El tema central escogido por él fue el energético. Me dijo, palabras más, palabras menos: “Cuando asumí recibí tres mamotretos que intentaban explicar el estado calamitoso de la energía en el Paraguay. Cada estudio era independiente y estiraba hacia su lado, es un caos”. Y me puso como ejemplo que las comunidades laboriosas del Chaco central se abastecen a través “de un hilito” que pasa por Concepción, refiriéndose al Sistema Interconectado Nacional (SIN), que lleva a cuenta gotas la electricidad a las industrias de las cooperativas Neuland, Chortizer Ltda. y otras menonitas. “No puede ser que nuestra dos usinas más poderosas no estén sincronizadas”, me dijo.
Es evidente que tuve que concordar con él; como colofón final me pidió que lo ayude. Así lo hice, pero mediante estas páginas. Jamás le pregunté si estos “asesoramientos” públicos lo satisfacían o no.
El equipo energético que le escondía las informaciones pero le adulaban hasta el hartazgo, le acompañó hasta el último día de su gobierno. Por tanto, nos resta pensar que mintió él o su equipo asesor; o tal vez mis sugerencias no le convenían porque rompería una tradición de más de cuatro décadas de “buena vecindad”. O quién sabe, estaba impotente ante la ANDE y su 30 % de pérdidas.
Tal vez claudicó ante nuestro socio condómino debido a sus “negocios” particulares. ¡Jamás sabremos! Y pensar que la solución del caos y la anarquía del sector se iniciaba con una simple ley, la creación del Ministerio de Energía y Minas, ya con media sanción en Diputados hacia 5 años.
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Las binacionales representan un segmento demasiado importante para nuestra economía; muchos aseguran que es la tercera en importancia financiera. Aun así pasaron cinco largos años sin solucionarse el 15% del robo de la electricidad y el 15 % de las pérdidas técnicas de la ANDE.
El caótico manejo energético, donde la dueña de las binacionales y el viceministerio que la debe regular, hacen antesala esperando las instrucciones del “virrey” energético, un simple jefe de usina. Al no tener un básico y lógico jefe de las políticas energéticas, un ministerio, es evidente que seguiremos confundidos.
Como guinda de esta torta maltrecha, bien al final de su período constitucional, Cartes nos regala otro mamotreto: la NR que legaliza el “Acuerdo Cartes-Macri” sobre Yacyretá.
Esta serie que inicio ahora pretende el mismo objetivo: asesorar al presidente Marito, de cara al 2023. Este año misterioso, enigmático, pero a la vez esperanzador para el desarrollo del Paraguay, debe tener nuevos componentes. No podemos obtener resultados diferentes, haciendo lo mismo (Albert Einstein). Hecho estas aclaraciones vamos a lo esencial.
La demagogia del entreguismo: Cuando la gente de “a pie”, la de los mercados, la de los estadios de fútbol y los buses colapsados, escucha que rompimos otro récord de producción energética en Itaipú, o que estamos a punto de maquinizar el Aña Cua generando empleos, piensa que el Papá Noel entrará por la chimenea de su casa par dejarle prosperidad, salud y amor. ¡Lejos, rotundamente distante de la realidad! La única forma que el Paraguay aumente su renta energética es vendiendo nuestros excedentes a precio justo o usando nuestra electricidad en la sustitución de importaciones.
Existen otros mecanismos que podrán aumentar las migajas que recibimos, por ejemplo, disminuyendo los gastos suntuarios de las binacionales. Estas se expresan como viáticos, secretarias, pasajes aéreos, choferes, vehículos, oficinas lujosas para 200 gerentes viajeros que gastan millones de dólares al tener dos sedes laborales, una en Asunción, cerca de los raudales de la calle Perú y la verdaderamente laboriosa, ubicada sobre el río Paraná, en Hernandarias.
Otra migaja sería introducir los gastos sociales de Itaipú, es decir los US$ 150 millones al año (4,5% del presupuesto oficial) a la hacienda pública. Aclaro que me parece óptimo tomar medidas de austeridad como las expresadas, pero son totalmente insuficientes y nimias. El SIN necesita US$ 1.000 millones por año durante cinco largas navidades, para intentar una industrialización real.
