Salud y educación como políticas para apuntalar desarrollo y expansión del país

La población ha experimentado grandes transformaciones sociodemográficas desde hace décadas, lo que se ha reflejado en mayores demandas sociales y la consecuente necesidad de generar ofertas para tratar de responderlas. Se puede afirmar que el modelo de gestión de políticas públicas diseñadas e implementadas hace al menos 50 años sigue en pie, lo cual no es negativo en sí mismo, sino que el conjunto de transformaciones estructurales de la población y la economía exigen rever y reformular esquemas en educación y en salud.

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En esta entrega solo serán abordados dos temas cruciales de las políticas públicas, pero que son determinantes en el desarrollo del capital humano y, por consiguiente, en el proceso económico del país, como lo son la salud y la educación.

En el caso del sector privado ha sabido adaptarse a los cambios y tratado de acompañar el proceso, principalmente, en materia social y económica mediante las crecientes inversiones y la generación de empleo. Sin embargo, el sector público ha quedado a destiempo en sus intervenciones, especialmente en brindar servicios de calidad que la población demanda, pese a los avances registrados.

Sin embargo la provisión de estos servicios a la sociedad constituye el mayor compromiso que el Estado debe enfrentar y responder, lo que se ve reflejado en el Presupuesto General de la Nación, donde un alto porcentaje de los recursos obtenidos, ya sea a través de la recaudación de impuestos o fuentes especiales como el Fonacide, son destinados a los proyectos, programas y otros componentes del gasto como salarios de los ministerios de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) y de Educación y Ciencias (MEC).

El Plan de Gastos de la Nación de este año asciende a aproximadamente US$ 13.427 millones. De este total, unos US$ 1.300 millones de recursos están presupuestados para que sean canalizados al MEC y alrededor de US$ 800 millones a la cartera de salud. Los últimos datos oficiales muestran que la ejecución está por alcanzar el 50%.

Cuando se habla del sistema educativo y de salud existente en Paraguay no existen dudas de que son deficientes, tanto desde el punto de vista de la infraestructura, así como de la calidad y utilidad de la prestación y sobre todo disponibilidad de estos servicios.

Por eso resulta importante insistir en que la garantía en servicios básicos que el Estado debe brindar a la población es clave para transitar la senda del desarrollo y crecimiento del país, es decir, las buenas condiciones de vida en las que el ciudadano debe desenvolverse contribuyen enormemente a la estabilidad económica de toda una nación.

Antropología integral pedagógica 

Para analizar el nivel educativo en el país es necesario detenerse en dos elementos fundamentales, el sistema y el proceso. Como proceso existen problemas básicos en los diseños curriculares en todos los niveles, debido a que no se ha logrado definir la antropología integral pedagógica correspondiente, es decir, se educa sin saber qué tipo de hombre y mujer se quiere y hacia dónde van. Esto es muy relevante porque la sociedad paraguaya está cambiando y redefiniendo sus valores, esquemas y modelos sociales, culturales y económicos.

En el caso del diseño curricular de la educación media, el mismo es, según los especialistas, obsoleto y muestra de ello son los cuestionamientos que se suscitan desde las universidades y empresas acerca de la falta de preparación de los jóvenes que ingresan al mercado profesional. 

Diseños curriculares no preparan para el futuro

En términos generales, los diseños curriculares vigentes en el país no preparan para el presente de vanguardia y mucho menos para el futuro, por lo que se requiere de un replanteamiento a fondo. Los nuevos sectores económicos exigen renovadas capacidades y actitudes que deben ser respondidas y satisfechas para lograr niveles de eficiencia económica mayor, que a su vez se traducirían en mejores salarios y, finalmente, se cerraría el círculo con un incremento de la calidad de vida de los trabajadores.

Ahora, si la educación es analizada como sistema, la misma se presenta con más problemas, debido a que ni siquiera tiene una estructura, pese a que la Constitución Nacional contempla la responsabilidad en el proceso educativo que recae en la familia, en el municipio y claramente en el Estado.

Sin embargo, este mandato no puede ser cumplido porque sencillamente no existen las leyes que delimiten las acciones de los actores vinculados y que dejan al sistema educativo en piloto automático, lejos de acompañar el proceso de innovación, tal como ocurre en todo el mundo. Peor aún, las instituciones encargadas, especialmente el Ministerio de Educación y Ciencias, presentan serias debilidades estructurales y hasta corrupción. 

Además de asegurar el cuerpo legal para organizar el sistema, es necesario garantizar la estabilidad de gobierno del Ministerio de Educación y Ciencias, porque es imposible que la educación en el país funcione cuando los cambios de administradores se hacen de manera constante, cortando la continuidad de programas y proyectos. Por ello, la estabilidad de gobierno del ministerio tiene que ser una garantía, así como las políticas de educación deben ser de Estado y no de gobierno como ocurre en la actualidad.

