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Cuesta mucho tener la certeza de cuánta gente fue testigo de la gran previa y posterior largada simbólica que se registraron en la víspera. Pero sin temor a equivocarnos, entre unos 55.000 y 60.000 aficionados optaron por presenciar la fiesta automovilística y dejar de lado la tradicional salida al interior como en los anteriores festejos de Año Nuevo.
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Antes del mediodía ya fue importante la cantidad de aficionados y a medida que iba acercándose la hora de la partida de la rampa, que arrancó con los quads, exactamente a las 17:00, para esa hora, bajo el intenso calor y nada de sombra, ya no hubo lugar para ni un alfiler.
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Aparte de lo bueno que representó la gran cantidad de aficionados, tal vez lo malo fue ver a algunas parejas con bebés recién nacidos exponiéndolos al sacrificio de aguantar los rayos solares, como también a muchas personas mayores. En fin, esto es la adrenalina que genera este importante deporte que entre los últimos seis días del año pasado y estos primeros del 2017 generó un trajín en todos los ámbitos, principalmente económico.
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Primero fue preocupante el calor y la falta de agua o vendedores del vital líquido. Felizmente cuando más intenso fue el sol y la aglomeración de gente fue impresionante aparecieron los proveedores de agua. En este rubro, muchos hicieron su aguinaldo en el primer día de este Año Nuevo.
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Tras un par de horas y casi con la mayoría de las máquinas subidas a la rampa, hubo una pausa esperando a los “pesos pesados” y la presencia de los mandatarios, Horacio Cartes y Evo Morales, quienes se hicieron esperar y se prolongó por demás la reanudación. Y el retorno del rugir de los motores en la continuidad de la largada simbólica vino acompañado con un aguacero que por algunos minutos aplacó el intenso calor y que antes que hacer dispersar a los fanáticos, estos disfrutaron del chubasco.