos informes es la aproximación utilizada para medir la felicidad. En esta entrega nos enfocamos en el informe de las NN.UU., pero antes revisamos la metodología de la Encuesta Gallup.

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El informe de Gallup de 2016 crea índices de experiencias positivas y negativas, y es en el índice de experiencias positivas en que Paraguay ha estado en el primer puesto en numerosas ocasiones.

¿Cómo se construye este índice de  experiencias positivas?

Al encuestado se le realiza una serie de preguntas acerca de su vivencia del día anterior a la encuesta, que tienen un sí y un no como respuesta. Las preguntas captan información si la persona ha descansado en forma adecuada, si fue tratada con respeto, si sonrío o río mucho, si aprendió algo interesante, y si generalmente disfrutó el día. La encuesta se aplica a aproximadamente 1.000 personas en cada uno de los 140 países, y se calcula un promedio de las respuestas en cada país, que varía de 0 a 100.

En el 2015, Paraguay volvió a estar en el primer lugar en el Índice de Experiencias Positivas, con un promedio final de 84. Dada la forma que se construye dicho índice y la observación de historiadores, de que mucha gente vivía en estado de pobreza, al parecer sin sentir necesidades, no es muy sorprendente que mucha gente en Paraguay haya contestado alegremente la encuesta.

Informe mundial de felicidad 

El Informe Mundial de Felicidad de la NN.UU. toma una aproximación muy diferente. En vez de enfocarse en las vivencias del día anterior a la encuesta, trata de capturar una evaluación, también subjetiva, del bienestar general. La pregunta fundamental que realiza a los encuestados es la siguiente: 

Por favor, imagínese una escalera con peldaños enumerados de 0 en la parte baja y 10 en lo más alto. El peldaño más alto representa la mejor vida posible que pueda tener, y la parte baja la peor vida posible para usted. ¿En qué peldaño diría que usted se encuentra personalmente en este momento? 

La respuesta a esta pregunta califica el bienestar de una persona de 0 al 10. Los autores del informe señalan que esta medida es más informativa para las comparaciones internacionales porque capta una medida amplia de la calidad de vida de forma completa y estable que las mediciones que se basan en vivencias de un día. 

En aquellos países en que se realizan encuestas de vivencias en forma diaria se encuentra un importante efecto de fin de semana, ya que generalmente los encuestados poseen mejores vivencias durante los fines de semana. De esta forma, la medida de evaluación de vida o bienestar reflejaría mejor las circunstancias del individuo. 

El cuestionario sobre la calificación de vida fue aplicada a aproximadamente 1.000 personas, en 150 países, desde 2014 al 2016, por lo que para cada nación los resultados representan las respuestas de 3.000 personas.

¿Cuáles son las medidas de felicidad en base a esta calificación, en las diferentes regiones del mundo?

El gráfico del Indicador de Felicidad por región muestra los promedios de calificación de vida (ponderados por población). El promedio mundial de felicidad es de 5,3. Las regiones del mundo con promedios más alto se encuentran, entre los países nórdicos de Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, con un promedio de 7,0, seguidos por los países de Europa Occidental, con un promedio de 6,6. 

El promedio de los países en Latinoamérica y el Caribe es de 6,6, seguido por las naciones de Europa Central y Occidental, con 5,7.

Las regiones que registran menor felicidad de acuerdo a esta medida son Asia del Sur, con un promedio de 4,4, y África 4,3. El patrón general que se rescata de este escalafón es que en las zonas de mayor desarrollo los niveles de felicidad son más elevados, con algunas salvedades en países asiáticos, con altos estándares de crecimiento, pero sin niveles de felicidad comparables.

¿Qué factores económicos y sociales  explican los promedios de felicidad? 

Los autores estudian la influencia de seis variables sobre los resultados de felicidad. Dichas variables, que se detallan en el recuadro, son el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita (medida de ingreso), la esperanza de vida saludable, el apoyo social, la libertad social, la generosidad, y la ausencia de corrupción en el gobierno y negocios.

La metodología utilizada es de una ecuación econométrica para medir la influencia para la felicidad de las referidas variables, o dicho de otra forma cómo explican estos puntos analizados la variación internacional de los promedios de la felicidad. Los autores encuentran que en conjunto estas variables explican el 75% de la variación de los promedios de la felicidad, lo que implica que tienen un poder explicativo importante; el 25% es fundamentado por otros factores no identificados.

Dentro del citado 75% se analiza cuáles son los componentes de mayor capacidad explicativa de felicidad. Los autores encuentran que el factor más importante es la disponibilidad de una red de apoyo social (34%), seguido del PIB per cápita (28%), esperanza de vida saludable (16%), libertad social (12%), generosidad (7%), y la ausencia de corrupción (4%). De la proporción que este conjunto de variables sostienen que la variación en felicidad, las variables de contexto social indican casi el 60%, mientras que el resto se divide entre PIB per cápita y esperanza de vida saludable, que tienen implicancias marcadamente importantes. Significa que para mejoras comparables en variables de contexto social y económico, las mejoras en las variables de contexto social tienen un mayor impacto en la determinación del bienestar.