Pobreza y falta de rendimiento escolar 

Existen muchos otros aspectos que considerar cuando se profundiza en la problemática y perspectiva educativa del país como por ejemplo la pobreza. Si una tercera parte de la población paraguaya se encuentra en situación de pobreza no se puede exigir que los jóvenes que ingresan al circuito formal se caractericen justamente por su rendimiento educativo porque desde muy pequeños no han sido bien alimentados, lo que termina incidiendo directamente en la baja o nula rendición que puedan tener. Y es aquí donde el Estado tiene el rol fundamental de encontrar planes que ayuden a reducir esta situación, abriendo a este grupo más vulnerable la misma oportunidad al que accede cualquier otro joven.

En algún momento se planificó que los mejores profesores sean los responsables de acompañar el proceso de los niños y jóvenes de las zonas más vulnerables, con un buen salario y otros beneficios, sin embargo las intenciones quedaron allí. Y hoy, los maestros mejores capacitados terminan saliendo del sector público para volcarse al privado, debido a que sus años de servicios ya fueron cumplidos. Entonces, el Estado se convierte en un preparador de docentes, sin que la apuesta se vea en beneficios para la educación impartida en escuelas y colegios del sector público.

Aunque la educación es mucho más profunda que lo expuesto en esta edición, se podría considerar convertir a la educación en una causa nacional, es decir, los elementos existen y los recursos también, solo se necesita realizar un replanteamiento del sistema educativo nacional, no solo observando las condiciones actuales de la sociedad y la económica sino calculando y adelantando las próximas transformaciones sociales, económicas y tecnológicas.

Servicio de salud que mejora la calidad de vida 

Si bien algunos indicadores de salud han mejorado, comenzando con la baja en los índices de mortalidad infantil, el aumento en los servicios y la cobertura, aún quedan muchas reformas por hacer, si se compara con la evolución que ha tenido la asistencia sanitaria en todo el mundo, bajo parámetros de medicina integral, eficiente, con buena calidad y acceso universal. Esto muestra que el modelo existente en Paraguay ya dejó de funcionar, por lo que urge repensar en un sistema de atención de salud que brinde respuestas a las necesidades de una población más demandante y trabajadora, que aporta con sus habilidades al desarrollo del país. Sin las garantías de salud, la productividad de la clase empleada se resiente, por consiguiente, las ganancias de las empresas y todo el circuito económico se ve afectado.

Desconcentrar los servicios mediante las redes de servicios, es decir, que los pacientes hagan uso de las unidades periféricas y solo en casos de complejidad recurran a los lugares especializados podría ser una alternativa. Para ello, es fundamental que el sistema de salud genere la confianza en la población de que los servicios prestados en los centros asistenciales son eficientes.

Esto, considerando que el 80% de la población que consulta en los centros de alta complejidad solo requiere de atención primaria, mientras que el 20% sí precisa de una atención especializada. Sin embargo, esta situación, termina por afectar el funcionamiento de un ya deficiente sistema de salud público. En este sentido, se debe explorar la implantación de un esquema de dependencia geográfica a los servicios de salud, según sea el tipo de demanda, evitando sobre concentraciones en unos hospitales y muy escasa demanda en otros.

Un sistema único de salud permitiría que todos los sectores tengan acceso a un sistema de salud de su preferencia, considerando que la manera de que el país cuente con un modelo sanitario de calidad es que los servicios se vuelvan competitivos, donde la articulación entre el sector privado y público es clave para avanzar hacia un modelo que cubra un alto porcentaje de las necesidades de la población.

Los grandes desafíos

Como se mencionaba anteriormente, los grandes desafíos en Paraguay en materia de desarrollo humano siguen siendo los vinculados al sistema de salud y educación. Por ello, urge el diseño de una reforma de las políticas públicas que apunten a revertir la problemática en estas áreas, teniendo en cuenta que los requerimientos de hoy ya no son los de ayer, además, existiendo los recursos para comenzar el proceso.

Los buenos indicadores macroeconómicos podrían incluso ser mejores si el país cuenta con un capital humano capacitado, con niveles educativos acorde a las exigencias laborales no solo del país, sino del mundo, así como un sistema de salud que garantice su protección y asistencia inmediata.

Estas condiciones se convertirían en bienestar y mejoraría la calidad de vida de los habitantes, principalmente de la clase trabajadora, lo que se traduciría en una alta productividad y apuntalaría el desarrollo y crecimiento del país.

* La garantía en servicios básicos que el Estado debe brindar a su población es clave para transitar la senda del desarrollo y crecimiento de un país, es decir, las buenas condiciones de vida en las que el ciudadano debe desenvolverse contribuyen enormemente a la estabilidad económica de toda una nación.

* El sector público quedó a destiempo en brindar servicios de calidad que la población demanda, pese a los avances. En cambio, el sector privado supo adaptarse a los cambios y ha tratado de acompañar el proceso, con crecientes inversiones y la generación de empleo.

* Cuando se habla del sistema educativo y de salud existentes en Paraguay no existen dudas de que son deficientes, tanto desde el punto de vista de la infraestructura, así como de la calidad y utilidad de la prestación, y sobre todo de disponibilidad de los servicios.

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