En esta demagogia de la claudicación se han turnado históricamente un grupo de “técnicos”, sindicalistas y políticos, que ven a los gastos sociales como una mina de oro. Los gastos sociales no tienen control del Congreso, tampoco de la Contraloría, del Tribunal de Cuentas o de la Abogacía del Tesoro. La posibilidad de que un fiscal de delitos económicos atraviese los muros de la binacionalidad es apenas una utopía.
Esto fue una obra maestra de la geopolítica hegemónica brasileña-lusitana, rectora de un negocio, que le permitía seguir con su política expansionista, iniciado al día siguiente del Tratado de Tordesillas. El de Itaipú es apenas un pequeño esfuerzo en su marcha hacia el oeste. El fantasma del Vizconde de Mauá, con su “diplomacia de los patacones”, sigue intacto. Se reencarna cada cinco años en los consejeros y directores paraguayos.
El negocio “bilateral” de Itaipú les permitió una doble facturación unilateral, el financiero y el energético. Hoy Brasil es la séptima economía global, mientras Paraguay la penúltima de Latinoamérica. Pero insisto en lo expresado durante dos décadas de pensamiento público, la culpa es nuestra. El entreguismo y la claudicación tienen nombres y apellidos paraguayos.
¡Astutos los barones de Itaipú y sus herederos! Hasta hoy, domingo de veneración mariana, siguen incrustados entre nosotros los gerentes entreguistas; profesionales del camuflage empresarial, alpinistas sociales que solo adoran al dios Manmon (dinero). Ayer fueron cartistas fanáticos, luego “santistas”; hoy son “abdistas” por sobrevivencia. La mayor parte de la dirección técnica son colaboradores del clan ZI y están en sus cargos hace casi dos décadas; apuestan a dos caballos. Veremos ahora ante qué ídolo circunstancial se postran. ¡No se descuiden de ellos!
Sr. presidente, de sus líneas políticas asentadas sobre la mesa de los congresistas, especialmente la relacionada al tráfico de influencias, el narcotráfico y el lavado de dinero son esperanzadoras; pero díganos: ¿Cómo pretende cambiar este rumbo de colisión hacia el 2023, con los mismos pilotos y marineros energéticos?
Hace un tiempo atrás, previo a las elecciones generales, escribí un artículo: “Pacto de caballeros”, que lo envié a su inbox del Facebook, así como a la de Efraín Alegre. Eran los dos hombres más poderosos del país, en ese tiempo. Hoy tengo la sensación de que las ha leído a medias y a los apurones; me quedaré en dudas mientras usted no complete las sugerencias energéticas, asentadas en mi pretenciosa carta.
Le falta designar un equipo de paraguayos sin ataduras de colores o felonías históricas. En las negociaciones con el Brasil necesitaremos juntar a los mejores jugadores, así como a los líderes de las graderías norte y sur, bajo una misma camiseta, la Albirroja. Mientras los ingenieros de 60 y 50 Hertz sigamos jugando a las escondidas, nuestros “socios condóminos” seguirán llevando energía barata y segura a sus países… y la culpa seguirá siendo nuestra.
Propongo, con toda humildad y respeto, que nos convoque a los dos grupos y nos encerremos en Mburuvicha Róga, en el Palacio de López o en un convento de las Carmelitas descalzas, hasta que nos sangre la boca, las manos o el corazón. De ahí solo podrá salir una falange de patriotas. ¡Y será un mensaje claro a Itamaratí! Además, estará en consonancia con su discurso de asunción al mando, “solo reclamaremos lo que es nuestro”. No tiene nada a perder. El ministro Arnoldo Wiens conoce nuestra posición; recorrimos con él siete departamentos en la campaña: “Itaipú, hagamos patria”. ¡Jamás olvidé que entre un estadista y un político demagogo solo existen dos valores que los diferencian: ¡sabiduría y coraje!
Creación
... Y pensar que la solución del caos y la anarquía del sector se iniciaba con una simple ley, la creación del Ministerio de Energía y Minas.
Pérdidas
Aun así pasaron cinco largos años sin solucionarse el 15% de robo de la energía eléctrica y el 15% de las pérdidas técnicas de la ANDE
(*) Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú Binacional, aún activo.