China, EE.UU. y países latinoamericanos

Países como China y EE.UU. de cierta forma ejemplifican esta idea. El informe señala que el PIB de China se ha multiplicado por cinco, en los últimos 25 años. Sin embargo, las medidas de bienestar subjetivas han caído por 15 años, antes de entrar en un periodo de recuperación y continúan por debajo de los niveles históricos.

El crecimiento económico en China no captura otros aspectos del bienestar, y este país ha pasado por un profundo proceso de cambio social y laboral, a medida que se fue desarrollando económicamente.

En el mismo informe, el economista Jeffrey Sachs señala que a pesar de que EE.UU. sigue recuperándose de la gran recesión de 2008, la medida de felicidad de los norteamericanos ha empeorado, posiblemente por un deterioro en el contexto social. En esta nación, el promedio de medida de felicidad disminuyó en 0,372 entre 2005-2007 y 2014-2016.

La tabla de promedio de felicidad en países seleccionados muestra la posición y promedio de algunas de las 155 naciones en la lista completa. 

Noruega aparece como el país más feliz del mundo, seguido por otros como Dinamarca e Islandia. 

La nación más feliz de Latinoamérica es Costa Rica, ubicada en el puesto 12, por delante de EE.UU. (14), Brasil (22), y Argentina (24). Paraguay está en el puesto 70, con un promedio de 5,5. El promedio de nuestro país lo posiciona por encima del promedio del mundo, el Sudeste Asiático y Asia Oriental y debajo del promedio de Latinoamérica y Caribe, y Europa Central y Oriental.

Aspecto social, muy importante  para las mediciones

La forma de medir la felicidad tiene implicancias importantes sobre los resultados. Las mediciones de vivencias capturan cierta información, mientras que las mediciones de calificación de vida y bienestar pueden ser más amplias.

Igualmente, el aspecto social continúa siendo una instancia muy importante para estas mediciones. Mientras que Paraguay tiene indicadores económicos relativamente bajos, el aspecto social ha tenido una influencia importante, tanto en el Informe de Gallup como el Informe de Felicidad Mundial. Al igual que en la mayoría de los países, en Paraguay, el componente que más explica el promedio de felicidad, dentro de las seis variables es el apoyo social (ver gráfico de Ranking de Felicidad, 2014-2016).

Independientemente a estos resultados, uno de los déficits que impide, frena y limita una mayor prosperidad en Paraguay siguen siendo el acceso a servicios de calidad (salud, educación, jubilación, infraestructura, seguridad entre otros), ya que en gran medida, las redes sociales son paliativos a la escasa y mala oferta pública.

Antecedentes históricos

Algunos eventos históricos, como la guerra contra la Triple Alianza y sobre todo el periodo posterior que abarca desde finales del siglo XIX hasta al menos la mitad del siglo XX, han marcado a fuego el carácter, los ideales y la percepción de los paraguayos. Desde incluso antes de la guerra, la población paraguaya era mayoritariamente rural y sus sistemas económicos y productivos eran muy rudimentarios, con niveles de productividad y consecuentemente bajos, lo que a su vez permitía una renta muy baja.

Como resultado de lo anterior, el nivel de consumo también era bajo, salvo escasas excepciones de la población urbana que se concentraba en Asunción y otros centros poblados. Sobre todo en la posguerra se instala la noción de la pobreza como telón de fondo de la economía y la política paraguaya.

Las diversas iniciativas de los gobiernos en el último siglo no han logrado modificar las condiciones de vida de la población, circunscribiendo a la misma a diferentes niveles de pobreza. Viajeros europeos a inicios del siglo XX se preguntaban cómo podía suceder que en un país donde el clima era benévolo y la capacidad agrícola alta, existiesen aun miles de pobres.

La felicidad para los paraguayos parecería no basarse exclusivamente en el mejoramiento de las condiciones materiales, debido a la tolerancia a las precariedades desarrolladas en los últimos siglos.

El reciente progreso en términos de ingresos, acceso a bienes y al mejoramiento de las condiciones de vida, ha elevado significativamente el estándar de prosperidad y necesariamente llevará a nuevas y altas expectativas sobre la realización personal y la felicidad, que pasarán con mayor peso por el incremento del ingreso, del consumo y el acceso a diversos servicios de calidad.

*  Medición del grado de felicidad de firma Gallup de EE.UU. posicionó anteriormente a Paraguay como uno de los más felices del mundo. El reciente informe de World Happiness Report 2017 de NN.UU., lo ubica en el puesto 70, muy lejos del primer lugar de Gallup, debido a la metodología de la investigación.

*  Independientemente a los resultados, el freno para la mayor prosperidad en el país sigue siendo el acceso a servicios de calidad como salud, educación, jubilación, infraestructura, seguridad, etc., y las redes sociales son paliativos a la escasa o mala oferta pública.

* Algunos eventos históricos, como la guerra contra la Triple Alianza y sobre todo el periodo posterior, que abarca desde finales del siglo XIX hasta al menos la mitad del siglo XX, han marcado a fuego el carácter, los ideales y la percepción de los paraguayos.