Pique polvoriento

Pasó una nueva edición de la clasificación de la mayor fiesta del automovilismo paraguayo y, como siempre, quedaron a montones anécdotas de los fanáticos tuercas.

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La convocatoria tuerca de ayer fue distinta a la de los últimos años, pues desde muy temprano los aficionados fueron llegando al autódromo Víctor Dumot. Mucho antes de la hora marcada para el inicio de la prueba, el amplio predio capiateño estuvo cargado de “tripulaciones” de los amantes de este deporte.

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A la espera del informe oficial de la recaudación, estimativamente se puede decir, sin temor a equivocaciones, que hubo unos 12.000 fanáticos. De estos, no todos pagaron para ingresar, pues están de por medio los numerosos invitados de los diferentes patrocinantes del Transchaco en su 43ª edición.

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A propósito de ediciones históricas de esta prueba que busca vencer al duro Chaco, esta vez ya no se vio a dos de los pioneros que siempre estuvieron en forma ininterrumpida hasta al año pasado. Héctor “Negro” Risso y Gerardo Planás participaron en las 42 carreras pasadas. Esta vez, al no contar con autos homologados por la organización, ya no están.

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El que sigue vigente es Germán Russo, quien pasa a ser el pionero con mayor cantidad de Transchaco Rallys en su foja, sin cortar la serie de presencias, desde 1971. Russo como lo viene haciendo en los últimos años, ayer participó de nuevo de una clasificación como navegante e irá como tal una vez más a la Región Occidental. Este año es el copiloto de Raúl Szarán a bordo de un Mitsubishi Lancer.

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La fiesta tuerca de ayer no reportó incidentes antes, durante ni después. El clima también se asoció pues de la fresca mañana, con el correr de las horas el sol fue calentando y la adrenalina se recargó para cuando llegó el momento de la carrera entre los autos de mayor capacidad. Una imagen habitual que no faltó fue la de las parrillitas bien cargadas y humeantes. ¡Y ni qué decir lo mucho para el deleite de los ojos!

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